Mundo acuícola entrevistó al Investigador Principal de INCAR Dr. Rubén Avendaño-Herrera, en el marco de su participación en el conversatorio "Cultivo de Peces Marinos: Enfermedades y Otros Aspectos Sanitarios", realizado durante este segundo semestre de 2023.
El discurso de la acuicultura como sustento de la alimentación del futuro es cada vez más fuerte, ello en función de la creciente demanda de alimentos saludables y, especialmente, por la menor disposición de recursos marinos salvajes provenientes de la pesca.
En el caso chileno, con una industria del salmón ubicada como segunda potencia mundial, mucho se ha avanzado en este desafío. Por una parte, alcanzando cifras records de exportación a sus mercados de consumo (US$ 6.600 millones en 2022). Por otra, entregando oportunidades de desarrollo a las regiones donde opera.
Sin embargo, las externalidades ambientales y la fuerte dependencia laboral que genera el sector salmonicultor, sumado a las amenazas del cambio climático y el agotamiento de las pesquerías nacionales, han sido algunas de las razones para apuntar al cultivo de nuevas especies.
En ese sentido, en el último tiempo se han destacado iniciativas de diversificación como es el caso del cultivo de seriola, corvina y congrio (en distintas etapas de escalamiento y con apoyo, tanto público como privado) en el Norte de Chile.
Bajo todo este contexto, durante agosto de 2023, Sernapesca -a través de la Subdirección de Acuicultura de la Dirección Regional de Coquimbo, y con la colaboración de la Universidad Católica del Norte- organizaron el conversatorio web «Cultivo de Peces Marinos: Enfermedades y Otros Aspectos Sanitarios», el cual contó con la participación del Investigador Principal del centro INCAR y del Centro de Investigación Marina Quintay de la Universidad Andrés Bello, Dr. Rubén Avendaño-Herrera, quien expuso la presentación “Cultivo de cojinoba: Principales enfermedades diagnosticadas y otros aspectos destacados”.
Así, para conocer más sobre su exposición, Mundo Acuícola entrevistó al también director del Laboratorio de Patología de Organismos Acuáticos y Biotecnología Acuícola de la Universidad Andrés Bello, sede Viña del Mar.
-¿Cuál fue la motivación para participar en este conversatorio?
Actualmente, se está llevando a cabo el cultivo de especies emergentes en la región norte de Chile, incluyendo peces como la corvina, palometa y congrio. Lo interesante es que, al intensificar la producción de estas especies, hemos comenzado a observar la aparición de cuadros infecciosos asociados a enfermedades bacterianas en ellas.
Así, un desafío radica en que, actualmente, gran parte de la legislación y regulaciones en acuicultura se centran principalmente en el salmón. Por lo tanto, uno de los objetivos de este conversatorio fue establecer una línea base, desde el punto de vista sanitario, para estas nuevas especies endémicas y discutir los problemas de salud que han enfrentado durante estos primeros años, así como los métodos para diagnosticar tempranamente y controlar estas enfermedades.
-¿En qué centró su exposición sobre enfermedades en cojinoba?
Se trató de los principales resultados de una investigación realizada en conjunto con la Universidad Católica del Norte (UCN), quienes están desarrollando el cultivo de cojinoba. Por tanto, junto al Dr. Edison Serrano (UCN) analizamos el brote de una enfermedad que causó mortalidades en ejemplares juveniles de cojinoba, en un proyecto de la misma UCN, y los cuales presentaban lesiones ulcerativas muy similares a casos de tenacibaculosis.
En el marco de la referida investigación, analizamos muestras del brote y logramos obtener información valiosa sobre los patógenos involucrados. Actualmente hemos aislado las bacterias y estamos en el proceso de secuenciación para identificar los agentes responsables. Nuestra intención es publicar un artículo científico en colaboración entre la UCN e INCAR-UNAB, lo que vendría a ser la primera descripción de enfermedades del grupo Tenacibaculum, en cojinoba y así consolidar nuestra colaboración con los investigadores de la UCN.
¿Cómo ha sido el involucramiento de INCAR respecto a investigaciones sobre enfermedades y patógenos en especies de diversificación acuícola?
