Trabajo establece que el ambiente marino del Norte de Chile habría sufrido diversos aumentos y disminuciones de productividad, durante los últimos 8 mil años, debido a perturbaciones en la columna de agua, provocadas, a su vez, por variaciones climáticas, que habrían aportado a moldear las actuales condiciones del sector.
A través de reconstrucción paleoambiental de los últimos 8 mil años, en bahías de Tongoy y Guanaqueros, describen historia de intensificación de Zona de Mínima de Oxígeno en la costa de Chile que influye en su productividad.
El trabajo, realizado por investigadores de instituciones chilenas, alemanas y francesas, establece que el ambiente marino del Norte de Chile habría sufrido diversos aumentos y disminuciones de productividad, durante los últimos 8 mil años, debido a perturbaciones en la columna de agua, provocadas, a su vez, por variaciones climáticas, que habrían aportado a moldear las actuales condiciones del sector.
Los resultados sugieren que la geoquímica y las propiedades sedimentarias del ambiente de la plataforma costera en el centro-norte de Chile han permitido registrar estos cambios climáticos y oceanográficos, los cuales han variado considerablemente en buena parte del Holoceno (últimos 11.650 años). En este sentido, el desplazamiento latitudinal del cinturón de vientos del Oeste responsable de los frentes de lluvia en la zona, junto a un incremento en la frecuencia de los eventos El Niño, han sido propuestos como los principales impulsores de los cambios en las condiciones climáticas y oceanográficas durante este período.
“La disminución del contenido de oxígeno (en el mar) ha sido fuertemente influido durante los eventos El Niño, algo que parece haber estado operando con mayor frecuencia después de 1800 años antes del presente y especialmente los últimos 140 años, cuando los eventos más extremos se tornaron más frecuentes. Así, el fenómeno de El Niño, el desplazamiento latitudinal del Cinturón de Vientos del Oeste y de la Zona de Convergencia Intertropical han contribuido en gran medida a las características climáticas y oceanográficas en el Pacífico Este (sector donde se ubica Chile), vinculado también a la Oscilación Decadal del Pacífico, todos los cuales tienen un efecto relevante en la posición de la zona de mínima de oxígeno en la costa chilena”, se explica en el estudio.
Zona de Mínima de Oxígeno
Según la Dra. Práxedes Muñoz, investigadora de la Universidad Católica del Norte y autora principal del estudio, la Zona de Mínima de Oxígeno frente a Chile, pertenece a un sistema que se extiende en el Pacifico sur desde la zona del ecuador hasta la octava región, aproximadamente; y es uno de los sectores del mar con mayor deficiencia de ese gas en el planeta. La especialista manifiesta que estos lugares tienen implicancias en el ciclo de los elementos químicos en el océano. Añade que últimamente se ha comenzado a estudiar el rol de estas áreas como fuente de gases con efecto invernadero.
“Es importante estudiar estas zonas ya que algunas especies, como el langostino, se ubican en ellas en ciertas etapas de su desarrollo, con adaptaciones que les permiten sobrellevar estas bajas concentraciones de oxígeno. En algunas ocasiones, estas zonas alcanzan la costa produciendo mortandades masivas, lo que puede ser negativo, por ejemplo en el desarrollo de la acuicultura”, asegura.
El Dr. Antonio Maldonado, paleoclimatólogo del CEAZA y otro de los autores de la publicación, plantea que durante parte del período analizado se observa alta productividad, lo que además condujo a la formación de un ambiente muy anóxico (sin oxígeno) debido a la gran carga de materia orgánica que al descomponerse consume oxígeno.
“Esto se debió probablemente a un sistema de surgencia muy activo. Paulatinamente esta productividad ha disminuido en el tiempo, y aparentemente se está retomando en las últimas décadas, pero no al mismo nivel de los tiempos pasados. Estos cambios en productividad también se ven asociados a la variabilidad climática interdecadal y lo más importante es que hay una sinergia entre estos periodos con cambios interanuales como El Niño. Muchos autores indican que este fenómeno ha ido en aumento en el tiempo, tanto en intensidad y frecuencia, asociándose con ambientes menos productivos en nuestras costas”, enfatiza el científico.
Los autores señalan que este tipo de estudios permite ver y considerar modificaciones en productividad, asociados a la intensidad y forma de la surgencia costera, que han ocurrido a lo largo de miles de años y que aún suceden. También enfatizan en que estas diferencias se relacionan con procesos atmosféricos y oceánicos de diferentes escalas temporales, que han afectado el Pacífico Sur y que también se interrelacionan con los cambios climáticos del planeta.
“De acuerdo a esto, se pueden inferir las transformaciones en el clima regional y en las características oceanográficas de la zona. Así, trabajos de este tipo nos permiten estudiar las interacciones del clima y el océano y cómo responden a los cambios de mayor escala espacial, lo que nos puede dar indicios de lo que podríamos esperar en los sistemas costeros hacia el futuro”, afirman los científicos.
Junto a la Dra. Muñoz y el Dr. Maldonado, trabajaron en este estudio los científicos Lorena Rebolledo (INACH), Laurent Dezileau (Normandy University, Francia), Christoph Mayr (Institut für Geographie, Alemania), Paola Cárdenas (IDEAL), Carina B. Lange (Universidad de Concepción), Katherine Lalangui (AquaChile), Gloria Sánchez (Universidad de Magallanes), Marco Salamanca (Universidad de Concepción), Karen Araya (Université de Montpellier), Ignacio Jara (CEAZA), Gabriel Easton (Universidad de Chile), Marcel Ramos (Universidad Católica del Norte).