
La investigación se centró en los genes inmunológicos del salmón Atlantico, abriendo caminos para mejores vacunas.
El sistema inmunológico del salmón es menos conocido que el de los mamíferos, pero su estudio es clave para mejorar la salud y el bienestar en la acuicultura, señala el investigador marino Rolf Brudvik Edvardsen del Instituto Noruego de Investigación Marina.
Los linfocitos B son células de defensa del organismo. Algunos de ellos, conocidos como células B IgM positivas, producen un anticuerpo esencial para que el salmón combata enfermedades y se mantenga saludable: la inmunoglobulina M (IgM).
Tecnología CRISPR
Ahora, un grupo de científicos ha logrado desactivar ambos genes que codifican la inmunoglobulina M en el salmón Atlántico.
«Desactivar estos genes significa que la inmunoglobulina M deja de producirse en el organismo del pez, lo que normalmente lo protege contra patógenos», explica Edvardsen.
Para ello, utilizaron la tecnología CRISPR, un método de edición genética que permite modificar la estructura del ADN en un organismo.
Este es el primer caso en que se desactivan específicamente genes relacionados con la inmunidad en el salmón, lo que proporciona nueva información sobre cómo funciona su sistema inmunológico y podría contribuir al desarrollo de mejores vacunas.
Salmón sobrevive con un sistema inmunológico debilitado
Para evaluar el impacto de la modificación genética, los investigadores analizaron las células B en la sangre de los peces.
Los resultados mostraron que la cantidad de células B IgM positivas se redujo, en promedio, un 78 %. En algunos peces, prácticamente desaparecieron, pero aun así sobrevivieron.
«Que estos peces hayan sobrevivido, incluso en un ambiente no estéril, fue sorprendente», señala Edvardsen.
«Esto sugiere que pueden tolerar un sistema inmunológico debilitado».
El hallazgo abre nuevas preguntas sobre cómo el salmón se defiende sin la ayuda de la inmunoglobulina M.
Los investigadores también descubrieron que los peces con bajos niveles de IgM aumentaron la producción de otro anticuerpo: la inmunoglobulina T (IgT).
«Parece que la IgT puede cumplir un rol complementario en el sistema inmunológico, compensando la falta de IgM», explica la investigadora Mari Raudstein, quien desarrolló este estudio como parte de su doctorado.
La IgT es clave en la inmunidad de las mucosas, protegiendo zonas como las branquias, el intestino y la piel, que están en contacto directo con numerosos microorganismos.
«Entender cómo interactúan los distintos componentes del sistema inmune del salmón nos permitirá desarrollar vacunas más efectivas contra diversas enfermedades».
Próximo paso: eliminar completamente el anticuerpo
El siguiente objetivo de los investigadores es criar una generación de salmones sin inmunoglobulina M, lo que permitiría estudiar con mayor profundidad cómo funciona su sistema inmunológico y mejorar la salud de los peces en la acuicultura.
Sobre el proyecto
Este estudio forma parte del proyecto TUNESAL (2019-2025), financiado por el Consejo Noruego de Investigación. La investigadora Mari Raudstein trabajó en esta iniciativa como parte de su doctorado, bajo la dirección de Rolf Brudvik Edvardsen.
Referencia
Raudstein, M., Peñaranda, M.M.D., Kjærner-Semb, E. et al. Generation of IgM+ B cell-deficient Atlantic salmon (Salmo salar) by CRISPR/Cas9-mediated IgM knockout . Sci Rep 15, 3599 (2025).