Entre 2013 y 2017 INCAR estuvo muy involucrado en investigaciones de diversificación acuícola, enfocándose en especies como el lenguado chileno y el congrio colorado. Durante este período, recopilamos información sobre las enfermedades que sufren estos peces, describimos nuevos patógenos y detectamos la presencia de Tenacibaculum dicentrarchi en el congrio colorado.
Ahora, para el periodo 2024-2025, queremos volver a mirar hacia las especies de diversificación, ya que la acuicultura de pequeña escala está ganando impulso en Chile, especialmente en regiones donde no se practica la salmonicultura. Por lo tanto, proyectamos investigar en especies como la seriola, la corvina y la cojinoba.
Considerando que el uso de antimicrobianos, en la salmonicultura, es siempre un tema en discusión, ¿qué estrategias considera pertinentes para no enfrentar a futuro este mismo problema con las especies de cultivo emergentes?
Precisamente, durante el conversatorio se discutió la necesidad de implementar medidas que vayan más allá del uso de antimicrobianos en especies de diversificación. Esto incluye investigación para contar con probióticos y fagos, prácticas de bioseguridad específicas para las especies cultivadas, gestión adecuada para la determinación de densidades de cultivo, entre otras. La idea es evitar depender exclusivamente de antimicrobianos, como ocurre en la salmonicultura.
¿Qué trabajo de base se debe realizar para avanzar hacia esas estrategias?
Uno de los desafíos importantes que enfrentamos, en relación con la diversificación acuícola, es la falta de financiamiento para el desarrollo de investigación, considerando que la mayoría de las especies se han financiado con programas específicos. Otra, que es tan importante como la anterior, es la falta de normativas específicas para especies endémicas. En la actualidad, muchas de las acciones relacionadas tienen como fundamento la experiencia de la salmonicultura, pero estas especies de diversificación muy probablemente no serán afectadas por la piscirickettsiosis o BKD, por lo que se requiere comenzar a trabajar con anticipación en generar un marco normativo.
Por otro lado, en comparación con la salmonicultura -donde los diagnósticos de los laboratorios relacionados con enfermedades deben informarse a Sernapesca y se publican en informes anuales de vigilancia-, para las empresas o instituciones involucradas en proyectos de cultivo de especies nativas o de diversificación no existe una obligación similar. Ni siquiera en el programa de vigilancia pasivo. Por lo tanto, enfrentamos el desafío de difundir y acceder a la información sobre enfermedades y diagnósticos en estas especies.
Siguiendo esa línea, evidenciamos que no se lleva un informe oficial respecto a cuáles son las enfermedades que, en el último año, han afectado a especies nativas cultivas en empresas y proyectos.
Supongamos que alguien quiere hacer el movimiento de una especie nativa desde Coquimbo hasta Quintay. Naturalmente se tiene que enviar muestras a un laboratorio que certifique que el ejemplar está libre de patógenos. Sin embargo, ese análisis, de que está libre de patógenos, es muy probable que vaya a buscar patógenos de relevancia para la salmonicultura, pero no va a buscar aquellos patógenos que realmente son relevantes para la especie en particular. Ese tipo de cosas es para lo que debemos comenzar a prepararnos.
¿Cuál es su perspectiva sobre el futuro de la diversificación acuícola en Chile?
Mi perspectiva es que la diversificación acuícola tiene un gran potencial en Chile, especialmente con la acuicultura de pequeña escala y el enfoque en especies nativas. Sin embargo, debemos prepararnos para este futuro. Esto implica desarrollar diagnósticos apropiados, identificar enfermedades prevalentes y comprender los patógenos específicos para estas especies de manera de comenzar a desarrollar alternativas de control al uso de antimicrobianos y por qué no vacunas.
¿Hay algo más que le gustaría agregar sobre este tema?
En el futuro, debemos centrarnos en cómo vamos a realizar diagnósticos y garantizar la salud de estas especies emergentes. También debemos considerar cómo se compartirá la información y cómo se respaldarán estas iniciativas desde el punto de vista normativo. Es importante que todos los actores involucrados trabajen juntos para garantizar el éxito de la diversificación acuícola en Chile y sin olvidar que nuestra intervención debe considerar la salud del ambiente acuático.