Un equipo internacional ha confirmado cómo las embarcaciones privadas que transitan entre los puertos deportivos constituyen un importante vector para transportar pequeños crustáceos. Su estudio apunta que el 56% de...
Un equipo internacional ha confirmado cómo las embarcaciones privadas que transitan entre los puertos deportivos constituyen un importante vector para transportar pequeños crustáceos. Su estudio apunta que el 56% de los barcos analizados trasladaban variedades exóticas, por lo que recomienda estrategias de educación ambiental para los propietarios con el fin de evitar las propagaciones (Agencia Sinc).
Investigadores del Departamento de Zoología de la Universidad de Sevilla, junto con la Universidad de Pavía en Italia y la Facultad de Ciencias del Mar y Ambientales de la Universidad de Cádiz, han demostrado que la navegación de recreo propaga especies invasoras de forma muy eficaz. Tras analizar las comunidades de crustáceos presentes en una muestra de barcos en distintos puertos deportivos del mar Mediterráneo, han llegado a la conclusión de que más de mitad de las muestras analizadas son organismos exóticos.
Para comprobarlo, los científicos realizaron un análisis de las comunidades incrustantes, o también llamadas de fouling, que es la fauna y flora marina que crecen sobre estructuras artificiales como cascos de barcos, hélices, quillas o estructuras de los propios puertos como pantalanes, boyas o cuerdas.
Para acometer el estudio, tomaron muestras de 247 embarcaciones pertenecientes a diez puertos deportivos y eligieron como modelo los crustáceos peracáridos, un tipo de organismo muy pequeño del que existen numerosas especies procedentes de todo el mundo. Los resultados del trabajo demostraron que el 56% de los barcos analizados transportaban variedades exóticas, con lo cual definieron la navegación de recreo como una causa de propagación de animales marinos no autóctonos.
Según apuntan los expertos, se trata de la primera vez que se analiza la influencia de estas embarcaciones privadas como causa de propagación para el mar Mediterráneo, el segundo destino de travesías recreativas más popular del mundo.
Como indica la investigadora principal, Gemma Martínez Laiz: “El resultado fue sorprendente, ya que más de la mitad de los barcos transportaban especies invasoras. Vimos además una similitud entre la composición de las comunidades presentes en los barcos y el puerto donde atracaban, lo cual indica un intercambio entre ellos. Las embarcaciones son capaces de transportar especies de unos puertos a otros del Mediterráneo”.
El estudio publicado en la revista Marine Pollution Bulletin ha sido elaborado a partir de un estudio biológico y también social, ya que se realizaron de forma complementaria una serie de cuestionarios a propietarios de embarcaciones privadas sobre hábitos de limpieza, rutas realizadas habitualmente y conocimientos sobre invasiones marinas.
Otro de los resultados más destacados del estudio concluye que fue que sólo el 29% de los encuestados conocían las invasiones biológicas como un riesgo para la biodiversidad de los mares, lo cual puso de manifiesto la necesidad de actuar en este sentido.
“Los dueños de barcos y gestores de puertos deportivos pueden contribuir a minimizar este problema. Necesitamos asegurar hábitos estrictos de mantenimiento de los yates. Una vez establecida la especie invasora, es casi imposible librarnos de ella. Por eso, es más rentable una estrategia de prevención que de erradicación”, afirma la investigadora Gemma Martínez Laiz.
Amenaza a la biodiversidad
Las invasiones biológicas son una de las principales amenazas a la biodiversidad en la actualidad. Las llamadas especies exóticas (introducidas de forma artificial, accidental o intencionada por acción humana) pueden volverse invasoras y causar impacto no sólo en los recursos naturales, sino también en recursos económicos, sociales y de salud humana.
El mar Mediterráneo es el segundo destino de turismo náutico del mundo, sólo por detrás de los Estados Unidos, según datos del estudio ‘Cruises and Recreational Boating in the Mediterranean’. Se estiman 5.6 millones de pasajeros al año, que van en aumento. Solo en España existen más de 200 puertos deportivos, que lo convierte en el país con mayor densidad tras Italia. Sin embargo, la navegación recreativa aún no está regulada y su influencia como vector aún no se ha evaluado para la zona objeto del estudio.
En futuros estudios, los científicos continuarán analizando las especies exóticas y la propagación de las mismas en trabajos centrados en puertos de la Península Ibérica y el Estrecho de Gibraltar como zona de especial relevancia por su riqueza en biodiversidad y su alto tráfico marítimo. Por otro lado, continúan analizando el enfoque social de la concienciación de autoridades portuarias y propietarios como elemento principal para la prevención.
El trabajo está financiado por financiado por un proyecto europeo del programa MARES, y por una beca concedida a la investigadora principal en el marco de un Máster Internacional en Ciencias Marinas financiado por el programa Erasmus Mundus.