En Coquimbo, generarán alimento para corvina a partir de desechos de la acuicultura y pesca, los que, hasta este entonces, eran llevados al vertedero local, convirtiendo así un problema, en una beneficiosa innovación. El proyecto, liderado por el Dr. Pedro Toledo, buscará alternativas proteicas para la elaboración de alimento de peces, aportando de esta manera a la economía circular de la Región de Coquimbo y favoreciendo tanto a procesadores y productores como a la población general y el medio ambiente.
Los comunicamos con la Universidad Católica del Norte, para tener más antecedentes respecto al proyecto FIC-R BIP 40014497-0 «Formulación alimento de peces utilizando subproductos”, financiado por el Gobierno Regional de Coquimbo, y ejecutado por el Departamento de Acuicultura de dicha universidad, junto con el Centro de Estudios Avanzados de Zonas Áridas (CEAZA). El proyecto, es dirigido por el Dr. Pedro Toledo Agüero, quien, junto a su equipo, buscan darle una solución al problema de los desechos provenientes de la acuicultura y pesca en la Región de Coquimbo y aportar con una alternativa de economía circular para el sector.
En la Región de Coquimbo, la pesca y la acuicultura representa US$ 62 millones de dólares y emplea 8572 personas, es decir el 3,5% de la población activa de la región. Más de 30 caletas pesqueras se distribuyen en la costa de norte a sur y constituyen un elemento clave en el desarrollo del borde costero, así lo indica el documento Estrategia regional desarrollo Región Coquimbo al 2020, donde también indican que la acuicultura debería conocer una nueva tendencia al crecimiento, con más diversificación de productos y de mercados.
Con sus 175 empresas, tiene perspectivas positivas de desarrollo. Por su parte y, según antecedentes aportados por este proyecto, existen más de 30 empresas que se dedican a procesar recursos marinos, provenientes tanto de la pesca industrial como artesanal, obteniendo productos congelados, principalmente moluscos y crustáceos, exportando a diversos países. Sin embargo, el procesamiento de estos recursos genera grandes volúmenes de subproductos, los cuales, hasta ahora, tienen como único destino el vertedero local, afectando el bienestar de la comunidad regional.
“Hay que lograr incorporar dentro de la cadena productiva todos los desechos de subproductos que son orgánicos, ya que tienen mucho valor agregado, se está botando y a la vez, están generando mucha contaminación, apuntando a lograr generar una economía circular donde no se desperdicie absolutamente nada, así como sucede con el cerdo, explicó el Dr. Toledo, agregando que “estos subproductos del mar que no se usan, tienen alto valor desde el punto de vista nutricional, tienen que ser recuperados para hacer utilizados nuevamente en el sector productivo”.
En la actualidad, la harina de pescado es la principal fuente de proteína para la elaboración de alimento de peces. Según datos aportados por el proyecto “este componente es rico en energía y en minerales, contiene entre 60 y 80% de proteína cruda, de la cual del 80 al 95% es digerible por estos organismos; y se caracteriza por su alto contenido de lisina y metionina, los dos aminoácidos más limitantes en las proteínas de origen vegetal. Sin embargo, los elevados costos de la harina de pescado, ocasionados por la alta demanda del producto, a nivel mundial y la sobrepesca, han obligado a los productores a buscar nuevas fuentes alternativas de proteína para alimentación con dietas en las que se incluya menores cantidades de ésta, o de ser posible, reemplazarlas”. Por esta razón, buscar fuentes de proteínas que vayan en su reemplazo siempre será una buena alternativa, más aún si la propuesta va en favor del medio ambiente y con ella se obtiene un producto de calidad, como lo plantea este proyecto, cuyo objetivo principal será evaluar la utilización de subproductos de la pesca y acuicultura de la Región de Coquimbo para generar un ingrediente que permita formular un alimento balanceado para peces.
El proyecto considera, además:
- Determinar la composición proximal de harina de subproductos de la industria de crustáceos y ostión.
- Formular un alimento para peces reemplazando total o parcialmente la harina de pescado por harina de subproductos.
- Determinar el efecto de diferentes dietas formuladas sobre la digestibilidad y crecimiento en peces.
- Determinar los efectos fisiológicos de la nueva dieta en peces en base a indicadores moleculares de crecimiento.
Diversificación y alimento para peces marinos no salmónidos.
Fundación Chile, será la encargada de proveer juveniles de corvina de biomasa individual de 200 g. “En este proyecto, se trabajará con la corvina como especie de estudio, pero se espera que los resultados puedan ser aplicados también en otras especies de peces”, aclaró el Dr. Toledo.
