"Muchos critican nuestro desempeño ambiental y sanitario. Si bien no compartimos varios de esos ataques, por infundados y sesgado, sí reconocemos que aún tenemos brechas en esas materias", señala Arturo Clément, Presidente de SalmonChile.
Chile es una potencia alimentaria y sus productos, incluido el salmón, alimentan a millones de personas en el mundo, lo que obliga a garantizar procesos productivos más sustentables y respetuosos de nuestro medio ambiente. En ese escenario, todo el mundo, los organismos internacionales y la ciencia están mirando el seafood como un componente fundamental de la seguridad alimentaria.
Hace casi cuatro décadas comenzó a desarrollar la salmonicultura en nuestro país. Y, prácticamente, SalmonChile se creó junto con la industria. En 35 años han agrupado a más de 50 empresas de toda la cadena de valor del salmón, tanto de empresas productoras y proveedoras de servicios como de quienes trabajan por el desarrollo sustentable de su cultivo en el sur austral.
Así, la salmonicultura es un joint venture inédito entre el Estado y un grupo de emprendedores, que ha permitido el desarrollo de uno de los sectores productivos más pujantes de Chile y que cuenta con un gran carácter regionalista y descentralizador, que ha permitido la generación de más de 4.000 pymes que se desarrollan en torno a la actividad.
Y si bien ha sido éxito en lo económico, el camino no ha estado exento de errores y dificultades. Esto ha llevado a un proceso continuo de introspección y diálogo para construir una nueva estrategia que permita aprender de los errores y aciertos para re-enfocar su visión social, ambiental y sanitaria.
Arturo Clement, presidente de SalmonChile explica este proceso y lo que viene a futuro para la industria.
Cada cierto tiempo aparecen críticas hacia el sector debido a su impacto en el medio ambiente, ¿Cómo se hacen cargo de estas críticas y qué medidas se toman para disminuir el impacto que esta industria puede tener en el ecosistema?
Muchos critican nuestro desempeño ambiental y sanitario. Si bien no compartimos varios de esos ataques, por infundados y sesgados, sí reconocemos que aún tenemos brechas en esas materias, y estamos trabajando para reducirlas y mejorar nuestra interacción con el medioambiente, enfocados en la innovación, en la incorporación de nuevas tecnologías y en una serie de compromisos públicos en materias de sostenibilidad. Todo lo anterior bajo la mirada de que el salmón es parte de la solución y no del problema de la crisis climática y alimentaria, ya que es la proteína con huella de carbono más baja y menor uso de agua.
Llevamos años haciéndonos cargo de nuestras brechas con diferentes acciones concretas. Por ejemplo, fortalecimos nuestras estrategias de recuperación del borde costero y limpieza de playas; y estamos desarrollando una alianza piloto y escalable con pescadores artesanales de Aysén para el trabajo conjunto en concesiones acuícolas, para el cultivo de diferentes tipos de algas, lo que generará nuevas oportunidades de trabajo para ellos, e impactos positivos para el medio ambiente. También firmamos un Acuerdo de Producción Limpia en 2021 y este año avanzaremos con nuevos compromisos que nos permitan desplegar todo el potencial de la salmonicultura como actividad transformadora, que aporta a la descentralización y el desarrollo regional.
¿Considera compatible la actividad salmonicultura con la protección de ecosistemas marinos, por ejemplo, en reservas? ¿Cómo se vela por resguardarlos y protegerlos, por ejemplo, de escapes masivos de salmones?
La salmonicultura es compatible con la protección del ecosistema. Sin duda que el recorrido de esta actividad no ha estado exento de errores y dificultades y reconocerlo así, sin matices, es parte de nuestro aprendizaje y convicción para seguir avanzando en nuestra ruta a la sostenibilidad. Los centros de cultivo son cada vez más modernos e incorporan tecnologías como robots submarinos, sistemas de monitoreo ambiental en línea, jaulas y redes de estándar mundial, entre otras tecnologías que nos permiten entender y mejorar la interacción entre la naturaleza y la actividad. Además de lo anterior, el sector es fiscalizado por 25 autoridades y organismos. Y estamos sometidos a estándares internacionales que exigen sostenibilidad y que han incidido en que hoy más del 90% de la biomasa esté certificada bajo estrictos parámetros que aseguran que la producción se hace con los mejores estándares en materia social y ambiental.
Según Seafood Watch, ranking elaborado por Monterey Bay Aquarium, el uso de antibióticos disminuyó en el rubro en un 15% respecto a 2019, aunque no es igual en los distintos sectores donde opera la salmonicultura ¿Cómo reciben este ranking y cuáles son los desafíos futuros en esta materia?
