El viernes 8 de marzo se dio inicio a una nueva temporada de sardina común y anchoveta y para que el periodo cuente con el mayor número de resguardos a...
El viernes 8 de marzo se dio inicio a una nueva temporada de sardina común y anchoveta y para que el periodo cuente con el mayor número de resguardos a fin de evitar eventos que afecten a la comunidad, las empresas socias de Pescadores Industriales del Biobío, Blumar, Landes, Camanchaca y FoodCorp, además de las no socias Orizon y Alimar, activaron diversas iniciativas. Estos recursos pesqueros son capturados casi en un 100% por el sector artesanal y procesados en plantas de la pesca industrial para la elaboración de harina y aceite de pescado.
Una de las medidas más relevantes y que tiene que ver con evitar atochamientos en temporada alta y episodios de malos olores, es que cada empresa cuenta con un plan de administración de flota y materia prima, que permitirá la coordinación de la recepción de pesca con los armadores artesanales, en función de la capacidad de proceso de cada planta. Esta acción se ha estado desarrollando desde octubre de 2023, en un trabajo voluntario y conjunto con los armadores artesanales, en una coordinación realizada a través de la Dirección Zonal de Pesca.
“Este punto es muy importante porque cuando no hay un control adecuado de las lanchas artesanales que llegan con materia prima, se produce un atochamiento y largas esperas para poder descargar, luego cuando lo hacen, saturan los pozos de recepción de pesca de las plantas, pues la velocidad de proceso de las fábricas no es comparable con la velocidad a la que llega la materia prima. Todo eso va dañando la condición del pescado y cuando entra a proceso, no hay sistema ni tecnología que pueda evitar malos olores”, puntualizó la gerente de Sustentabilidad de Pescadores Industriales del Biobío, Monserrat Jamett.
Junto a lo anterior, desde el gremio activaron el Protocolo de Buenas Prácticas Pesqueras para la Gestión de Olores, que entrega una serie de exigencias operacionales para las plantas de harina y aceite de pescado. Este protocolo tiene como objetivo corroborar el cumplimiento de las obligaciones establecidas, y para verificar su cumplimiento, se aplicarán auditorías externas a cargo de un experto en olores, quien visitará semanalmente y de manera no anunciada, cada planta para asegurar la ejecución de los estándares y ayudar a identificar oportunidades de mejora aplicables durante la temporada.
Otras iniciativas
Sumado a esto, ya está en marcha el Protocolo de Transporte Seguro de Pesca a Granel, instrumento que evalúa aspectos sanitarios como la hermeticidad de las bateas de los camiones que trasladan esta materia prima, el límite máximo de llenado, un correcto cierre de tapas y funcionamiento del GPS, entre otros factores.
En este sentido, “otra de las mejoras adoptadas tiene que ver con la certificación de la flota de camiones que transportarán la carga, donde solo podrán operar las máquinas que logren acreditar la totalidad de las exigencias contempladas, lo que eleva los estándares de las operaciones en el transporte de la materia prima”, explicó Monserrat Jamett.
De igual manera, en la zona de descarga artesanal se dispondrá de un sistema de fiscalización 24/7, para lo cual se han incorporado mejoras a través de la implementación de una plataforma digital con uso de tecnología móvil y en línea, que proporcionará información en tiempo real respecto del estado del transporte de la carga, permitiendo a su vez un monitoreo minuto a minuto que ayudará a prever situaciones de emergencia.
A estas incorporaciones se agrega el mejoramiento de los canales de denuncia y reclamos. En este ámbito, las empresas han tomado contacto con comunidades en Coronel y Talcahuano, a fin de entregar información acerca de la temporada, las medidas de prevención y cómo permanecer conectados para recibir información sobre eventos que ocurran.