Expertos del Copas Sur-Austral demostraron cómo la ciencia local puede impactar el desarrollo social de pequeñas comunidades en la Patagonia chilena. (Mundo Acuícola). Actualmente se encuentran replicando su trabajo en...
Expertos del Copas Sur-Austral demostraron cómo la ciencia local puede impactar el desarrollo social de pequeñas comunidades en la Patagonia chilena. (Mundo Acuícola).
Actualmente se encuentran replicando su trabajo en Puerto Cisnes, localidad ubicada 207 kilómetros al norte de Coyhaique.
Actualmente la contaminación fecal en cuerpos de agua continentales y zonas costeras es uno de los problemas con mayor impacto sobre el medio ambiente y la salud pública, resultando prioritario encontrar soluciones efectivas que puedan implementarse en cualquier sitio, por aislado que se encuentre. Conscientes de ello, científicos del Copas Sur-Austral pusieron al servicio de la comunidad de Caleta Tortel sus conocimientos, ayudando a disminuir la grave contaminación que afectaba a las aguas que rodean a este turístico poblado de la Patagonia chilena. Rotavirus, hepatitis A y cólera, son algunas de las enfermedades a las que se exponían residentes y visitantes.
“En 2016 realizábamos pruebas para medir la contaminación fecal humana en alimentos a través de una nueva metodología molecular y, alertados por el evidente mal olor y las constantes enfermedades gastrointestinales que afectaban a sus habitantes, se nos ocurrió aplicar la técnica para evaluar la contaminación fecal humana en el agua de la bahía donde está Tortel. Los resultados fueron preocupantes. Detectamos niveles de 5.000 y 7.000 coliformes fecales humanos por cada 100 mililitros de agua, valores que exceden ampliamente la norma chilena (N.Ch. 1333), la que permite hasta 1.000 coliformes por cada 100 mililitros”, afirma el Dr. Rodrigo González, investigador de Copas Sur-Austral.
Con los resultados en mano, los expertos del centro de investigación de la Universidad de Concepción presentaron un completo informe y propusieron al municipio una solución transitoria de mitigación. Esta consistió en la instalación de piscinas decantadoras para retener el material sólido, dejando escurrir solo los líquidos a una segunda cámara de cloración. El éxito de esta medida fue categórico, ya que se logró bajar a niveles de entre 150 y 200 coliformes fecales humanos por cada 100 mililitros de agua, cumpliendo ampliamente con la norma.
Al respecto, el alcalde Bernardo López afirma que, “para nosotros es súper importante que un centro como el Copas Sur-Austral realice sus estudios en este rincón tan apartado de la Patagonia. Agradecemos enormemente que sus investigadores se involucraran en el análisis de la calidad del agua de nuestra bahía, permitiéndonos sustentar proyectos como el del alcantarillado al vacío, un sistema innovador que será utilizado por primera vez en Chile y que también podría ser ejecutado en otras localidades no aptas para implementar un sistema de alcantarillado tradicional”.
Debido a que el pueblo se emplaza sobre un cerro rocoso, no cumple con la norma sanitaria para instalar un alcantarillado tradicional, por lo que el municipio debió buscar una solución en Estados Unidos y luego tramitar su validación en Chile, proceso que duró más de cuatro años debido a que es primera vez que se utiliza en el país.
El sistema, denominado alcantarillado al vacío, al contrario de los métodos convencionales que utilizan gravedad para impulsar las aguas, emplea la presión para transportar los residuos. De este modo, se adapta a las condiciones de cada lugar, utilizando tuberías altamente resistentes y de pequeño diámetro.
Hoy este anhelado proyecto está a punto de concretarse, faltando únicamente que el Gobierno Regional de Aysén entregue el certificado de disponibilidad presupuestaria para comenzar con la ejecución de las obras, las que tendrán una duración de 12 meses.
En una próxima etapa, los científicos esperan colaborar en el control de los distintos estados del nuevo sistema, supervisión que no sería posible sin el conocimiento y las herramientas que Copas Sur-Austral ha puesto al servicio de la comunidad, desarrollando ciencia con un impacto real, que puede ser replicada tanto en grandes ciudades como en lugares tan remotos y aislados como Caleta Tortel.