En conversación con Mundo Acuícola, Paul van de Grift, gerente de Desarrollo de Negocios de Cultimar, se refirió a las proyecciones del cultivo y exportación de semillas de ostra japonesa...
En conversación con Mundo Acuícola, Paul van de Grift, gerente de Desarrollo de Negocios de Cultimar, se refirió a las proyecciones del cultivo y exportación de semillas de ostra japonesa a mercados distantes como el canadiense (Mundo Acuícola).
Tongoy, en la Región de Coquimbo, es el punto de origen de una exportación no tradicional y altamente sofisticada. Se trata de las semillas de ostra japonesa (Crassostrea gigas) producidas por la empresa Cultimar (Cultivos Marinos Tongoy), filial de Fundación Chile (FCh).
Son 180 millones de semillas de ostra las que se producen en Cultimar, un cultivo detrás del cual hay más de 30 años de I+D en acuicultura, conocimiento científico y tecnológico que han llevado a una genética de la más alta calidad, reconocida en el mundo por sus excepcionales características: ostras grandes, carnosas, de un color violáceo y sabor apreciado por los consumidores de numerosos mercados.
Una vez que han alcanzado una talla (2 a 3 mm.), que les permite resistir el traslado y cambio de ambiente, las semillas inician un viaje cuyo principal destino es Canadá y, específicamente, las playas en la región de la Columbia Británica.
Las cajas de semillas son trasladadas en avión y desembarcan en Vancouver, para luego ser distribuidas a los distintos centros de cultivo. Después de un año y medio de engorda, gran parte se exporta a otros mercados, con el rótulo de “producto de Canadá”, aunque la genética es chilena. Proceso similar ocurre en mercados como Brasil, México, Sudáfrica y Namibia.
Cultimar participó en el Annual Meeting de la British Columbia Shellfish Growers Association (BCSGA), realizado en la ciudad de Courtenay, Canadá.
Lea la entrevista completa en el portal de Mundo Acuícola en este link.