Corte de Apelaciones de Temuco admitió a trámite recurso de protección interpuesto por vecinos, autoridades ancestrales y comunidades Mapuche,
«La empresa operó de manera irregular durante 20 años hasta obtener su Resolución de Calificación Ambiental (RCA) el 2018, sin embargo, el Tercer Tribunal Ambiental revocó sus permisos en 2021, funcionando desde entonces sin autorización», informó ONG FIMA
La Corte de Apelaciones de Temuco admitió a trámite el recurso de protección interpuesto por vecinos, autoridades ancestrales y las comunidades mapuche Juan Cayuleff, José Caripang y Gregorio Alcapán, concediendo una orden de no innovar provisoria, la que consiste en la paralización de las faenas de la Piscicultura Chesque Alto y la prohibición de hacer vertimientos de residuos al río Chesque. Esto luego de que la empresa no acatara el fallo del Tercer Tribunal Ambiental, el que indicó que no era posible asegurar que el proyecto no dañará el medio ambiente, revocando su Resolución de Calificación Ambiental (RCA).
“La Corte de Apelaciones ponderó correctamente la urgencia de que se detenga el vertimiento de residuos al río, ya que la sentencia del Tribunal Ambiental que revocó su autorización fue clara en concluir que la afectación de la calidad de las aguas afecta también las formas de vida y costumbres de comunidades mapuche aledañas”, indica Antonia Berríos, abogada de ONG FIMA.
La afectación para la comunidad
La comunidad de Chesque Alto, localidad ubicada en la zona cordillera de la región de La Araucanía, ha denunciado por años la contaminación del río Chesque producto de los vertimientos realizados por esta Piscicultura, la cual funciona desde 1998 en el lugar, y operó sin autorización ambiental hasta 2018, cuando obtuvo su primera Resolución de Calificación Ambiental (RCA).
En este lugar, conviven comunidades mapuches ancestrales y emprendimientos turísticos que dependen del agua de los esteros Nalcahue y Los Quiques, los que desembocan en el río Chesque, por lo que la contaminación provocada por la Piscicultura es una preocupación latente. Los y las vecinos han evidenciado la turbiedad, aparición de algas, mal olor y mal sabor en el curso de agua, viendo afectadas sus actividades tradicionales, como el lavado de lanas y recolección de lahuen (hierbas medicinales), amenazando sitios de importancia espiritual, como el espacio del Trawunko y el Menoko, lugar de donde se obtienen hierbas medicinales para el desarrollo de salud ancestral.
“Es muy importante para nosotros que, después de todo este tiempo, el río Chesque se pueda recuperar”, señaló Mónica Paillamilla, ñerekafe del sector.
Esto, sumado a que el funcionamiento de la empresa vulnera la garantía de igualdad ante la ley y el derecho a vivir en un medioambiente libre de contaminación, llevó a la comunidad a interponer un recurso de protección, y que fue admitido a trámite por la Corte de Apelaciones.
Así lo expresa Hans Labra, vecino de la piscicultura y recurrente en el recurso interpuesto: “Para mí significa no sólo un gran triunfo medioambiental, sino también la comprobación de que el camino de la lucha jurídica también da frutos en la justa reivindicación de derechos vulnerados. Esto sienta un precedente de lo que es el buen y correcto uso de los recursos administrativos, y de la unión del pueblo en lucha con organizaciones no gubernamentales que protegen de buena fe la naturaleza, como es el caso de ONG FIMA que ha caminado por años, par a par con las comunidades mapuche, y con las y los observantes en el Proceso de Participación Ciudadana, en el marco de la evaluación ambiental de la Piscicultura Chesque Alto”
Se espera que dentro de los próximos días la Piscicultura exponga sus descargos y luego se escuchen alegatos de ambas partes. La resolución definitiva podría tardar algunos meses.