La salmonera Nova Austral, reconocida en la industria acuícola, se encuentra en un punto de inflexión crucial mientras su relato continúa en una nueva fase de incertidumbre.
El 10 de julio, la compañía optó por someterse a un proceso de reorganización judicial, una determinación que recibió la luz verde por parte del Juzgado de Garantía de Porvenir. Este paso, destinado a moldear el destino financiero de Nova Austral, añadió un nuevo matiz a su narrativa en evolución.
Sin embargo, apenas diez días después, el 20 de julio, la calma se vio sacudida por la acción del DNB Bank ASA, entidad bancaria originada en Noruega y uno de los acreedores de Nova Austral. En una maniobra audaz, el banco procedió a poner en marcha medidas para liquidar la empresa. En un gesto concreto, emitió una carta dirigida a su agente de garantías, instando a la ejecución de las garantías proporcionadas tanto por Nova Austral como por su matriz. Esto incluía incluso las acciones emitidas por la propia empresa salmonera, las cuales estaban sujeto de prenda.
Este movimiento drástico fue impulsado por una secuencia de créditos otorgados a lo largo de los años 2017 a 2020, sumando una cantidad significativa de 145 millones de dólares. La historia alcanzó su punto culminante con la intervención legal de Xepelin, una empresa también acreedora de Nova Austral. El 28 de agosto, Xepelin recurrió al Juzgado de Letras y Garantías de Porvenir con el fin de presentar una acción legal destinada a contrarrestar la iniciativa previa.
Denominada «incidente de posposición de crédito contra DNB Bank», esta nueva acción legal argumenta que la maniobra del banco noruego tuvo lugar durante el periodo de Protección Financiera Concursal, un intervalo en el cual Nova Austral se encontraba bajo la salvaguardia de la ley. Xepelin sostiene que la acción de DNB Bank infringió el artículo 57 N°1 letra c) de la Ley 20.720, el cual protege la continuidad y las condiciones contractuales durante el proceso de reorganización judicial.
«En consecuencia, no podrán terminarse anticipadamente en forma unilateral, exigirse anticipadamente su cumplimiento o hacerse efectivas las garantías contratadas, invocando como causal el inicio de un Procedimiento Concursal de Reorganización. El crédito del acreedor que contraviniere esta prohibición quedará pospuesto hasta que se pague a la totalidad de los acreedores a quienes les afectare el Acuerdo de Reorganización Judicial, incluidos los acreedores Personas Relacionadas del Deudor», detalló Xepelin en su argumentación.
Con cada giro, Nova Austral encuentra su futuro en juego, y la trama continúa en constante cambio, tejiendo una historia de incertidumbre y desafíos financieros.