Una investigación del Centro Ideal cuantifica estas especies en la Península Antártica y su potencial utilidad como vehículo de transporte para diferentes organismos (Mundo Acuícola). Cuantificar las algas flotantes existentes...
Una investigación del Centro Ideal cuantifica estas especies en la Península Antártica y su potencial utilidad como vehículo de transporte para diferentes organismos (Mundo Acuícola).
Cuantificar las algas flotantes existentes en la Península Antártica. Ese es uno de los objetivos de la investigación que lidera el científico del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (Ideal), Dr. Erasmo Macaya, quien, en el marco de la Expedición Científica Antártica (ECA) 54, se dedicó a muestrear Bahía Fildes.
Las algas, en general, al igual que los árboles viven fijas en el sustrato: no tienen raíces, pero sí estructuras llamadas discos o rizoides que les permiten aferrarse al fondo marino. Cuando se desprenden, mientras algunas descienden a las profundidades, otras pueden flotar y permanecer durante algún tiempo en la superficie, ofreciendo transporte, alimento y refugio para diversos organismos. Estas últimas reciben el nombre de “algas flotantes”.
“Las algas flotantes ofrecen un mecanismo de dispersión alternativo, debido a que las células reproductivas de las algas, en general, solo pueden alcanzar distancias muy cortas, equivalentes a metros. Por otra parte, las algas en superficie se pueden desplazar cientos e incluso miles de kilómetros, alcanzando lugares remotos y actuando como verdaderos cruceros”, explica el Dr. Macaya.
En un contexto futuro de cambio global, se prevé que los vientos y las corrientes marinas se intensificarán. Esto, podría ocasionar que las algas flotantes se desplacen mayores distancias y colonicen otros lugares de la Península Antártica, varios de ellos disponibles luego de deshielos.
“A nivel mundial, esta temática ha sido muy estudiada. En algunos lugares, puedes encontrar parches de algas flotando de varias toneladas. De hecho, se han estimado cerca de 70 millones de parches flotantes en las aguas que rodean la Antártica”, afirma el Dr. Macaya, quien además cuenta que el “Mar de los Sargazos” está compuesto exclusivamente de algas flotantes, albergando una diversidad única. Sin embargo, en la Antártica no existe mayor información al respecto.
Diferencias en la Antártica
De las cerca de 150 especies de algas descritas de Antártica, existe sólo una que tiene estructuras llamadas “aerocistos” que le permiten flotar. El 2017, el investigador y su equipo, para su sorpresa, encontraron cerca de 13 especies de algas flotando en Bahía Sur, en las cercanías de Base Yelcho. Este año, en Bahía Fildes, calculan un número similar. Si bien la mayoría de las especies no poseen “aerocistos”, muchas de ellas acumulan gases en sus tejidos producto de la fotosíntesis, lo que les permite mantenerse a flote.
“Los parches de algas flotantes fueron mucho más grandes en Bahía Fildes que en Bahía Sur. Esto podría deberse a que la cantidad de algas ‘fijas’ es mayor o están determinadas por condiciones físicas como vientos y corrientes”, comenta el investigador.