Estudio liderado por Alex Romero, investigador del Centro Interdisciplinario de Investigación en Acuicultura (INCAR) de Concepción, dio cuenta de la respuesta de estos salmónidos a nivel metabólico cuando son expuestos a variantes estresoras.
La investigación publicada en General and Comparative Endocrinology, da cuenta de la respuesta del metabolismo de esta especie expuesta a estresores de confinamiento.
El salmón del Atlántico (Salmo salar) es una de las especies de peces más exportada en la actualidad por la industria chilena, siendo cultivado en las regiones de la Araucanía, Los Lagos, Aysén y Magallanes. Por ello, varios de los estudios se enfocan actualmente en comprender su metabolismo a fin de detectar distintos factores de estrés.
Es por ello que, luego de tres años de investigación, el estudio liderado por Alex Romero, investigador del Centro Interdisciplinario de Investigación en Acuicultura (INCAR) de Concepción, dio cuenta de la respuesta de estos salmónidos a nivel metabólico cuando son expuestos a variantes estresoras.
“Los peces generan variantes en los receptores de glucocorticoides -relacionados con el metabolismo – afectados por diferentes parámetros estresores, tales como son la temperatura, salinidad, enfermedades, alta densidad, entre otros”, explicó el Dr. Luis Vargas-Chacoff, vicerrector de Investigación, Desarrollo y Creación Artística de la Universidad Austral de Chile (UACh) e investigador del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL), quien participó del estudio.
El investigador comenta que se realizaron expresiones de estos genes en diferentes órganos para ver su respuesta, principalmente en aquellos que generan cortisol, una hormona que se libera como respuesta al estrés y afecta los niveles de glucosa en la sangre, entre otros parámetros sanguíneos.
El trabajo da cuenta de las diferencias en la expresión de todos los ARN mensajero (ARNm), que afectan los órganos como son el riñón anterior (Head kidney) y las branquias de los peces post-estresados por alta densidad. Esta respuesta puede generar cambios en el comportamiento de la especie, también en la ingesta de alimento y en la pigmentación, externamente hablando.
“Quisimos estudiar cómo cambiaban las copias cuando se estimulaban con un estrés de alta densidad, que en este caso es la variante de densidad de población, demostrando que existen bucles y que responden de distintas maneras”, comentó el Dr. Vargas-Chacoff.
Esta respuesta diferenciada a los niveles de estrés, según el estudio, podría sugerir una potencial subfuncionalización de isoformas (copias de una misma proteína).
El estudio fue publicado en la revista científica General and Comparative Endocrinology, en el cual también participaron investigadores del Instituto de Ciencias Marinas y Limnológicas y el Instituto de Bioquímica y Microbiología de la UACh, el Departamento de Biología Celular, Fisiología e Inmunología de la Universidad Autónoma de Barcelona (España).