Parlamentario cuestionó observaciones del gremio salmonero a proyecto de ley contra la resistencia a los antimicrobianos.
La instancia reunió a parlamentarios y diferentes representantes ligados al rubro agrícola y de producción animal, destacando a Álvaro Varela, fiscal de Empresas AquaChile, y Joanna Davidovich, directora ejecutiva del Consejo del Salmón, quienes hicieron ver las contribuciones del articulado, así como también algunos aspectos que podrían afectar el desarrollo de la salmonicultura.
«Como empresa nos hacemos cargo y promovemos un uso racional y controlado de antibióticos, el que permita, por un lado, mantener la eficacia clínica de las terapias curativas en los animales, y por otro, evitar la aparición de bacterias resistentes que puedan afectar la salud humana», señaló Varela, quien agregó que es necesario seguir avanzando en ciencia para desarrollar una normativa más exigente, siempre y cuando no perjudique a la industria.
Asimismo, Varela aclaró que los antibióticos en salmonicultura no se utilizan como promotores de crecimiento ni de manera preventiva, y que los tratamientos son vigilados por Sernapesca, resaltando además que los antibióticos utilizados en salmonicultura no se utilizan en humanos y que los mercados más estrictos acogen al salmón chileno.
En ese misma linea, Joanna Davidovich puso énfasis en que el uso de antibióticos en la salmonicultura está ampliamente regulado, por instituciones como el MINSAL, SAG y Sernapesca, ejecutándose mecanismos como la autorización de uso de determinados productos, estadísticas de uso, tipo y cantidad de compuestos de forma anual, además de muestreos para verificar residuos de antibióticos previo a autorizar la cosecha en centros de cultivo.
«En los últimos cinco años el uso de antimicrobianos ha bajado 44%, según el último informe de Sernapesca, y esto se ha logrado con mejor regulación, asociaciones publico-privadas, investigación, gestión sanitaria, manejo de densidad, control, detección, capacitación de veterinarios y por supuesto con mayor investigación», indicó Davidovich.
«El salmón chileno puede ingresar a los mercados extranjeros, pues cumple con las exigencias de presencia antimicrobiana incluso en los países más exigentes», recalcó.
Observaciones al proyecto de ley
Dentro de los aspectos a mejorar del articulado, Varela y Davidovich coincidieron en tres aspectos clave, relacionados con la prohibición de la metafilaxis en la producción animal, el establecimiento de responsabilidades directas producto de daños a la salud en función de la resistencia antimicrobiana y normas de etiquetado que informen los medicamentos utilizados en el ciclo de producción.
En este sentido, ambos coincidieron en que la metafilaxis es necesaria para el bienestar animal, y prohibirla impide el control de enfermedades, pues es la única manera de realizar tratamientos en la industria; que los medicamentos que se utilizan en la salmonicultura no son; y que de requiere más evidencia científica para establecer causalidad entre el consumo de antibióticos veterinarios en salmón y resistencia antimicrobiana y responsabilidad por daño a la salud en las personas.
«Incorporar etiquetas indicando los medicamentos veterinarios suministrados durante el proceso de cultivo puede crear alerta sin información completa y reducción del consumo de proteínas saludables como el salmón, creando impacto negativo en la salud de la población y en la competitividad de las exportaciones chilenas», señaló Davidovich
Finalmente, Varela indicó que «la acuicultura es un rubro estratégico, fundamental si Chile quiere contribuir a desarrollar un sistema alimentarios sostenible, por lo que mayores presiones a la industria para disminuir el uso de antimicrobianos requerirían ser acompañados por el desarrollo de otras herramienta que apoyan el crecimiento sostenible de la industria».
Cuestionamientos
Al terminar las exposiciones, el senador Guido Girardi realizó una critica a la visión expuesta por los representantes de la industria, indicando que se relativiza la situación sobre el uso de antibióticos.
«La salmonicultura esta aplicando una metafilaxis de manera irresponsable, y tiene un problema porque tiene ecosistemas que tienen una carga de impacto grande, y que se tienen que compensar a través del uso de antibióticos en los peces. Se trata de un problema ecológica más que tecnológico. Si tuviesen mejores practicas abría que usar muchos menos antibióticos», añadió Girardi.
Finalmente, el parlamentario resaltó que en este proyecto se hace necesaria la participación del mundo científico y académico, y que el objetivo de esta iniciativa no es prohibir, sino regular.
«Entiendo la preocupación del mundo productivo, pero este proyecto es para ayudarlos. Porque si Chile tiene una política de salmones con antibióticos, vamos a tener barreras en los mercados a futuro. Por eso, invito a que avancemos en este proyecto de ley y pongamos el interés de la ciencia por sobre cualquier otro».