Noemí “Mimí” Coñuecar también fue presidenta del directorio de este grupo de empresas navieras que había creado junto a su esposo.
Desde niña creció ligada al mar, jugando entre el campo y el borde costero, ya que había nacido en la isla Butachauques, en el archipiélago de Chiloé, en 1929.
Después de una larga vida siempre ligada al mundo marítimo, falleció a los 93 años de edad, este miércoles 03 de agosto en Puerto Montt, acompañada de su familia, Noemí “Mimí” Coñuecar de Kochifas.
Fue criada por su padres hasta los 7 años, luego emigró a Puerto Montt para continuar con su educación bajo el cuidado de la Familia Mártin, donde aprendió el idioma alemán y las recetas de la repostería, que tanto le gustaban.
En 1956, Vitalia Noemí Coñuecar Cárcamo se casó con Constantino Kochifas, el hombre que la acompañaría por más de 50 años de su vida. Formaron una familia con seis hijos y también una incipiente empresa de cabotaje que realizaba la ruta entre Chiloé y Aysén.
Desde el año 1975 también se embarcó acompañando a su esposo en los viajes a la Laguna San Rafael, una ruta turística que iniciaron entre las regiones de Los Lagos y Aysén. Lo hacían en el barco que llevaba el nombre por el que todos la conocían: Mimí. En la embarcación, ella se hizo cargo de la parte culinaria, especialmente de la repostería y atención de los pasajeros, dándole un ambiente familiar a la travesía. Desde entonces no se bajó más de las cubiertas de los buques haciendo de ello parte importante de su vida; sin embargo, en paralelo siempre estuvo preocupada de su familia y hogar.
Luego vinieron los Cruceros Skorpios, de prestigio nacional e internacional. Sin embargo, Mimí no perdió el rumbo. Siguió navegando junto a Constantino preocupada de todos los detalles para que los turistas tuvieran una experiencia inolvidable.
Cuando falleció su esposo se convirtió en la Presidenta del Directorio del Grupo de Empresas Skorpios, que había extendido sus servicios a buques de carga, puertos y astilleros. Al mismo tiempo siguió surcando los canales australes, lo hizo hasta cuando sus fuerzas se lo permitieron. Pasaba seis meses a bordo, convirtiéndola en la mujer que más ha navegado en los mares del sur de Chile. En reconocimiento a su vida en el mar, un islote del Fiordo Quitralco, en Aysén, lleva su nombre y así aparece en las cartas del Servicio Hidrográfico de la Armada.
Entre otros reconocimientos que obtuvo, se debe destacar que el año 2000, la Dirección General del Territorio Marítimo y Marina Mercante (DIRECTEMAR) le otorgó el título honorífico de sobrecargo – la persona a bordo que administra un buque de pasajeros – por los años que llevaba desempeñando su labor. El 25 de noviembre de 2014, fue reconocida además por el diario El Mercurio como una de las 100 mujeres líderes y empresarias de Chile.