El Consejo del Salmón publicó una cápsula audiovisual que explica las razones del uso de antibióticos en el proceso productivo y cómo se garantiza la inocuidad del producto final.
«El salmón chileno es un producto seguro, que está regulado bajo los más altos estándares nacionales e internacionales, y que se comercializa en todo el mundo por su rico contenido nutricional», se indica en el contenido audiovisual desarrollado por el gremio salmonero.
A pesar de la vinculación mediática, muchas veces poco rigurosa, entre actividad salmonera y uso de antibióticos, ha sido este sector productivo -con actores académicos, gubernamentales y privados- el que más iniciativas e investigaciones ha desarrollado para disminuir el uso de antibióticos en el último tiempo, con miras a aportar a la prevención de la RAM (resistencia antimicrobiana) y posibles riesgos al medio ambiente.
Sin embargo, es importante aclarar que existe cierto consenso en que la resistencia a los antimicrobianos es un fenómeno influenciado por diversos sectores productivos y actividades humanas, no siendo exclusivo de la acuicultura.
Y es que todas las actividades productiva relacionadas con seres vivos tienen desafíos importantes en el control de enfermedades, las que muchas veces deben enfrentarse con medicamentos.
Así, para explicar a la ciudadanía cómo se resguarda la inocuidad del salmón de cultivo, el Consejo del Salmón publicó una cápsula audiovisual que explica las razones del uso de antibióticos y de que manera de protege al consumidor final.
«La bacteria SRS es una de las más comunes en el caso de la salmonicultura chilena, para la que si bien existen vacunas para controlar el contagio de los peces, también existen caos en que el SRS debe tratarse con antibióticos, lo cual se hace siempre bajo la prescripción y supervisión de un medico(a) veterinario(a)», recalcan desde el Consejo.
Cuando un salmón ha sido tratado con antibióticos, se debe esperar un tiempo determinado para cosecharlo, de modo que su consumo sea completamente seguro.
Tanto los tipos de medicamentos, como sus tiempo para cosechar esta regulado por el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) , y el proceso completo es supervisado por el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura.
«De esta forma, el salmón que llega a miles de personas es seguro y cumple con todas las exigencias internacionales que hacen de nuestro país un lugar perfecto para que esta actividad siga desarrollándose sustentablemente, compatibilizando el progreso de las comunidades con el medio ambiente y generando cerca de 70 mil empleos», finalizaron desde el Consejo del Salmón.