Por Cristina Rodriguez-Benito y Christian Haag Mariscope Ingenieria Traducción del artículo original En el sur de Chile se cultivan varias especies de salmónidos. El país es el segundo productor mundial,...
Por Cristina Rodriguez-Benito y Christian Haag
Mariscope Ingenieria
Traducción del artículo original
En el sur de Chile se cultivan varias especies de salmónidos. El país es el segundo productor mundial, con alrededor de 953 toneladas (dato de final del año 2019). Desde el inicio de la actividad acuícola, las autoridades han ido incrementando permanentemente la legislación sobre esta actividad, con el fin de establecer normas que permitan regular esta actividad productiva.
Hacia fin de junio del presente año se produjo el colapso completo de un centro de cultivo conformado por entre 16 y 18 jaulas con más de 770.000 peces, de un promedio de 3.8 kg cada uno. Un total de biomasa equivalente a 2.900 toneladas de pescado. El centro se hundió el 27 de junio a una profundidad entre 295 m y 310m en el sector este del Seno de Reloncaví, ubicado en la región de los Lagos, al sur del país. La pérdida económica estimada fue de unos 15Millones de dólares.
Solo seis días después del evento el satélite Sentinel-1, del programa europeo Copernicus reveló los primeros indicios del aceite de pescado en la superficie marina. Esto fue posible mediante tecnología denominada SAR por sus siglas en inglés Synthetic Aperture Radar. Los radares de apertura sintética son instrumentos activos para la observación de la Tierra, que están a bordo de algunos satélites de observación terrestre y son capaces de detectar variaciones en los patrones de la superficie marina, incluso ante presencia de cobertura nubosa. La cobertura nubosa en la zona donde se realizó esta observación varía entre 30 y 70% a lo largo de año y con variaciones interanuales. En este sentido la tecnología mencionada se considera relevante para el estudio de aspectos de la oceanografía física regional, para estudios ambientales y la vigilancia marítima.
El radar detecta cambios en la rugosidad del mar originados por viento, oleaje y cambios de densidad, entre otros. Dada la consistencia de las sustancias oleosas como puede ser el petróleo, o en este caso el aceite de pescado se produce un cambio en la densidad de la capa superior del océano que es posible detectar desde cientos de kilómetros en el espacio.
La descomposición de casi 3.000 Toneladas de salmón comenzó a detectarse a los pocos días del hundimiento de las jaulas, mediante una señal en la superficie de unos 900m de longitud en dirección suroeste, y a una distancia lineal de 740m desde el centro del lugar donde el modulo se había hundido. El 5 de julio la señal en superficie medía más de 7km en esa dirección.
La pluma era aún visible en el mes de agosto, cuando se redactó este artículo. La rugosidad marina cambia en función de las condiciones meteorológicas locales, como la intensidad del viento. Por lo tanto dependiendo de ello la observación variará en cada adquisición satelital.
La presencia de aceite de pescado en la superficie marina es un indicador de la eutrofización que pudiera producirse en la zona donde ocurrió el evento. El monitoreo de la extensión y permanencia de esta pluma mediante radar puede ser un nuevo elemento a contemplarse en los programas de monitoreo ambiental que se realizan tras la ocurrencia de estos sucesos.
Actualmente, una de las aplicaciones más utilizadas de la tecnología satelital con radar es la detección y monitoreo de derrames de petróleo que suceden desde barcos petroleros y plataformas petrolíferas, así como accidente de la industria off-shore. El presente trabajo y otro anterior realizado por los mismos autores firmantes, demuestra que esta tecnología puede aplicarse también en la industria acuícola, mediante la detección de aceite de pescado en mar y lagos.
Sentinel-1 visualiza el mismo punto del planeta cada cinco días., lo que permite observar y cuantificar la evolución de muchos patrones de la superficie oceánica para disponer de información ambiental. Asimismo, estas observaciones permiten cuantificar la fuerza que influencia estas observaciones, como la dirección e intensidad del viento y del oleaje.
Los datos Copernicus nos están entregando información de gran valor y enormes capacidades para desarrollar nuevas aplicaciones y fomentar las que existían lo que permite estudiar muchos temas ambientales y mejorar las aplicaciones operacionales. El objetivo de este programa europeo es disponer de información de alta calidad, disponible para apoyar la toma de decisiones a las entidades públicas y privadas.
Cabe destacar el potencial de esta aplicación en zonas remotas y con climas extremos, como los que suceden en la Patagonia. Este estudio, realizado en Chile, es la primera mención internacional de la aplicación de datos de datos de apertura sintética de radar (SAR) para monitorear la detección de aceite de pescado en el entorno de centros de cultivo de salmónidos accidentados.