Hoy existe un proyecto de ley en el Parlamento que busca que la información respecto al uso de antibióticos de forma desagregada por empresa y centro de cultivo sea pública...
Hoy existe un proyecto de ley en el Parlamento que busca que la información respecto al uso de antibióticos de forma desagregada por empresa y centro de cultivo sea pública a través de Sernapesca (Mundo Acuícola).
Las empresas Marine Harvest, actualmente Mowi, y Ventisqueros, esta última en la palestra por una reciente fuga de salmones desde uno de sus centros, se habrían negado a cumplir la sentencia del Consejo para la Transparencia que les ordenó entregar a Oceana los datos sobre uso de antibióticos de 2015, 2016 y 2017 e interpusieron un reclamo de ilegalidad ante la Corte de Apelaciones, aduciendo que la información solicitada compromete sus derechos comerciales y económicos.
“Frente a los mismos datos solicitados en años anteriores, la Corte Suprema y la Corte de Apelaciones establecieron que la información es de interés público porque compromete la salud de las personas y del medio ambiente, permitiéndonos acceder a ella”, declaró Javiera Calisto, directora de la Campaña de Contaminación Marina de Oceana Chile. “Sin embargo, estas dos empresas persisten en ocultar la información, mientras que el resto de las salmoneras accedieron a dar los datos, lo que indica claramente que no existe un perjuicio comercial”, añadió.
En febrero de 2018, Oceana solicitó al Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca) vía ley de transparencia, la cantidad y clase de antibióticos utilizada por empresa y por centro de cultivo, junto con la biomasa producida durante los años 2015, 2016 y 2017. De un total de 24 compañías, 18 se negaron a entregar los datos, tras lo cual Oceana recurrió al Consejo para la Transparencia, entidad que determinó en agosto pasado que la información era de carácter público, dándole la razón a la organización de conservación marina. Tras la resolución, la mayoría de las empresas acataron el dictamen, permitiendo que Oceana accediera a la información, a excepción de Marine Harvest y Ventisqueros.
En años anteriores, fue la Corte de Apelaciones de Santiago la que falló a favor de Oceana en dos oportunidades, luego de que las salmoneras se negaran a entregar la información del uso de antibióticos entre los años 2009 y 2014. En la última sentencia, en mayo de 2016, la Corte también descartó que se afectara la competitividad comercial, destacando la importancia del control social para “que los ciudadanos puedan conocer la forma como se han producido las especies que adquieren y consumen”. Asimismo, subrayó que “la información solicitada [por Oceana] compromete de modo grave el interés público y por ende su entrega debe prevalecer por sobre los intereses de las empresas que niegan su publicidad”.
“La vez anterior tuvimos que esperar cuatro años para tener los datos debido a los recursos judiciales interpuestos por las empresas”, recordó Calisto. “Esta información es de interés público, por lo que siempre debe estar a disposición de los consumidores. No corresponde que, para acceder a ella, organizaciones como Oceana tengan que desplegar grandes esfuerzos para conseguirla”, agregó.
Actualmente existe un proyecto de ley en el Parlamento que busca que la información respecto al uso de antibióticos de forma desagregada por empresa y centro de cultivo sea pública a través de Sernapesca. “Esta iniciativa se genera por la negativa de empresas como Ventisqueros y Marine Harvest, que continúan impidiendo que esta información sea de fácil acceso para todos”, señaló Calisto.
Historial de ambas compañías
De acuerdo al Reporte de Sustentabilidad de Marine Harvest, compañía que tiene operaciones en al menos seis países, durante 2017, en Chile utilizó 417 gramos de antibióticos por tonelada producida, diez veces más que en Escocia, donde usó 41 gramos por tonelada; en Canadá utilizó 22 gramos, mientras que en Noruega apenas 1 gramo. En Irlanda e Islas Faroe no utilizó antibióticos en la producción de salmones.
Por su parte, Ventisqueros se encuentra dentro de las cinco salmoneras con más alto índice de consumo de antibióticos por tonelada producida, alcanzando casi los 800 gramos, de acuerdo a datos de 2015 publicados por Sernapesca. Por otro lado, la compañía se ubicó en el séptimo puesto entre 27 salmoneras con más toneladas de antibióticos utilizados entre 2012 y 2014 según el ranking efectuado por Oceana en diciembre de 2017 mediante información obtenida por vía judicial y proporcionada por Sernapesca.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), el excesivo e inadecuado uso de antibióticos tanto en la producción animal como en humanos está contribuyendo a la resistencia bacteriana, un problema de salud pública de máxima preocupación. El organismo internacional estableció que, de no tomarse medidas inmediatas, los decesos producidos por resistencia a los antibióticos serán la primera causa de muerte al año 2050, mientras que algunos procedimientos médicos como el trasplante de órganos, cesáreas, quimioterapias y el tratamiento de la diabetes se convertirán en intervenciones de altísimo riesgo.
Los salmones producidos por ambas compañías se exportan en su mayoría a países como Brasil y Estados Unidos, sin embargo, según Oceana, los primeros potenciales afectados por la resistencia bacteriana serían los trabajadores de los centros productores y los habitantes de las localidades cercanas a ellos, ubicados principalmente en las regiones de Los Lagos y Aysén.