Representante de la actividad salmonera en la región de Magallanes apuntó a la compatibilidad de la industria con los diferentes interés del territorio para alcanzar el desarrollo.
El presidente de la Asociación de Salmonicultores de Magallanes, Carlos Odebret, delineó los principales temas a enfrentar para el desarrollo de una acuicultura compatible con los múltiples intereses del territorio, en el contexto de post-pandemia y cambio climático.
Ayer martes 17 de agosto se dio el vamos a la Conferencia Internacional AquaForum Patagonia 2021, reunión que continúa hoy a partir de las 09.00 horas y cuyo tópico central es “Acuicultura Post Pandemia: Desafíos futuros”. En su primera jornada, contó con las conferencias de diferentes expositores, entre ellos Alicia Gallardo Lagno, subsecretaria de Pesca y Acuicultura de Chile; Melba Reantaso, Oficial de Acuicultura de la División Pesca y Acuicultura de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO); Kenneth Pugh, senador de la Comisión de Intereses Marítimos, Pesca y Acuicultura de la Cámara Alta; Claudio Báez Beltrán, director nacional del Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca); Rodrigo Yáñez, subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales del Ministerio de RR.EE; Osvaldo Travieso, director ejecutivo de EY; y Daniel Halpern, periodista y licenciado en Información Social de la Universidad Católica de Chile.
Asimismo, como instancia inaugural, abrieron la conferencia las exposiciones de Macarena Navarrete, socia principal de EY Chile; y Carlos Odebret, presidente de la Asociación de Salmonicultores de Magallanes, quien abordó los principales desafíos en adaptación y futuro de la industria salmonera.
«Sabemos que estamos en un momento crítico con los efectos del cambio climático, y pese a que Chile es responsable de solo el 0,25% de las emisiones del planeta, nos enfrentamos a Blooms de algas cada vez más frecuentes, sequias, incendios y marejadas que dificultan la navegación», comenzó señalando Odebret, haciendo hincapié en que los costos de las consecuencias del Cambio Climático y la Pandemia afectan a las personas más vulnerables.
El representante regional puso también como dato de contexto la emergencia de los movimientos sociales y el proceso de redacción de la Nueva Constitución, siendo esta última relevante en cuanto a la construcción de «nuevas reglas del juego» para Chile, coincidiendo además con la necesidad de «resetear» la mirada hacia el futuro.
«En materia de acuicultura, hemos visto el desarrollo de la actividad y su mirada a largo plazo más bien con el espejo retrovisor. Desde los años 90 o cerca de los 80, no hemos tenido cambios que impulsen significativamente el desarrollo de la actividad, desde la creación de las áreas apropiadas para la acuicultura y luego el otorgamiento de concesiones para el cultivo. De ahí en adelante, más bien hemos ido cubriendo las distintas brechas normativas o espacios que se han generado producto del desarrollo», puntualizó.
«El año 2050 vamos a ser 9 mil millones de habitantes y se va a necesitar un 70% más de producción de alimento ¿Podemos seguir mirando la acuicultura desde la mirada del retrovisor? ¿Podemos seguir mirando cómo vamos cerrando brechas o debemos mirar hacia el futuro en un ambiente de oportunidades?», cuestionó.
Frente a dichas interrogantes, Odebret nombró el caso de Noruega respecto al impulso de su acuicultura.
«El gobierno de Noruega lo entendió y se planteó la meta de cuadruplicar su producción al año 2050. Para eso, la alianza público-privada y el desarrollo tecnológico es un tema sustancial. Las nuevas concesiones o las nuevas licencias que se otorgan a ese país están asociados al desarrollo tecnológico, a la innovación en el cultivo oceánico, al cultivo en ambientes cerrados en el mar, que invitan al sector empresarial a innovar. La estrategia del gobierno de Noruega está puesta en la demanda global, la que va a seguir creciendo y que alguien va a tener que satisfacer, y precisamente ellos quieren ser los protagonistas», relató.
Medio Ambiente y Comunidades
Como otro eje importante para desarrollar la acuicultura del futuro, Odebret remarcó el avance en materias de cuidado del medio ambiente, uso de antibióticos y disminución en la generación de residuos.
«Sin duda es un tema tan crítico como el anterior, donde tal vez la respuesta es del tipo tecnológica, pero con un componente clave: políticas públicas que aceleren ese cambio. Nuestro país ha avanzado muchísimo en ese aspecto en los últimos años, como con el proyecto de ley de recuperación de fondos marinos, el que sin duda va a crear un mercado en soluciones enfocadas en esta área, lo que puede transformar a Chile en un tremendo actor en el desarrollo de ese tipo de tecnologías. Por otro lado, el futuro Programa de Caligus también está pensando en aquello, imaginando cómo impulsar los tratamientos alternativos para el desarrollo de metodologías distintas a las tradicionales. Asimismo, tenemos ya en camino el Reglamento de Lodos, que busca potenciar el uso de estos componentes para suelos degradados de la agricultura», describió.
Resaltó también la relación de la industria con las comunidades locales, apuntando que a nivel de industria «tenemos que preguntarnos qué está pasando con las comunidades locales. Sin duda, en ellas las preocupaciones son múltiples y no solo aquellas que tienen que ver con la industria, sino también se requiere una colaboración publico-privada. En Magallanes tenemos cifras importantes de desarrollo. Estamos dentro de las mejor ciudades para vivir y tenemos ingresos más altos que el promedio nacional».
«En la Asociación hemos avanzado mucho. Hoy día llevamos más de 3 años trabajando con 10 de las 14 comunidades Kawésqar de la región. Hemos colaborado con emprendedores, muchos de ellos que prestan servicios a la propia industria, mientras que otros se han capacitado para suplir la demanda de conocimiento para poder trabajar en salmonicultura», agregó.
Desafío territorial
«Quizás lo más importante desde nuestra perspectiva es el desafío territorial, muy complejo de poder abordar. El borde costero ha multiplicado sus intereses y ya no son los mismos de hace 20 años. Hoy día existen 5,5 millones de hectáreas solicitadas como Espacios Costero Marino de los Pueblos Originarios (ECMPO); 20 millones de hectáreas en alguna categoría de protección de área silvestre protegida, áreas de manejo de recursos bentónicos, Etc. se suman a un poco más de 20 mil hectáreas que tienen que ver con la acuicultura, de las cuales 14 mil son de salmón. Resulta evidente que la acuicultura resulta una porción menor del territorio», destacó Odebret, señalando que la prohibición de la actividad no es la solución a los conflictos.
«Yo creo que la actividad es perfectamente compatible con los demás intereses y actores, en la medida que investiguemos los patrones ecológicos y los usos ancestrales. Y es que puede que sea más simple prohibir, pero resulta mucho más eficiente pensar en la compatibilidad», subrayó.
Finalmente concluyó que si el «reseteo» para pensar en el futuro «lo hacemos de manera conjunta, podremos converger en una macro región muy robusta para enfrentar el cambio climático. Por contraparte, si no avanzamos conjuntamente, vamos a tener un «reseteo» que lo decidirá la naturaleza, la desesperanza y la confusión. Sin duda, considero que tenemos el capital para construir una nueva acuicultura de cara al futuro».