- marzo 12, 2025

Investigadores explican que se trata de un hallazgo que evidencia la fragilidad del ecosistema antártico en un contexto de cambio climático.
El derretimiento del hielo en la Antártida está facilitando la aparición de especies marinas hasta ahora desconocidas. Un equipo de científicos del Instituto de Ciencias Marinas de Virginia (VIMS) ha descubierto una nueva especie de pez dragón en las aguas de la península Antártica occidental. La especie, denominada Akarotaxis gouldae, representa un hito en el estudio de la biodiversidad marina y plantea interrogantes sobre la vulnerabilidad de los ecosistemas polares ante el cambio climático.
El hallazgo se produjo cuando los investigadores recolectaban especímenes larvarios en la costa antártica mientras realizaban muestreos de zooplancton con redes de arrastre. En un principio, los científicos pensaron que se trataba de Akarotaxis nudiceps, un pez dragón con el que guarda estrecha relación. Sin embargo, tras realizar análisis genéticos, identificaron diferencias significativas en genes mitocondriales que confirmaron que estaban ante una nueva especie.
La especie
Guiados por las pruebas de ADN, el equipo liderado por Andrew Corso examinó muestras de adultos de Akarotaxis gouldae almacenadas en diversas colecciones de ictiología en todo el mundo. El análisis morfológico permitió detectar diferencias visibles entre ambas especies.
«Hay dos bandas distintas en los costados de los adultos de Akarotaxis gouldae que no están presentes en Akarotaxis nudiceps, por lo que nos sorprendió que la especie ya existiera en colecciones, pero que anteriormente se hubiera pasado por alto», explicó Corso en un comunicado del VIMS.
El investigador destacó que este hallazgo refuerza la importancia de la combinación entre la genética y la morfología en la taxonomía de los peces. «En el mundo de la taxonomía de los peces, se está volviendo común distinguir especies solo con la genética. Las pruebas genéticas son una herramienta extremadamente valiosa, pero nuestro descubrimiento resalta la importancia de la morfología de las primeras etapas de la vida y las colecciones de historia natural como las del VIMS y otras instituciones», añadió.
Evolución y aislamiento de la especie
Las pruebas genéticas también permitieron reconstruir la historia evolutiva del Akarotaxis gouldae. Aplicando un método conocido como filogenia calibrada en el tiempo, Corso y el investigador Thomas Desvignes, del Instituto de Neurociencia de la Universidad de Oregón, estimaron que la especie se separó evolutivamente de su pariente más cercano hace aproximadamente 780.000 años, en un período en que gran parte del Océano Austral estaba cubierto de glaciares.
«Este proceso básicamente analiza la tasa de mutaciones genéticas como una guía para la historia evolutiva de una especie», señaló Corso.
El equipo científico planteó la hipótesis de que una población de peces dragón quedó aislada en fosas profundas bajo los glaciares, donde logró sobrevivir alimentándose de materia orgánica empujada por el movimiento del hielo. Con el retroceso de los glaciares, esta subpoblación se habría diferenciado lo suficiente como para volverse reproductivamente incompatible con Akarotaxis nudiceps. «Planteamos la hipótesis de que una población de peces dragón puede haberse aislado dentro de fosas profundas bajo los glaciares, sobreviviendo con el alimento empujado hacia adentro por el hielo en movimiento. Una vez que los glaciares retrocedieron, esta subpoblación se había vuelto lo suficientemente distinta como para ser reproductivamente incompatible con Akarotaxis nudiceps«, concluyó.
Una especie vulnerable
El descubrimiento también pone de relieve la fragilidad de esta nueva especie dentro de su ecosistema. De acuerdo con el comunicado del VIMS, los peces dragón antárticos son difíciles de estudiar porque habitan en zonas profundas y remotas del Océano Austral. Sin embargo, se sabe que protegen sus nidos en aguas menos profundas y que sus larvas permanecen en la superficie durante las primeras etapas de su vida.
El análisis de los ovarios de las hembras mostró una capacidad reproductiva limitada, lo que, sumado a la restricción geográfica de la especie a las aguas de la península Antártica occidental, aumenta su vulnerabilidad. «Esta distribución limitada combinada con su baja capacidad reproductiva y la presencia de etapas tempranas de vida en aguas menos profundas sugieren que se trata de una especie vulnerable que podría verse afectada por la pesca de krill», advirtieron los investigadores.
El hallazgo de Akarotaxis gouldae no solo representa un avance en la comprensión de la biodiversidad antártica, sino que también refuerza la necesidad de proteger un ecosistema que, a medida que el planeta se calienta, podría verse cada vez más amenazado.