La industria del salmón en Chile y Noruega ha adoptado la tecnología RAS, generando avances ecológicos y sanitarios. Innovaciones en fotoperiodo reducen maduración temprana, promoviendo mejoras continuas en la acuicultura.
Hace aproximadamente cuatro lustros que la industria chilena del salmón incorporó la tecnología de la recirculación de aguas – RAS – , inicialmente en el ciclo de agua dulce y hoy se ha expandido hasta la engorda en aguas salobres o saladas, aportando innegables beneficios ecológicos, sanitarios, económicos, logísticos y operacionales, entre otros, y aportando fuertemente a la anhelada sustentabilidad de la actividad. Esta nueva manera de cultivar peces requiere diseñar y modular artificialmente algo tan sensible y perfectamente balanceado como lo es un medio ambiente acuático, intentando darle el equilibrio natural y perfecto a la química del agua o la incidencia de la luz, en comunión con la biología de los peces. Sin embargo, aún existen profundos vacíos de conocimiento que se reflejan en maduraciones indeseables, crecimientos por debajo de lo esperado y morbilidades o mortalidades ulteriores de los peces durante el proceso de la engorda. En la actualidad, la pérdida desde siembra hasta cosecha de Salmo salar está en el rango entre un 13 a un 19 %, tanto en Chile como en Noruega, con la mayor parte de ella cerca de la siembra. Lo anterior ofrece una oportunidad para mejoras y sigue siendo el gran incentivo para acortar el ciclo marino mediante la siembra de smolts de mayor tamaño con protocolos de fotoperíodos más complejos, lo cual también ha producido inconvenientes imprevistos.
Mejoras sustantivas en la reducción de la maduración sexual de post smolts o “Jacks” de salmón del Atlántico cultivados en RAS lograron, recientemente, un grupo de científicos noruegos dirigidos por el Dr. Thomas Fraser del Instituto de Investigación Marina (IMR) de la Estación de Investigación de Acuicultura Matre, Noruega.
Este grupo de académicos tenía muy claro que la maduración sexual precoz no es deseada en el cultivo de salmón, ya que reduce la capacidad hipoosmorreguladora y el crecimiento a largo plazo en el agua de mar, generalmente en los machos. Por el contrario, las hembras en cultivo no constituyen un problema, puesto que rara vez maduran antes de su segundo invierno en el mar y, por lo general, alcanzan el tamaño de cosecha antes de esa fecha. Con esto en mente, los científicos noruegos, mediante la modificación y optimización de protocolos de fotoperíodo, lograron desarrollar aquellos diseños que significaron la menor generación de machos precoces, teniendo en consideración que los altos niveles de maduración en RAS pueden ser adicionalmente el resultado de las altas temperaturas del agua y el rápido crecimiento que ocurren en estos sistemas productivos, todos ellos factores de riesgo para el fenotipo “grilsing”. El diseño experimental fue muy simple; los investigadores dividieron 380 salmones juveniles de 120 gramos, de ambos sexos, en grupos similares, en 6 estanques a 16°Celcius, todos los cuales fueron expuestos, por seis semanas, a luz que simulaba un día de invierno (12:12), antes de que ésta aumentara a:
1) Luz constante (24:0), en dos estanques.
2) 21 horas de luz y tres horas de “noche” (21:3), en dos estanques.
3) 18 horas de luz y seis horas de “noche” (18:6), en dos estanques.
Los peces se mantuvieron en estas condiciones durante seis semanas. Es así como un pequeño cambio en el fotoperíodo, redundó en asombrosos resultados. Aquellos peces machos que se mantuvieron con el método tradicional de luz constante (24:0) tuvieron un 33 % de maduración gonadal. Cuando el “día artificial” se acortó de 24 a 21 horas, seguido de una breve “noche”, que solamente duró tres horas, solo el 10 % de los peces alcanzó la madurez sexual. De manera similar, cuando el fotoperíodo fue de 18 horas luz y 6 de oscuridad, el resultado de peces machos maduros alcanzó un 12 % del total. Esa pequeña “siesta” de 3 ó 6 horas marcó una gran diferencia.
Como era de esperar, todos los machos que maduraron eran mucho más alargados que aquellos que no lo hicieron. Similarmente, los machos púberes tuvieron una menor actividad, en un 35 %, de la enzima Na+/K+-ATPasa branquial que aquellos inmaduros al final de la ventana de esmoltificación. Resultó que pasar de días de invierno (12:12) a días de 18 y 21 horas, permitió que los peces se sometieran a esmoltificación de forma normal, al tiempo que reducía significativamente el riesgo de que maduraran sexualmente. Aun cuando, actualmente, se desconocen los mecanismos exactos que conducen al inicio y el momento de la pubertad en el salmón, se plantea la hipótesis de que primero se debe alcanzar un umbral mínimo de desarrollo y los fotoperíodos son importantes sincronizadores de tal condición.
Es así como los científicos noruegos recomiendan fotoperíodos con una escotofase corta (21:3 ó 18:6) después del “zeitgeber” o sincronización invernal en un régimen de smolts de onda cuadrada (día largo-corto-largo) para limitar la incidencia de la pubertad en los peces machos. Los protocolos de fotoperíodo, control de la calidad de agua y, en general, todos aquellos que significan la operación de piscicultura de RAS son nóveles, y como tales están sujetos a constantes mejoras. Debemos tener la mente abierta y generosa para introducir esas mejoras, además de entender que el conocimiento del funcionamiento de dichas unidades debe estar en constante socialización para acelerar la llegada de ellas. No existen verdades absolutas que deban ser guardadas con celo entre los diferentes actores de la industria, pues tarde o temprano, se convertirán en burradas absolutas.
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