Reproducimos la columna de opinión de la Dra. Carolina Camus y Dr. Alejandro Buschmann, del Centro i~mar Universidad de Los Lagos.
Las macroalgas son organismos fotosintetizadores claves para mantener la productividad primaria de zonas costeras. Algunas de ellas, las llamadas huiros o kelps, pueden crecer varios metros y en su conjunto formar verdaderos bosques submarinos en las zonas costeras. Estos bosques de kelps, juegan un importante rol ecológico al proveer de hábitat, refugio y alimento a una variedad de especies de peces e invertebrados. A través de su productividad, capturan carbono, liberan oxígeno, y reducen los excesos de nutrientes marinos. Todos estos atributos que emergen de su mera existencia en los ecosistemas marinos entregan beneficios directos e indirectos para el hombre, muchas veces poco apreciados. Es por ello, que hoy que celebramos el día mundial de las algas aprovechamos de reconocer su importancia ecológica, económica y social.
En términos generales, los mencionados atributos que proveen los bosques de kelps, constituyen servicios esenciales para la sociedad humana y se denominan Servicios Ecosistémicos. Estos pueden ser cuantificados y valorizados monetariamente con objeto de transmitir en una moneda común su valor para la naturaleza y las personas. Los servicios ecosistémicos que ofrecen los bosques de kelps pueden emerger directamente de su presencia en el ecosistema marino, a través del valor de su biomasa, y de la mantención de las pesquerías de recursos de importancia económica asociados a ellos, como los son erizos y crustáceos. También como consecuencia del propio funcionamiento del bosque, emergen servicios como la producción de oxígeno, la absorción de excesos de nutrientes (nitrógeno y fosfato) en aguas enriquecidas antropogénicamente, y la protección de la erosión costera. Por último, también es cuantificable su valor intrínseco al mantener la biodiversidad del ecosistema marino.
Investigadores han realizado estimaciones del valor de dichos servicios en su conjunto, alcanzando valores que fluctúan entre los $64,000 y $147,300 USD por hectárea por año dependiendo de la especie de kelp considerada, ilustrando así la dimensión de su contribución a la sociedad.
En los últimos años hemos sido testigo de un creciente interés mundial en la producción de macroalgas, dada su importancia económica como materia prima para la extracción de hidrocoloides, pero también como una fuente de alimento y nuevos usos industriales. Actualmente, la demanda de la industria crece firmemente, al punto que la producción mundial de macroalgas se ha triplicado, desde 10,6 millones de toneladas en 2000 hasta 32,4 millones de toneladas en 2018, transformándose en el sector alimentario de mayor crecimiento mundial. Sin embargo, el valor de este recurso en Chile y en Occidente en general, es preocupantemente bajo dificultando el establecimiento de una industria basada en el cultivo sustentable y reduciendo la extracción de ellas desde las praderas naturales con el potencial riesgo de sobreexplotación que ello implica.
Tal vez el reconocimiento de los Servicios Ecosistémicos que proveen estos organismos permita promover su producción a través del cultivo al valorarlas más allá que un mero “commodity”. En segundo lugar, llamar la atención de su importancia como una herramienta para apoyar a la toma de decisiones de manejo y producción. Para ello varias acciones parecen necesarias tales como modificar las regulaciones que restringen el establecimiento de cultivos de algas y por otro lado, un llamado a valorizar su biomasa para lo cual el desarrollo de nuevas aplicaciones y productos son necesarios.
Por Dra. Carolina Camus y Dr. Alejandro Buschmann
Centro i~mar Universidad de Los Lagos