Los procesos permiten incorporar sellos visibles en el producto final, acreditando buenas prácticas en materia social, laboral y ambiental, dando cuenta de la sostenibilidad de la producción nacional.
Para satisfacer esa necesidad de los consumidores existen diferentes agencias certificadoras que se encargan de estudiar acuciosamente las prácticas de las empresas en materias laborales, sustentabilidad y relacionamiento con la comunidad.
El salmón que se produce en Chile se reparte por el mundo, llegando a la mesa de consumidores de más de 100 mercados exigentes. En varios de estos destinos, principalmente Estados Unidos, Japón y Europa, las exigencias de prácticas responsables, tanto en el ámbito ambiental como laboral, social y económico, han ido en aumento debido a que hoy, las personas están mucho más informadas y desean que los productos que consumen no solo sean mucho más que apetitosos, sino que además provengan de fuentes sostenibles y que generen el menor impacto posible.
Actualmente, un 80% de la biomasa producida en Chile cuenta con algún sello que acredita las buenas prácticas de las compañías productoras.
Uno de los principales sellos es el ASC (Aquaculture Stewardship Council), promovido por WWF, el cual tiene impacto en mercados como Estados Unidos, Europa y Japón. Este se enfoca, principalmente, en criterios ambientales y sociales, por lo cual solo audita centros de cultivo y no plantas de proceso e instalaciones en tierra. Aquí, Chile aparece como el segundo país con más centros certificados después de Noruega.
Otra de las certificaciones internacionales con la que cuenta el salmón nacional es BAP (Best Aquaculture Practices), promovida por Global Aquaculture Alliance. Esta tiene requisitos importantes en la cadena de valor, abordando temas como la calidad, medioambiente, seguridad, salud ocupacional, responsabilidad social, bienestar animal y vinculación con comunidades.
Asimismo, existe la certificación GlobalGAP, la cual cuenta con aspectos similares a BAP, pero la diferencia es que el producto final no se puede etiquetar. Cabe señalar que esta certificación también se encuentra hace años en Chile.
“La industria del salmón de Chile está a la vanguardia en cuanto a certificaciones internacionales, lo que demuestra la diversificación de sus mercados y la capacidad que este producto tiene para transformarse en una solución para la alimentación del futuro. Asimismo, las certificaciones son una muestra clara del proceso y del trabajo que ha realizado la industria nacional en materia de sustentabilidad”, expresó el gerente general del Instituto Tecnológico del Salmón (Intesal), Esteban Ramírez.