Este ranking muestra que nuestro país es el que tiene la mayor cantidad de salmón recomendado por el Monterey Bay Aquarium. Chile produce un salmón de excelente calidad, que atraviesa estrictos controles de inocuidad y que se ha posicionado en más de 104 mercados mundiales. Estamos orgullosos de que esta innovación y todas las mejoras que hemos hecho durante los últimos 10 años hayan ido mejorando nuestra posición y estamos enfocados en seguir mejorando.
Actualmente nuestros desafíos están en propiciar un mejor ordenamiento territorial, en reducir las externalidades del fondo marino y desarrollar la tecnología e innovaciones que nos permitan disminuir aún más el uso de antibióticos y otros compuestos, que utilizamos solo con fines de salud animal. Actualmente tenemos una alianza colaborativa con la ONG Monterey Bay Aquarium para reducir en un 50% el uso de antibióticos al 2025 y ya llevamos una reducción de casi el 30%
La salmonicultura es una actividad propia del sur de nuestro país y genera miles de empleos en las zonas donde opera… ¿Cómo ven los procesos de descentralización que se han venido dando en el país y que, por ejemplo, el futuro Gobierno quiere reforzar respetando y cuidando el medioambiente?
Estamos totalmente disponibles para contribuir decididamente en aportar a la descentralización y el desarrollo sustentable. Somos un sector productivo que nació de una innovadora alianza entre el Estado y un grupo de emprendedores. Esa visión dio paso, 35 años después, a una industria regionalista, descentralizadora y transformadora, con un encadenamiento productivo de 4 mil pymes en la zona sur austral del país y 70 mil empleos de calidad y estables.
¿Qué están haciendo en materia de comunidades y desarrollo local?
Estamos escuchando a nuestros vecinos, explorando soluciones creativas, dialogando con la ciencia y pensando en la salmonicultura del futuro. Ya llevamos cinco años promoviendo la transparencia, el trato horizontal y el trabajo con el foco puesto en las personas y el medio ambiente. Contamos con oficinas territoriales en La Araucanía, Los Lagos, Chiloé y Aysén, desde donde estamos generando actividades, programas e instancias de vinculación que hagan sentido en las comunidades y que nos permitan un diálogo horizontal con ellas, compatibilizando el desarrollo de la actividad con el de los territorios.
En 2020, en medio de la compleja situación sanitaria, rápidamente decidimos estar del lado de nuestros vecinos. Activamos una campaña inédita, “Comprometidos con el Sur”, donde unimos a más de 70 pequeñas, medianas y grandes empresas de la cadena de valor del salmón en torno a un objetivo: acompañar con acciones concretas a nuestros vecinos. Dialogamos con ellos, con los trabajadores y con los servicios de salud, y levantamos un fondo de más de $1.800 millones que destinamos a mejorar la infraestructura hospitalaria donando equipos de rayos x, camas clínicas, ambulancias e insumos de protección como guantes y mascarillas. Fue una cruzada que sacó lo mejor de cada uno y que nos permitió mostrar que somos parte de los territorios donde estamos.
¿Cómo se proyecta la industria en el futuro frente a los nuevos escenarios que se han presentado como la pandemia, los avances tecnológicos y la innovación?
Chile es una potencia alimentaria y nuestros productos, incluido el salmón, alimentan a millones de personas de manera saludable. Tenemos el deber de seguir por ese camino y, a la vez, de garantizar que nuestros procesos productivos sean cada vez más sustentables y respetuosos de nuestro medioambiente. Este es un desafío colectivo que debemos lograr con diálogo, con conversaciones propositivas, sin ataques ni eslóganes. Nosotros estamos disponibles para este desafío país.
El planeta está experimentando una emergencia climática cuyos efectos son visibles para todos. En 2050 la población mundial será de 10.000 millones de personas, 3.000 millones más que hoy y que requerirán alimentos saludables y sustentables. En ese escenario, todo el mundo, los organismos internacionales como la FAO y la ciencia están mirando el seafood como un componente fundamental de la seguridad alimentaria.
Nuestro planeta está cubierto en un 70% de agua de los océanos, pero solo un 2% de los alimentos proviene de la acuicultura. El futuro del mundo está en el océano y Chile tiene ventajas competitivas y comparativas relevantes para desarrollar acuicultura sustentable, como la producción del salmón que tiene beneficios importantes, que convierten al salmón en parte de la solución al problema del cambio climático. Por ejemplo, el salmón es la proteína animal que más se aprovecha, tanto para consumo humano como para derivados, con un 68% de porción es comestible y utiliza 13 veces menos agua y su huella de carbono es 10 veces menor a la de la ganadería.
Estamos enfocados en abordar los asuntos regulatorios para elevar, con urgencia, el estándar de sustentabilidad de la industria y proyectar los próximos 35 años de historia bajo una mirada que permita compatibilizar la acuicultura con el cuidado de los ecosistemas marinos.