El cultivo de pelillo, chicorea y sargazo en las concesiones acuícolas de la salmonera por parte de miembros de la comunidad permite el desarrollo de un modelo de economía circular que genera ingresos directos a los vecinos y trae importantes beneficios para la regeneración del medio ambiente.
Un interesante proyecto participativo y sostenible está impulsando Salmones Austral con familias de la localidad de Chaicas, que apunta al cultivo sostenible del huiro bajo un modelo de regeneración social, de gran impacto económico y ambiental en la comunidad. Se trata de una iniciativa inédita, basada en un prototipo de modelo de economía circular para el cultivo y comercialización de algas endémicas, realizado por mujeres, en este territorio de la Región de Los Lagos.
El Subgerente de Sostenibilidad de Salmones Austral, Jaime Molina Pimentel, explicó que “para la empresa es fundamental la vinculación y trabajo con las comunidades donde opera, propiciando iniciativas participativas e innovadoras como este proyecto, el cual considera transferencia de conocimiento y tecnológica a los vecinos, junto con un acompañamiento durante todo el proceso. Así mismo este tipo de iniciativas, impacta en la restauración ecosistémica del maritorio, junto con fortalecer el tejido social con equidad y promover la economía local”.
Con esta innovadora iniciativa, Salmones Austral pone a disposición de los vecinos una concesión acuícola en descanso para ser cultivada por las mujeres y jefas de hogar de Chaicas, quienes adquieren conocimiento y tecnología en materia de cultivos de algas. Asimismo, el trabajo de las vecinas será remunerado, pues las algas cultivadas serán comercializadas con compradores nacionales e internacionales.
De esta forma, Salmones Austral y Huiro Regenerativo trabajarán conjuntamente con las beneficiarias y gestionarán y coordinarán la inversión inicial para el desarrollo de los cultivos.
Economía circular
La iniciativa busca desarrollar e instalar un prototipo de modelo de economía circular y colaborativo con las algueras de la comunidad de Chaicas para el cultivo de pelillo, chicorea y sargazo, y así contribuir a una regeneración social, económica y ambiental en la comunidad, promoviendo la generación de relaciones de colaboración entre las beneficiarias.
Otro aspecto a destacar es la reutilización de material plástico de desecho de las salmoneras para construir semilleros y distintos sistemas de cultivo de algas, es decir operar en forma armoniosa con el medioambiente.
Este proyecto consideró medir el positivo impacto ambiental, como es la regeneración y repoblamiento de ecosistemas, contribuyendo a la metas de adaptación al cambio climático, Gases de Efecto Invernadero (GEI), y a la absorción de nitrógeno.
Impacto social
Junto con ser un modelo con una mirada de género, se estima que 50 personas serán capacitadas en el sistema de cultivo de algas, bajo un alto estándar técnico, que considera un total de ocho talleres, tecnología e infraestructura instalada en los territorios, estimando que serán 20 familias beneficiadas económicamente con el proyecto.
Natalia Cárcamo, una de las participantes en este proyecto, resaltó que “para nosotras es súper importante esta iniciativa y apoyo de Salmones Austral, dado que nos permite trabajar en forma profesional y cuidando el medioambiente, junto con permitirnos ser un sostén para nuestros hogares. Además, nos hacen sentir importantes, porque hemos participado desde sus inicios y nos están capacitando para poder desarrollar un trabajo formal y serio”.
Sostenibilidad
Este tipo de acciones y trabajo con la comunidad responden a la estrategia de sostenibilidad de Salmones Austral, desarrollada desde 2021 a la fecha, que busca cumplir y trabajar con altos estándares internacionales, con foco en eficiencia, seguridad y excelencia operacional, en forma sostenible, cumpliendo con las necesidades de los clientes, colaboradores, la comunidad y sus accionistas.
La compañía apunta a realizar un trabajo planificado que considere la participación de las comunidades, asesoramiento profesional, acompañamiento y seguimiento, que van más allá de la implementación de programas, sino que sea un beneficio de largo plazo para quienes van dirigidas estas iniciativas.