Académico realizó la exposición "La industria acuícola en Chile y sus desafíos en Sanidad Animal".
Organizado por la Academia Veterinaria Mexicana, también participaron el Dr. Ignacio de Blas, de la Universidad de Zaragoza, España, y la Dra. Elizabeth Loza Rubio, Académica Titular del Centro Nacional de Investigación Disciplinaria en Salud Animal e Inocuidad (CENID-SAI) del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) de México.
La sesión comenzó con un mensaje de bienvenida por parte de la presidenta de la Academia de Veterinaria Mexicana Dr. María Trujillo Ortega, quien recalcó la trascendencia de la acuicultura y agradeció la presencia de los ponentes.
«La acuicultura va creciendo muy rápidamente en los últimos años y es una de las fuentes proteicas más importantes de nuestro planeta. Esta ha ido incrementando su consumo en otras partes del planeta más que en México, y en este respecto la medicina veterinaria es de suma relevancia, ya que las enfermedades y el cuidado del medio ambiente aparecen como un factor relevante para la sostenibilidad de su desarrollo», manifestó Trujillo.
Sanidad en la industria salmonicultura chilena
Durante su presentación, el Dr. René Manríquez abordó el desarrolló de la salmonicultura chilena, los principales patógenos que la afectan y mostró parte de su trabajo en epigenética asociado al virus de la Necrosis Pancreática Infecciosa (IPNv).
«El IPNv es un virus que si bien no causa altas mortalidades, siempre ha estado relacionado con la industria acuícola, presentado mortalidades mucho más altas cuando genotipos muy virulentos aparecen en cultivos marinos. Trabajando junto a otros investigadores en Chile, hemos podido genotipificar este virus, usando dicha información para el desarrollo de vacunas» comentó.
En esa línea, detalló que a lo largo de Chile se han podido observar 2 genogrupos de este virus (1 y 5), cuya presencia de aislados tanto en zonas de pisciculturas como de cultivos llama a poner foco sanitario no solo en dichos lugares, sino también en las vías y medios de transporte de los smolts. Asimismo, explicó lo que ocurre en la interacción célula-virus y como este último puede generar mecanismos para evadir la respuesta del hospedero y modularla para mejorar su capacidad infectiva.
«Esta regulación va a generar cambios en el genotipo, como la susceptibilidad a las enfermedades y el estrés, por eso quisimos analizar qué ocurría con el patógeno como un factor ambiental y cómo repercutía en mecanismos epigenéticos. Nos centramos en los genes asociados a la respuesta inmune y trabajamos mayormente con la metilación del DNA, ya que se ha descrito que la incorporación de grupos metilos puede silenciar la expresión genética».
Finalmente, ahondó en el tema de la nutriepigenética desde su actividad investigativa, buscando componentes que inhiban la encima que genera cambios de metilación en el genoma, con el fin de desarrollar alimentos específicos para los peces.
«Encontramos 5 candidatos potenciales para generar suplementos y realizamos un desafío in vivo con salmón Salar con diferentes concentraciones de ellos. Luego analizamos que ocurrió con la metilación global, y vimos que en el riñón hubo algunas tendencias interesantes de hipometilación, es decir, una predisposición a expresar algunos tipos de genes que podrían manifestar una respuesta antiviral previa. Uniendo criterios, la idea a futuro es tenar biomarcadores epigenéticos asociados a procesos como vacunación, smoltificación o tratamiento de antibióticos, para poder monitorear el estado del metiloma y saber qué tipo de alimento utilizar si hay un brote infeccioso», señaló al finalizar.