“La corvina es una de las tres especies de peces que estamos llamados a producir a nivel nacional, junto con el congrio y palometa. Esta diversificación está ocurriendo en el norte de Chile y nuestro llamado es a lograr el desarrollo de la acuicultura en el norte. Esta acuicultura, tiene que reunir una serie de características, tiene que ser una actividad rentable, tenemos que desarrollar la tecnología de cultivo a bajo costo, tiene que ser sustentable con el medio ambiente, entre otras. El 60% de los costos de esta actividad acuícola se va en el alimento, hoy estamos pescando peces pelágicos en las primeras regiones del país, se transforman en harina de pescado, se van en un transporte a Puerto Montt, se hacen pellet y después viajan por tierra de vuelta a la Región de Coquimbo”, explicó el director del Programa Corvina de Fundación Chile, Cristóbal Cobo, refiriéndose al elevado costo de transporte, huella de carbono y mano de obra asociado, versus el desarrollo de esta nueva alternativa de alimento para peces marinos no salmónidos, desarrollado en la propia región.
Al respecto, el Dr. Toledo expresa que “el país ha pensado en generar una diversificación acuícola especialmente en la zona norte, con especies endémicas, por lo que deberíamos potenciar y hacer estudios asociados para saber, por ejemplo, qué requieren de alimento, desde ese punto de vista, consideramos que es muy importante la necesidad de crear dietas especie-específicas. Lo más caro en un sistema de cultivo siempre van a ser las dietas y es un gasto que no es menor, si nosotros logramos rentabilizar las dietas, la rentabilización del sistema cultivo se hace mucho más interesante”, recalcó.
Transformación de los subproductos
Según datos entregados por el proyecto, “en la Región de Coquimbo se desechan, por año, más de 14 mil toneladas de descartes de productos del mar, y solo los subproductos del procesamiento de la jibia pueden llegar a generar cerca de 6 mil toneladas. En esta misma línea, la industria del ostión, es otro de los mayores aportadores de subproductos biológicos al relleno sanitario local. Otros actores importantes que suman altos volúmenes de descartes son las empresas que procesan crustáceos de profundidad, tales como camarón y langostino”. Al respecto, el Dr. Toledo agrega que “con estos subproductos, podemos generar harinas que creemos que podrían servir como parte de las materias primas que se usan para la formulación de alimentos para peces marinos. Un ejemplo es el caso de las cabezas de camarón marino. Se han determinado que existen valores muy elevados de proteínas, lípidos y carbohidratos; son valores interesantes de poder recuperar y ver cómo nosotros podemos incorporarlos nuevamente como una fuente importante de nutrientes para animales”.
“Queremos definir qué propiedades funcionales pueden tener estos productos que se están recuperando. Vamos a generar un estudio de información asociada a marcadores moleculares que van a permitir un buen crecimiento o una buena resistencia enfermedades o al estrés.
Obtención de harina, formulación de alimento e indicadores
El Dr. Toledo nos cuenta cómo se realizará el proceso, “los productos serán deshidratados, luego, vamos a moler, tamizar la harina y determinar la cantidad de materia seca de proteína y veremos qué aminoácidos nos van a entregar estos componentes, qué perfil de ácidos grasos podrían tener estas harinas que estamos desarrollando. Nos interesan, puntualmente, los ácidos grasos poliinsaturados y los altamente insaturados como los Omega 3”.
“Luego, generaremos alimento formulado con estas harinas. Vamos a determinar sus características fisicoquímicas y vamos a generar alimento extruido, formulado con 30% de harinas de subproductos, también probaremos la digestibilidad de estas harinas con bioensayos que se realizarán en la Universidad Católica del Norte”.
“A partir de esta información vamos a obtener indicadores de alimentación, índice de conversión y la tasa de consumo de alimento; parámetros biométricos de crecimiento, tasa crecimiento específica, tasa de supervivencia; análisis de la calidad del filete, proximales de ácidos grasos y aminoácidos, parámetros bioquímicos asociados a la sangre e hígado, glucosa, proteínas, triglicéridos, lactato y los efectos fisiológicos basados en análisis moleculares y morfológicos, por lo tanto, vamos a determinar las propiedades funcionales de estas harinas de subproducto”, expresó el Dr. Toledo.
Cabe destacar que los principales beneficiarios de este proyecto son las empresas procesadoras de recursos del mar de la región de Coquimbo y empresas acuícolas de peces marinos de la zona norte. Sin embargo, este proyecto también tiene un componente ecológico, medio ambiental y social, que impactará en la calidad de vida de las personas que viven aledañas a rellenos sanitarios, debido a una disminución de los olores y menor esparcimiento de lixiviados.
Revista digital Mundo Acuícola
Edición 130
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Abril 2021