La autoridad destacó que el 58% de los centros de cultivos han tenido un excelente desempeño sanitario, con pérdidas inferiores al 10% en su ciclo productivo. Y solo un 7,4%...
La autoridad destacó que el 58% de los centros de cultivos han tenido un excelente desempeño sanitario, con pérdidas inferiores al 10% en su ciclo productivo. Y solo un 7,4% presentaron pérdidas superiores al 60% (Subpesca).
El subsecretario de Pesca y Acuicultura, Pablo Berazaluce se refirió a los positivos avances en términos ambientales, sanitarios y productivos que vive por estos meses la salmonicultura local. Regulaciones implementadas, luego de que el sector viviera una de sus más grandes crisis provocada por el virus ISA. “El modelo implementado cuenta con resultados no solo en términos sanitarios y ambientales, también en la economía del sector, por lo que no es casualidad el buen momento que vive la industria”.
A diez años de la crisis sanitaria, la autoridad nacional recordó que “al comienzo fueron momentos difíciles para todos, se contaba con poca información y medios para enfrentar una crisis sanitaria, social y económica nunca antes vista. Situación que obligó a refundar las bases de la acuicultura en el país”.
“Hoy nos encontramos en una etapa decisiva, pues estamos presenciando la consolidación de un modelo que ha sido objeto de múltiples ajustes, incluido el último referido a la fijación de densidad semestral y al porcentaje de reducción de siembra, todo lo cual ha sido el resultado de la permanente evaluación de la regulación”.
A su vez manifestó que los actuales indicadores sanitarios de la industria, “dan cuenta que vamos en la ruta correcta”, enfatizando que “el 58% de los centros de cultivos han tenido un excelente desempeño sanitario, con pérdidas inferiores al 10% al término del ciclo productivo (bioseguridad alta). Y solo un 7,4% de los centros de cultivo presentaron pérdidas superiores al 60% (bioseguridad baja 2).”
No obstante, la frecuencia y profundidad de los ajustes no han estado exentas de críticas y polémicas, como la pérdida de competitividad, lo complejo del modelo y la falta de certeza, entre otras. Al respecto, el subsecretario de la cartera señaló que “este es un modelo que ha requerido fundarse sobre hechos consumados, en el sentido que debió diseñarse sobre una enorme cantidad de concesiones ya otorgadas y por ello el desafío y las dificultades han sido mayores, sin un referente al cual seguir. De allí que el proceso ha comprendido desde el inicio la evaluación permanente de las medidas que se van adoptando de modo de corregir tempranamente cada vez que sea necesario”.
Entre ellas destaca la medida densidad de cultivo y, particularmente, el porcentaje de reducción de siembra, que ha contribuido a la sustentabilidad de la actividad mediante el crecimiento controlado de la producción, cuando los indicadores ambientales y sanitarios de los centros de cultivo y agrupaciones de concesiones dan cuenta que ello es posible. Regulación que aseguró “ha entregado las reglas claras, dando la certeza que toda industria requiere para llevar adelante su actividad”.
Porcentaje de reducción de siembra
En cuanto al objetivo del porcentaje de reducción de siembra, la autoridad de la cartera de Pesca y Acuicultura explicó que es “una medida que le permite a la industria tomar decisiones de aumento de producción, sin poner en riesgo lo que se había conseguido en materia ambiental y sanitaria; por ello debían crearse los incentivos para que el crecimiento de la producción fuera posible pero moderado. Un buen desempeño ambiental y sanitario se traduce en una mayor libertad de decisión, pero dentro de un marco acotado para evitar una nueva crisis”.
Lo anterior, se ve confirmado por las proyecciones de siembra. Al iniciarse este semestre de aplicación de la medida, la industria crecerá del orden de un 6% para los próximos dos años si se compara con el periodo productivo anterior, objetivo planteado al momento de diseñar la medida.
Finalmente, Berazaluce reiteró que “a pesar de todo, siempre estuvimos convencidos que los ajustes efectuados al modelo productivo iban en el camino correcto. Los indicadores ambientales, sanitarios y económicos así lo demuestran. Pero, asimismo, vemos con orgullo y satisfacción como Chile hoy es un referente mundial en materia de regulación sanitaria. Esto, por cuanto recientemente Noruega anunció como operaría la nueva regulación para combatir el piojo del salmón, cuya esencia es similar a nuestra regulación de densidad de cultivo, por cuanto se fijan indicadores ambientales con resultados que determinarán si la industria puede aumentar o disminuir su producción para el siguiente periodo productivo”.
“La regulación ha propiciado un terreno fértil para el auspicioso momento económico que vive la industria y por tanto, no ha venido a atentar contra la competitividad de la industria sino que por el contrario, ha venido a contribuir a la sustentabilidad y competitividad de un sector económico tan importante como es la acuicultura”.