Resultados muestran evidencia que la acidificación del océano puede tener consecuencias negativas para esta alga.
El huiro palo, como es conocida popularmente el alga Lessonia trabeculata, cumple un rol fundamental desde el punto de vista económico y ecológico que ha llevado a un grupo de científicos a investigar sobre los efectos que experimentará debido al cambio climático.
Específicamente, el estudio abordó evidencia empírica sobre el impacto que provocan los cambios de la temperatura (enfriamiento y calentamiento) y el aumento CO2 (dióxido de carbono) del mar en esta alga parda que en Chile habita desde Arica hasta Puerto Montt, incluso con algunos reportes más al sur de Chiloé. De acuerdo a Claudio Pacho-Iscca González Gómez, investigador del Centro Científico CEAZA “por su forma de árbol y su distribución en el fondo marino rocoso, llegan a formar verdaderas praderas o bosques que constituyen un hábitat que sirve de refugio, asentamiento y desarrollo de un gran número de invertebrados y peces marinos”.
“Se considera que Lessonia trabeculata es una especie bio-ingeniera porque genera un hábitat para que se establezcan otras especies”, destaca el Dr. Patricio Manríquez, investigador del CEAZA.
Asimismo, las algas pardas son ricas en alginato, compuesto utilizado en la industria farmacéutica, alimenticia y cosmetológica. Los alginatos están presentes en una gran cantidad de productos de uso cotidiano en nuestras vidas, tales como pasta de dientes, detergentes, alimentos envasados, entre otros.
Impacto del CO2 y temperatura
De acuerdo al IPCC, desde 1960, aproximadamente, los bosques, suelos y océanos han absorbido el 56% de todo el CO2 que la humanidad ha expulsado a la atmósfera. Sin la colaboración de la naturaleza, nuestro planeta sería un lugar mucho más caliente e inhóspito de lo que lo es ahora.
Sin embargo, los organismos terrestres y marinos se están viendo perjudicados, como es el caso del huiro palo (Lessonia trabeculata), especie que en el presente estudio fue abordada para conocer de qué manera es afectada. Para ello, Claudio Pacho-Iscca González Gómez explica que “se cultivó en el laboratorio parte del ciclo de vida de esta alga y se registró como se desarrollaba y reproducía bajo condiciones de temperatura y pH similares a las actuales, como también, a las pronosticadas para el futuro”.
El Dr. Patricio Manríquez explica que los altos niveles de CO2 en los océanos afectan la química de éstos y es lo que configura la acidificación de los océanos, caracterizada por una disminución del pH del agua de mar. “Se ha demostrado que la acidificación, disminuye la cantidad de carbonatos disponibles en el mar, lo que por ejemplo, dificulta la construcción de las partes duras de los organismos marinos tales como sus conchas, esqueletos o testas”.
El especialista recalca que no sólo afectan rasgos estructurales de los organismos sino que también puede afectar sus rasgos fisiológicos y conductuales. El huiro palo no posee estructuras protectoras basadas en carbonatos, pero los resultados muestran evidencia que al igual que en los animales (invertebrados o vertebrados) la acidificación también puede tener consecuencias negativas.
Claudio Pacho-Iscca González Gómez detalla que “en organismos marinos fotosintéticos, como plantas y algas, la evidencia sugiere que la acidificación de los océanos afecta diferentes procesos como la fotosíntesis, el crecimiento y la reproducción. Sin embargo, es importante mencionar que el efecto de la acidificación de los océanos en los organismos marinos fotosintéticos no posee un patrón general para todas las especies, donde cada especie posee una respuesta diferente”. Además agrega que “para el caso de Lessonia trabeculata se observó que la acidificación tuvo efectos negativos en su reproducción afectando la liberación y posterior germinación de sus esporas”.
Asimismo, bajo el contexto de calentamiento global de los océanos, el científico indica que los resultados del estudio sugieren que “un aumento en el futuro de la temperatura del mar podría reducir la capacidad de reproducción de esta alga parda, influyendo negativamente su capacidad de germinación de esporas y como consecuencia, la formación de nuevos individuos”.
Recomendaciones
Basados en la presente investigación, publicada recientemente en Environmental Pollution, Claudio Pacho-Iscca González señala que lo ideal sería replicar este estudio en ejemplares de Lessonia trabeculata provenientes de otras poblaciones a lo largo de la costa de Chile para conocer de qué manera reaccionan a los aumentos de la temperatura y CO2.
“Una vez identificadas estas poblaciones se podrían diseñar programas de repoblación con individuos provenientes de poblaciones más “resilientes” que ayuden a mejorar la capacidad de adaptaciones de las poblaciones locales”, sugiere.
Sin embargo, considerando el tiempo que implica realizar dichos estudios y planes de repoblación, el profesional es enfático al expresar que “se hace urgente y necesario reducir las cuotas de extracción o mejorar la fiscalización con el fin de asegurar que las poblaciones existentes mantengan su acervo genético, y de esta manera permitirles que puedan adaptarse naturalmente a los cambios de temperatura y pH que se predicen para el océano en un futuro cercano”.
Aporte joven
Cabe destacar que la presente publicación es la segunda derivada de la tesis de pregrado de Claudio Pacho-Iscca González Gómez, estudiante de Biología Marina de la Universidad Católica del Norte.
Su colega, el Dr. Patricio Manríquez, ya con una vasta trayectoria en la investigación de organismos marinos destaca que “se trata de un estudio de relativamente corto aliento, pero con una pregunta relevante y experimentalmente abordada en forma eficiente. Esto demuestra que no sólo investigadores de larga trayectoria pueden aportar en la generación de conocimiento para hacer predicciones sobre el devenir y adaptabilidad de nuestras especies nativas en escenarios de cambio climático”.
El estudio fue financiado por el proyecto FONDECYT No 1181609 y CLIMAR, ELAC2015/T01-0495.
Fuente: CEAZA