Reproducimos la columna de opinión de Rodrigo Sánchez Raccaro, empresario acuícola, respecto a la generación de patentes en el sector salmonero.
La historia de la innovación en la industria del salmón de Chile ha estado siendo escrita -principalmente- por los proveedores especializados, no por falta de interés por parte de los productores, sino que debido a desafíos estructurales, ya que producir salmónidos requiere de una atención extremadamente aguda hacia el pez, el cual, a diferencia de otras proteínas animales intensivas, para su sano crecimiento, no solo depende de las condiciones ambientales, sino que también de las oceanográficas, lo cual multiplica el tiempo y la atención requerida para el eficiente manejo de estas variables productivas para así poder obtener una proteína saludable, sustentable y además rentable.
En parte, esto explica el porqué solo tres salmonicultoras, según publicó recientemente el Diario Financiero, tienen una patente cada una en sus 40 años de historia. En nuestro caso, como especialistas y desarrolladores de innovación acuícola, y solo a modo de ejemplo, entre 2009 y 2017 hemos liderado la presentación de más de siete patentes nacionales e internacionales, donde la tasa de éxito ha sido sobre el 80%. Algunas de estas patentes han sido específicas, apuntando a mejoras puntuales; y otras disruptivas, como la de la nave Ocean Arks Tech.
El proceso de patentamiento es un arte y es engorroso. Existen muy pocos especialistas que realmente saben y conocen los recovecos para lograr la obtención de una patente. Me ha tocado ver y revisar invenciones excepcionales, de carácter innovativos únicos y de un potencial global tremendo, pero que han nacido muertas desde sus inicios. El cómo redactar una presentación de patente y cómo plasmar la innovación en la solicitud de patente nacional o internacional es clave. Si se cometen errores en esta etapa, la patente estará literalmente muerta y solo generará gastos e ilusiones durante el tiempo que tarda la tramitación de una patente. Hay que tener mucho cuidado en esto, de manera que no se transforme en un festival de ilusiones y gastos liderados por especialistas que realmente no lo son lo suficientemente expertos.
El desconocimiento del proceso y la falta de especialistas que mejoren la tasa de éxito en la obtención de una patente, son una de las razones que explican, en parte, el porqué a la fecha el patentamiento no ha sido un tema relevante y estratégico para la salmonicultura nacional y a diferencia de lo que ocurre en industrias de otras latitudes.
Uno de los principales incentivos de los innovadores y/o inventores para adentrase en el complejo mundo del patentamiento de una innovación es la protección y el retorno de la inversión de la innovación. Para que se dé el primero, la solicitud de patente tiene que gestarse correctamente. Para el segundo, es decir que sea rentable, se requiere que la invención sea disruptiva y aplicable -ojalá- globalmente.
Por Rodrigo Sánchez Raccaro, empresario acuícola.