Un informe del Servicio Nacional de Pesca, que abarca el período 2013-2017, señala que se han visto afectadas unas 50 especies (El Mercurio). «Si se empieza a notar un aumento...
Un informe del Servicio Nacional de Pesca, que abarca el período 2013-2017, señala que se han visto afectadas unas 50 especies (El Mercurio).
«Si se empieza a notar un aumento en la mortandad masiva de ballenas, claramente la percepción de la gente de afuera va a cambiar sobre Aysén». Con esas palabras, Patricio Merino, habitante de Raúl Marín Balmaceda -pequeña localidad de la Patagonia-, expresa el temor por las masivas varazones de fauna marina registradas en la zona en los últimos años.
En el Golfo de Penas, cerca de Tortel, se hallaron en 2015 los restos de 367 ballenas del tipo sei, uno de los mayores casos del que se tenga registro, lo que impactó a la comunidad internacional. Un año después, también en Aysén, 124 cetáceos del tipo calderón negro vararon en las cercanías de la isla Clemente.
Más al norte, en Mejillones, región de Antofagasta, pobladores denunciaron en noviembre pasado una alta mortandad de tortugas marinas. Juan Menares, ex pescador artesanal que vive en el lugar, atribuye el fenómeno a la contaminación de las aguas cercanas a la bahía.
«Hay muchas especies que están apenas sobreviviendo, porque si no hay cadena alimentaria de ahí para abajo muere todo», afirma. Según el informe del Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca), en 2013 se contabilizó el varamiento de 581 ejemplares de fauna marina en las costas chilenas. Una cifra que casi se duplicó tres años después, incluyendo 437 pingüinos. En total, en el período se han visto afectadas unas 50 especies y 3.601 ejemplares.
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