Durante el evento, que se realizó en Francia, Chile fue representado por los doctores César Cárdenas y Lucas Krüger, más el magíster Francisco Santa Cruz, todos profesionales del Departamento Científico...
Durante el evento, que se realizó en Francia, Chile fue representado por los doctores César Cárdenas y Lucas Krüger, más el magíster Francisco Santa Cruz, todos profesionales del Departamento Científico del Instituto Antártico Chileno (La Prensa Austral).
Concarneau, en la Bretaña francesa, fue el centro de análisis y discusiones en el que el grupo internacional de trabajo sobre Seguimiento y Ordenación del Ecosistema, de la Convención para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCAMLR, por sus siglas en inglés), buscó definir una nueva estrategia de manejo de la pesquería del krill. Esta propuesta será enviada al Comité Científico de CCAMLR, una vez que expire la medida de conservación que distribuye las capturas máximas en el área 48, que incluye las aguas que rodean gran parte de la península Antártica.
En esta reunión internacional, en la que se contó con la participación de 60 países, Chile fue representado por los doctores César Cárdenas y Lucas Krüger, más el magister Francisco Santa Cruz, todos profesionales del Departamento Científico del Instituto Antártico Chileno. Cárdenas, quien además fue coordinador de la reunión, destacó la participación del Inach, que presentó varios documentos, que fueron ampliamente discutidos en relación al incremento en la concentración de la pesca en áreas determinadas. Asimismo, se presentó un análisis que mostró el potencial riesgo de efectos negativos de la pesquería sobre organismos dependientes del krill, bajo condiciones ambientales particulares en determinados años.
“El año 2016 no se había podido llegar a ningún acuerdo y se decidió extenderla de manera precautoria. La medida vigente (porcentajes de captura basados en límites históricos) divide la captura de krill en el área 48 en 620.000 toneladas (155.000 toneladas para la subárea 48.1, península Antártica occidental) y una vez que se cumple, no se puede pescar más. Eso generalmente ocurre en la subárea 48.1. Las capturas han ido aumentando de manera controlada, producto de los cambios en la duración y cobertura del hielo marino; con esto los buques tienen más tiempo y más zonas de movimiento. Sin embargo, el mayor problema radica en que se está produciendo una mayor concentración de la flota pesquera, lo que implica que aumentaría el riesgo en las poblaciones que se alimentan de krill, ya que estarían compitiendo directamente por el recurso”, advirtió Cárdenas.
La pesca de krill se concentra en la Península y las islas Orcadas del Sur, describió el investigador. “En este encuentro había que decidir una estrategia para poder avanzar. Una semana la determinamos para discutir el manejo de krill y las otras para el trabajo destinado al manejo espacial y el monitoreo del ecosistema. En base a documentos presentados por científicos de diversos países, se estableció una estrategia que se espera desarrollar de aquí a dos años. Se logró un gran progreso en cómo definir una nueva forma de establecer los límites de la pesca de krill. Esta no será en base a los porcentajes históricos, sino a nueva información científica más amplia y datos que aporte la industria pesquera y que sean recopilados por la comisión”.
En esta línea, entre el 10 y 14 de junio, César Cárdenas y Lucas Krüger, participaron en el Taller de Manejo de la Pesquería de Krill, organizado por el Instituto Antártico del Reino Unido (Bas) y la Agencia Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (Noaa), con el apoyo de la ONG Pew, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y la Asociación de Compañías de Pesca Responsable de Krill (ARK). El objetivo de este encuentro fue discutir formas de avanzar en la armonización del manejo de la pesquería de krill con la propuesta chileno-argentina de un Área Marina Protegida (AMP) en la península Antártica y sur del arco de Scotia.
En tanto, entre el 24 de junio y 5 de julio se realizó la reunión del Grupo de Trabajo sobre Seguimiento y Ordenación del Ecosistema, del Comité Científico de CCAMLR, donde se acordó una aproximación para un nuevo modelo de manejo interactivo de la pesquería. Según Cárdenas, fue una de las reuniones más fructíferas desde hace mucho tiempo, ya que en encuentros anteriores no había existido consenso entre los países, pero en esta ocasión se acordó una propuesta para el futuro manejo de las capturas de kril, restando aún determinar cómo distribuir las capturas en relación a las estimaciones de biomasa disponible y los datos aportados por los programas científicos y la industria. El objetivo es conocer mejor los cambios que han ocurrido en el ecosistema a través de un enfoque armonizado que permita, a su vez, manejar dinámicamente la pesquería de kril en este ambiente tan particular y extremo.
Esta propuesta será presentada por el doctor Cárdenas en la próxima reunión anual del Comité Científico de CCAMLR, que se realizará en octubre próximo en Hobart, Australia, para su aprobación y posterior implementación.
Cárdenas reconoce sí que, actualmente, los barcos que pescan krill informan continuamente a CCAMLR respecto de sus movimientos y tonelajes de extracción. “Actualmente, la Comisión establece un monto fijo: si este se cumple, no hay más pesca. De ser aprobado por el Comité Científico, la futura pesca de krill, a través de una nueva aproximación, se transformará en una actividad mucho más interactiva, sabiendo el stock, biomasa y porcentajes por sectores, y las capturas podrán ser distribuidas de manera aún más precautoria, reflejando las variaciones anuales en el ecosistema”.