La Asociación de Médicos Veterinarios Vinculados a la Acuicultura, Mevea Chile; conoció de primera fuente el trabajo que está realizando la Universidad Católica al respecto, en voz de la doctora...
La Asociación de Médicos Veterinarios Vinculados a la Acuicultura, Mevea Chile; conoció de primera fuente el trabajo que está realizando la Universidad Católica al respecto, en voz de la doctora Katia Abarca.
En el marco de los conversatorios que ha desarrollado durante este año la Asociación de Médicos Veterinarios Vinculados a la Acuicultura, Mevea Chile, la doctora Katia Abarca entregó detalles del grado de avance de la prueba de vacuna para el SARS-CoV-2 en Chile, y en la cual está trabajando la Universidad Católica.
La doctora Abarca, quien es infectóloga pediátrica, lidera el equipo de especialistas de la PUC, dado sus amplios conocimientos en investigación de vacunas e infecciones emergentes.
Para abrir su exposición, puso en contexto a la audiencia, respecto de las fases que debe recorrer una vacuna antes de llegar a la población (fases pre-clínica, clínica con sus fases 1, 2 y 3 y fase de post-comercialización).
Como es de público conocimiento, hay varias vacunas en distintas fases de prueba (Oxford de Astrazeneca, Cansino BIO de China, Janssen, Moderna, Pfizer, entre otros); pero la doctora Abarca profundizó en la de Sinovac; la cual es una vacuna a virus inactivado que en la fase pre-clínica mostró seguridad, inducción de anticuerpos neutralizantes e incluso
prevención de neumonía en monos sometidos al estudio.
En los estudios de fase 1 y 2 en personas, la vacuna ha mostrado ser segura, bien tolerada e inmunogénica. De hecho, en no más del 30% de los sometidos a la prueba se presentó algún efecto adverso, siendo el más frecuente el dolor en la zona donde se colocó la
inyección, que fue en general leve y transitorio. Muy pocos participantes (menos del 3% presentaron fiebre). También se pudo establecer que induce anticuerpos neutralizantes.
Convenio PUC
El convenio firmado entre la Universidad Católica y Sinovac, establece el asegurar, una vez que se demuestre la seguridad y eficacia de la vacuna, varios millones de dosis para el país a un precio preferencial; de manera tal que estos estudios que se realizan a tres mil personas en nueve centros de salud de Santiago y la región de Valparaíso traerán un beneficio concreto para nuestra población.
Los voluntarios que participen del estudio cuentan con un seguro ante la ocurrencia de eventos adversos. Además, serán monitorizados cuidadosamente durante el año que dura el seguimiento, cumpliendo con los estándares internacionales para los estudios clínicos.
En nuestro país, el CAVEI Chile (Comité Asesor de Vacunas e Inmunizaciones) ya estableció la priorización para vacunar una vez que se cuente con una vacuna para uso poblacional, que incluye entre otros a los trabajadores de la salud, a quienes permanecen en sistema de reclusión cerrada, centros del Sename o de larga estadía; adultos mayores y población con condiciones de salud de riesgo y por último el resto de la población general.
La doctora Abarca precisó que los análisis de eficacia de la vacuna se harán en conjunto con Brasil, para tener una muestra más representativa (los tres mil casos de Chile se sumarán a los 13 mil de Brasil), y este análisis no se hará sólo al final del período, sino en los próximos cuatro o seis meses, siendo posible tener para entonces ya algunos resultados respecto a la capacidad de protección de esta vacuna.
Acotó eso sí, que este estudio y otros en curso no responderán todas las preguntas de la comunidad científica, como, por ejemplo, cuánto durará la inmunidad. Más adelante sabremos si se necesitará reforzar aquella dosis o no, el perfil de seguridad por grupo de riesgo o edad; o el impacto de la vacuna en los asintomáticos, entre otras inquietudes.
Por ahora, lo concreto es que se está avanzando, y la Pontificia Universidad Católica, liderada por la doctora Abarca, lleva ya un buen camino recorrido.