Corte de Apelaciones de Punta Arenas dispuso a fines del año pasado la suspensión de sus operaciones por un ciclo de cultivo en el centro Aracena 3.
La compañía noruega logró la certificación “Mejores Prácticas Acuícolas” (Best Aquaculture Practices, BAP) para cinco CESs ubicados en la Región de Magallanes, entre ellos Aracena 3,
Por otra parte, la planta de procesos ubicada en Porvenir y su nueva piscicultura en Tierra del Fuego también lograron obtener esta prestigiosa acreditación internacional, lo que garantiza que la producción de salmón de Nova Austral se efectúa de forma ambiental y socialmente responsable y que el producto obtenido es seguro para el consumo humano.
Estas se concretaron luego de un arduo trabajo desplegado por el nuevo equipo directivo de Nova Austral para que las instalaciones de la compañía operen con los estándares más altos en materia de sostenibilidad, lo cual fue verificado por BAP a través de una auditoría realizada por la entidad independiente SAI Global. En este proceso de auditoría se revisa exhaustivamente el cumplimiento de los estándares BAP en cuanto a responsabilidad ambiental, responsabilidad social, bienestar animal, seguridad alimentaria y trazabilidad.
“las nuevas certificaciones son otro paso más en nuestro camino por seguir reconstruyendo y posicionando a Nova Austral en términos de sustentabilidad, responsabilidad ambiental y buenas prácticas. Queremos materializar más hitos en esta línea, por lo que nos impusimos la meta de tener el 100% de nuestras operaciones certificadas con BAP este año, al igual que con la certificación ASC (Aquaculture Stewardship Council) que obtuvimos recientemente”, dijo Nicolás Larco, CEO de Nova Austral.
Estas nuevas certificaciones BAP son parte de los objetivos del plan de Nova Austral para fortalecer las buenas prácticas y generar valor para el lago plazo, lo que ha significado la reestructuración de la empresa y el lanzamiento de un Manual de Prevención de Delitos, un nuevo Código de Ética y un Canal de Denuncias.
Estas certificaciones llegan en un contexto convulsionado para la compañía salmonera, y es que a fines del año pasado se conocieron las primeras sanciones respecto a la adulteración de datos de mortalidades.