Documento se titula “Normativa aplicable a la industria del salmón en Chile: Brechas con los estándares internacionales en materia ambiental, laboral y de derechos humanos”.
Por encargo del Instituto Danés de Derechos Humanos, la profesora Judith Schönsteiner lideró a un equipo responsable de desarrollar una revisión de la normativa aplicable a la industria del salmón en Chile, a la luz de los estándares internacionales de derechos humanos.
Un equipo, integrado por Daniela Ortega, Cristóbal Carmona, Franco Arias y Karla Varas, desarrolló una revisión y estudio sistemático de la normativa ambiental, laboral, sanitaria y algunas políticas públicas relevantes para el sector. El trabajo, se encuentra disponible en el documento “Normativa aplicable a la industria del salmón en Chile: Brechas con los estándares internacionales en materia ambiental, laboral y de derechos humanos”, disponible acá.
En función de ello, ayer lunes 30 de agosto se realizó una actividad de discusión del informe organizado por la Facultad de Derecho de la Universidad Diego Portales, instancia que contó con la participación de Tulika Bansal, Investigadora del Instituto Danés de los Derechos Humanos, Judith Schönsteiner, del Centro de Derechos Humanos UDP, Carlos Odebret, Asociación de Salmonicultores de Magallanes, Josefina Correa, Greenpeace Chile, María Alicia Baltierra, Salmonchile y Christian Paredes, de Fundación Terram.
«Abordar la zonificación del borde costero y su relación con la acuicultura es un tema sumamente relevante mirando de cara hacia el futuro. Fundamentalmente porque las herramientas de manejo del territorio son bastante limitadas. Por una parte, tenemos una política nacional de uso del borde costero, pero su aplicación durante años ha sido bastante limitada», comentó Carlo Odebret, presidente de la Asociación de Salmonicultores de Magallanes.
Por otro lado, Josefina Correa de Greenpeace Chile, cuestionó los avances en la normativa de la acuicultura respecto a reservas naturales.
«Me parece sumamente complejo cuando uno empieza a revisar específicamente la normativa para la acuicultura, que a modo personal no me deja de llamar la atención. Yo conocí la industria del salmón y cómo operaba cuando entre a trabajar en Greenpeace y llevó ya 15 años trabajando en zonas de sacrificio, y es impresionante como se repiten las mismas dinámicas», enfatizó Correa.