Reproducimos la columna de opinión de Rodolfo Infante Espiñeira, MSc Aquaculture de la U. Stirling, Scotland, y columnista de Mundo Acuícola.
La caligidosis es una enfermedad, cuyo agente, Caligus rogercresseyi, está presente en algunas especies de cultivo (S. salar) y trucha (O. mykiss) como también en peces silvestres locales como el robalo, lenguado y el pejerrey. En Chile, el caligus ha estado presente en la industria del salmón desde sus inicios en la década de los ochenta y es el parásito externo de mayor impacto en la fase marina. Ocasiona un severo daño al pez parasitado, afectando su respuesta inmune, dejándolo susceptible al ataque de otros patógenos marinos. La infestación por piojo de mar en el salmón Atlántico se asocia a una rápida inducción de la respuesta inflamatoria y una respuesta combinada de células T, seguida de un periodo de hiporreactividad y retraso en la cicatrización de las lesiones. Se le suma al impacto económico en la producción, un crecimiento retardado, altos costos de los tratamientos y pérdida de calidad del producto final que se verifica en la planta de proceso.
A través de los años se han intentado un sinnúmero de estrategias para controlar a dicho parásito con éxito temporal acotado y relativo, pero el caligus aún es de los mayores dolores de cabeza de la industria salmonera nacional.
Entre estas estrategias se cuentan los tratamientos farmacológicos de inmersión, tratamientos farmacológicos orales, vacunas, tratamientos mecánicos, biológicos, barreras físicas y otras tantas. A comienzos del siglo veintiuno el tratamiento con benzoato de emamectina era la principal alternativa de control, que luego dio paso a los piretroides, al azametifos y en la última década a los inhibidores de la quitina. Más recientemente y debido a las tendencias de sustentabilidad ambiental, se han sumado estrategias de menor impacto al medio marino, como baños de agua dulce, peróxido de hidrógeno y derivados de aceites esenciales diversos, que han ganado adeptos en la industria del salmón. Importantes iniciativas como el recientemente celebrado Segundo Congreso de Caligidosis muestran que la lucha contra el piojo de mar debe librarse mancomunadamente entre la industria, la academia, las entidades estatales, los proveedores y en general todas las partes interesadas. No existe una “bala de plata” contra el caligus.
Pero existe una luz de esperanza para el salmón del Atlántico (Salmo salar) que viene desde otro salmónido y que se hace cada vez más brillante y palpable. Las especies de salmónidos han seguido trayectorias evolutivas marcadamente divergentes en sus interacciones con los piojos de mar. Si bien el parasitismo por piojos de mar plantea desafíos económicos, ambientales y de bienestar animal significativos para la acuicultura del salmón del Atlántico como ya se detalló, el salmón coho (Oncorhynchus kisutch) exhibe una resistencia casi completa a ellos, lograda a través de una potente respuesta de hiperplasia epitelial que conduce a un rápido desprendimiento de dichos parásitos … aquí podría nacer una sociedad exitosa entre ambos salmónidos. Con esta posibilidad en mente, un equipo de científicos liderados por la Dra. Sarah J. Salisbury publicó recientemente este año en la prestigiosa revista BMC Biology de la editora británica Springer Nature, el promisorio resultado de sus investigaciones, donde lograron revelar los mecanismos específicos de células que subyacen a las respuestas de los piojos de mar en especies de salmónidos susceptibles (salar) y resistentes (coho). La secuenciación de ARN les permitió identificar la importancia de los genes con patrones de expresión específicos de cada tipo de célula y desentrañar sus respuestas, incluida la variación en los roles funcionales entre los queratinocitos. Dichos resultados sugieren una interacción compleja de genes y tipos de células asociados al ataque de los piojos de mar, tanto en el salmón del Atlántico como en el salmón coho.
La ya conocida susceptibilidad del salmón del Atlántico a la infección por piojos de mar, a pesar de la clara activación de los sistemas inmunológicos innato, adaptativo y del complemento, confirma la insuficiente respuesta inmunológica de esta especie para repeler eficazmente a estos parásitos. El salmón coho, sin embargo, demuestra múltiples estrategias en respuesta a los piojos de mar, donde los queratinocitos parecen ser clave para la hiperplasia epitelial que genera la resistencia de dicho salmónido. Los genes candidatos que fueron identificados, que subyacen a la resistencia del salmón coho y a la susceptibilidad del salar, son muy prometedores para mejorar la resistencia a los piojos de mar en el salmón del Atlántico. Es decir, por un lado se descifraron genéticamente las debilidades del salar para su susceptibilidad y por otro, las fortalezas del coho para igual ataque parasitario. Lo anterior permitirá la edición genética de estos candidatos, pudiendo conferir mayor
resistencia en el salmón del Atlántico editado, eliminando aquellos genes identificados como susceptibles y potenciando aquellos resistentes a los piojos. Es así como la edición genética de la región promotora para aumentar la transcripción de aquellos genes asociados con una respuesta inmune atenuada en el salar o aquellos asociados con la hiperplasia epitelial en el salmón coho también podría fortalecer eficazmente el mecanismo de resistencia a los piojos en el salmón del Atlántico.
Este interesante estudio científico ha develado nuevos e importantes conocimientos sobre los mecanismos celulares y genéticos de dos de las especies más cultivadas en Chile, que dan como resultado una promisoria respuesta inmune eficaz del huésped contra la infestación de piojos de mar. Ciertamente una opción de solución que nuestros genetistas no podrán descartar. No es sostenible en la industria del salmón de Chile insistir en tratamientos químicos repetitivos, donde los hechos demuestran una creciente resistencia del piojo de mar que finalmente los vuelve ineficaces.
Interesados en recibir el paper científico de referencia, escribir a: Rodolfo Infante Espiñeira, MSc Aquaculture (U. Stirling, Scotland)
rodolfo.happyfish@gmail.com