La balsa también permitió detectar fenómenos causantes de altas mortalidades en la producción y tomar medidas de mitigación ante estos procesos naturales (Mundo Acuícola). En la región de Coquimbo, el...
La balsa también permitió detectar fenómenos causantes de altas mortalidades en la producción y tomar medidas de mitigación ante estos procesos naturales (Mundo Acuícola).
En la región de Coquimbo, el Centro Científico Ceaza ha enfocado sus esfuerzos de investigación y transferencia de conocimientos en territorios específicos. Tratando de identificar las necesidades locales para generar desde allí proyectos de investigación.
Es así como desde hace años, en la localidad de Tongoy, se ha trabajado con la empresa Invertec y la comunidad local para apoyar su desarrollo productivo, dar soluciones a algunas necesidades de información y fortalecer su capital humano.
Monitoreo océano-atmosférico de múltiples usos
Uno de los íconos de este trabajo conjunto es la balsa Ceaza-Invertec, un instrumento de medición de variables oceanográficas y meteorológicas que lleva cerca de cinco años instalada en la Bahía de Tongoy, y que ha permitido mejorar la toma de decisión de la empresa ostionera Invertec-Ostimar y la de pequeños acuicultores locales, a través del monitoreo constante de las condiciones océano-atmosféricas del área además de apoyar la investigación científica.
“La balsa ha tomado la necesidad de la empresa y de los pescadores, y la ciencia se ha nutrido de eso para construir un instrumento tecnológico útil tanto para ellos como para nosotros los investigadores, pues provee valiosos datos oceanográficos y biológicos de interés a nivel científico y productivo”, declaró María Valladares, oceanógrafa del Ceaza.
Se trata de la primera plataforma regional de observación que pone a disposición Tongoy, Región de Coquimbopública los datos con transmisión en tiempo real mediante un sitio web (Ceaza Met), permitiendo que diferentes públicos interesados en obtener información, puedan acceder a ella.
Su mantención requiere una constante inyección de recursos para tener los equipos en buen estado y actualizados, pues están expuestos al constante deterioro por acción del inclemente ambiente marino. “La balsa pertenece a Ceaza, pero la mantención y operación la gestiona Invertec Ostimar. Por ello el nombre, es un trabajo colaborativo entre ciencia y empresa que ha funcionado muy bien, ya llevamos cerca de tres años”, detalla la oceanógrafa.
“Es muy beneficioso, desde diferentes puntos de vista, en lo científico, permite observar procesos oceanográficos en su fase inicial, lo que ayuda a planificar muestreos intensivos. En lo recreativo, pues indica condiciones atmosféricas (ej. vientos) que pueden ser relevantes para tomar decisiones tan simples como ir a la playa o salir a navegar; y en lo productivo, pues indica si las condiciones marinas están cambiando, lo que puede ser beneficioso o no para el sector, tanto para pescadores artesanales como para la empresa”, sostuvo Diego Narváez, investigador del Núcleo Milenio Musels y usuario de la balsa.
El Dr. Bernardo Broitman, investigador Ceaza-Musels y director de un proyecto de fortalecimiento de capacidades en Tongoy, financiado por Conicyt, aseguró que para la región es de enorme importancia contar con la observación que otorga tener en línea instrumentos oceanográficos de última generación anclados frente a la costa. “Esto nos permite, finalmente, entender cómo varían naturalmente las masas de agua del mar, las que tienen diferentes propiedades físico-químicas y, por tanto, diferentes efectos sobre los organismos marinos”.
Beneficios de la balsa en la empresa
La construcción y creación de la balsa ha sido un proceso autodidacta, que responde a las necesidades de información surgidas en el transcurso de los años. “Se ha ido implementando y mejorando con el tiempo. Cada uno de los equipos se adquirió conforme se iban presentando necesidades de datos”, indicó Valladares.
La balsa busca proveer datos meteorológicos y oceanográficos. A nivel científico, son un insumo para que investigadores puedan desarrollar sus estudios, a nivel meteorológico la balsa capta variables como dirección y velocidad del viento, temperatura del aire y presión atmosférica, y a nivel oceanográfico, entrega datos de temperatura del agua, oxígeno disuelto en el agua, salinidad, fluorescencia y turbidez. Próximamente también medirá pH.
Pamela Tapia, jefa de planificación de Invertec Ostimar, relata que “para nosotros el viento es una variable sumamente importante, tanto que en la mañana lo primero que vemos son los datos de la balsa, por ejemplo, cuando vemos que vienen grandes vientos nos planificamos, no se sale a trabajar, pero dejamos todo el cultivo impecable para soportar un temporal”.
Valladares comentó que, antes, la Capitanía de Puerto de Tongoy utilizaba solo los datos de viento entregados por la estación ubicada fuera de la bahía, en Punta Lengua de Vaca, un lugar donde el viento es bastante más fuerte pero que, en este caso, la balsa permite una mayor precisión acerca de esta variable dentro de la bahía. “A nivel de operación acuícola eso les ahorra tiempo, dinero y permite una mejor planificación a la empresa”, añadió.
En tanto, Marcelo González, capitán del Puerto en Tongoy, agregó que “nosotros utilizamos harto los datos meteorológicos, debido al trabajo que se desarrolla en la zona, principalmente faenas de pesca y buceo entre Tongoy y Puerto Aldea. Si bien nosotros tenemos nuestros propios instrumentos de medición, muchas veces nos apoyamos de la información que entrega la balsa. Especialmente usamos los datos en temporada de invierno y en las fechas en que aumenta el viento”.
“Por años tuvimos varios eventos de mortalidad masiva en una misma época. Con la balsa, empezamos a detectar que entre los meses de septiembre y noviembre el viento generaba una baja drástica en el oxígeno del agua de mar, al punto de registrarse niveles de oxígeno disuelto de 0 mg/l por muchas horas o muchos días. Entonces comprendimos qué estaba provocando la mortandad de ostiones, era la surgencia costera. Además, detectamos una disminución del pH y otras variables ambientales que se modificaban en esa época del año”, explica Pamela Tapia, profesional de Invertec-Ostimar.
La balsa para la ciencia y la educación
La ciencia y la educación local también se benefician de la información de la balsa. Ejemplo de ello es el Liceo Polivalente Carmen Rodríguez Henríquez de Tongoy, que incorporó a su malla académica el uso e interpretación de los datos, permitiendo que los estudiantes en formación técnico profesional en acuicultura fortalezcan sus competencias.
Macarena Contreras, docente del liceo, comenta que, para los estudiantes de acuicultura, el Ceaza Met se transforma en una herramienta de trabajo de consulta periódica. Sin embargo, advirtió, que, para el análisis y reflexión de los datos, es necesaria una base teórica. “Los usuarios debemos ser capaces de interpretar los parámetros ambientales”.
Añade que “el sistema motiva a desarrollar habilidades tecnológicas y teóricas referidas al comportamiento de los océanos. En este contexto, la plataforma no solo se vuelve amigable para los estudiantes sino que, además, motiva el aprendizaje y la indagación”.
«El Ceaza junto al Copas Sur-Austral de la Universidad de Concepción están liderando la implementación de una plataforma (CDOM) que esperamos sea una red nacional de observación”, precisa el Dr. Broitman.
“Estos datos nos sirven para estudiar y entender algunos procesos oceanográficos que ocurren en la zona, establecer relaciones entre cambios o variabilidad en el ambiente marino costero y variabilidad atmosférica a escala local, regional y gran escala”, concluyó Diego Narváez, investigador del Núcleo Milenio Musels.