El grupo de los albatros, petreles y pardelas pasa el 39 % de su tiempo en alta mar, en lugares donde ningún país tiene jurisdicción. El dato proviene de un nuevo análisis global de los movimientos de estas aves marinas, altamente amenazadas, durante todo el año.
Un rastreo de más de 5.000 aves procelariformes muestra que pasan casi la mitad de su tiempo en aguas internacionales, donde carecen de protección legal. Con la mitad de sus especies en peligro de extinción, los responsables del estudio reclaman un acuerdo de regulación global para conservar sus poblaciones (Agencia Sinc).
El grupo de los albatros, petreles y pardelas pasa el 39 % de su tiempo en alta mar, en lugares donde ningún país tiene jurisdicción. El dato proviene de un nuevo análisis global de los movimientos de estas aves marinas, altamente amenazadas, durante todo el año.
Esta es una de las principales conclusiones de un estudio publicado en la revista Science Advances, elaborado por un equipo internacional de investigadores formado por más de 70 colaboradores.
Los autores han seguido por telemetría un total de 5.775 ejemplares de 39 especies de aves procelariformes en diferentes continentes mediante geolocalizadores o GPS tan diminutos que en algunos casos pesan menos de un gramo. Los resultados confirman que se desplazan regularmente a aguas internacionales donde ninguna nación puede garantizar su conservación de forma adecuada.
El trabajo cuenta con la participación de varios equipos españoles, como el grupo de Ecología Teórica y Computacional del Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CEAB-CSIC), el Grupo de Ecología de Aves Marinas de la Facultad de Biología y del Instituto de Investigación de la Biodiversidad de la UB (IRBio), el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA-UIB-CSIC), la Estación Biológica de Doñana (EBD) o la organización SEO/Birdlife.
Gracias a las labores de monitorización y rastreo, el equipo ha conseguido descubrir que todas las especies cruzan regularmente los océanos de diferentes países (lo que significa que ninguno por sí solo puede protegerlas), además de verificar su dependencia de los recursos situados en alta mar.
“Las aves marinas como los albatros son los trotamundos por excelencia, pero este increíble estilo de vida los hace vulnerables a las amenazas en lugares donde la protección legal es inadecuada”, declara Martin Beal, autor principal del estudio e investigador en el Centro de Ciencias Ambientales y Marinas del Instituto Universitario de Lisboa (ISPA).
El 50 % de las especies, en peligro de extinción
Los albatros y sus parientes cercanos, los petreles, forman parte del orden de aves marinas de los procelariformes, con 124 especies distribuidas por todos los océanos del mundo. Cerca del 50 % están en peligro de extinción debido a la introducción de especies invasoras en las colonias de cría, la captura accidental en pesquerías, la sobrepesca, la contaminación lumínica, el cambio climático, o la polución.
Además, las estrategias vitales de estas aves marinas (ciclo de desarrollo muy largo, madurez sexual atrasada, baja fecundidad, fidelidad a los lugares de cría, etc.) las hacen extremadamente vulnerables ante estas amenazas tanto en el mar como en tierra firme.