Cooke Chile, empresa de capitales canadienses, anunció la cosecha del primer centro de cultivo de salmón orgánico certificado del país.
Culminando un proceso que duró cerca de cuatro años, Cooke Chile, empresa de capitales canadienses, anunció la cosecha del primer centro de cultivo de salmón orgánico certificado del país. Este logro marca un hito en la historia de esa compañía y de la industria salmonera en su conjunto.
Para concretar este desafío, Cooke realizó una importante inversión financiera y de recursos humanos, en el fiordo Cupquelan, ubicado en la región de Aysén, para generar procesos productivos cada vez más sostenibles y respetuosos con el medioambiente. Para lograr la certificación europea del producto, fue necesario acreditar el cumplimiento de los más altos estándares en la forma de producir salmón orgánico en el país.
“La cosecha del primer centro de salmón orgánico certificado de Chile, en conformidad con las normas ecológicas de la Unión Europea (UE), es fruto de un largo trabajo multidisciplinario, que implicó modificaciones importantes en la cadena de valor del salmón. Estamos hablando de una gestión inédita en el país, que surge con el objetivo de entregar productos de mar sostenibles y de alta calidad, que contribuyan a mejorar la reputación del salmón chileno, de la mano del cuidado del medioambiente”, detalló Andrés Parodi, gerente general de Cooke Chile.
Esta innovación en la producción acuícola, que inicialmente equivaldrá al 25% de la producción total de Cooke, no solo representa un nuevo estándar en la forma de producir salmón en Chile, sino que además simboliza la entrada de nuestro país al mercado internacional del salmón orgánico, considerado por muchos como parte fundamental de la solución alimentaria del futuro. “Al tratarse de una certificación europea, el principal mercado que se abre es el de la Unión Europea. Dentro de ella, los principales países en términos de demanda por producto orgánico son Francia y Alemania”, añadió Parodi.
Sistema inédito de producción
El salmón orgánico no puede producirse en espacios utilizados previamente en cultivos tradicionales, sino que debe ser cultivado en centros que han sido previamente acondicionados y certificados. Por lo anterior, antes de iniciar la producción, la compañía debió vaciar, limpiar e higienizar integralmente sus instalaciones. Las pisciculturas debieron pasar por un período de seis meses de higienización y descanso productivo, mientras que las estructuras a mar abierto lo debieron hacer por un período de tres meses.
La alimentación de los peces no estaba disponible en Chile según el estándar orgánico. Por esta razón, la compañía debió importar desde Escocia el total de las toneladas de alimento certificado necesario para llevar a cabo la producción orgánica.
El proceso de cultivo también fue realizado bajo exigentes estándares, que se asocian principalmente a la mantención de los salmones a bajas densidades, minimizando el nivel de estrés, con un alto nivel de bienestar animal y con el uso exhaustivo de tecnologías e infraestructura de última generación.
Asimismo, los equipos multidisciplinarios de Cooke Chile debieron adquirir nuevos conocimientos, necesarios para llevar a cabo la implementación del estándar orgánico de manera óptima, mediante un proceso de capacitación que comprendió 460 horas de trabajo.
“Este hito fue alcanzado gracias al esfuerzo común de todo el equipo de Cooke Chile que estuvo directa o indirectamente involucrado en este proyecto, además del apoyo de nuestros proveedores en Chile y en el extranjero”, concluyó Parodi.