se pudo analizar el efecto fertilizante del salmón Chinook en ríos de la región de Aysén. En sus estudios descubrieron que las algas de los ríos incorporan nutrientes marinos acarreados aguas arriba por esta especie, causando una elevada biomasa de alga en los sitios donde se reproducen estos peces.
En una colaboración entre investigadores chilenos y canadienses se pudo analizar el efecto fertilizante del salmón Chinook en ríos de la región de Aysén. En sus estudios descubrieron que las algas de los ríos incorporan nutrientes marinos acarreados aguas arriba por esta especie, causando una elevada biomasa de alga en los sitios donde se reproducen estos peces.
El salmón Chinook es una especie exótica e introducida en la Patagonia chilena reproduciéndose naturalmente en ríos entre Temuco y Punta Arenas. En su distribución nativa, en el hemisferio norte, los salmones cumplen un rol ecológico cuando se reproducen y mueren, fertilizando los ecosistemas dulceacuícolas con nutrientes marinos. Esta función no ocurre naturalmente en Chile, donde la Patagonia es una de las pocas regiones del mundo con niveles prístinos de nutrientes, lo que motivó a especialistas de Simon Fraser University y Western University de Canadá, Centro de Investigación en Ecosistemas de la Patagonia (CIEP) de Coyhaique, Instituto de Conservación, Biodiversidad y Territorio, y Centro de Humedales Río Cruces, ambos de la Universidad Austral de Chile en Valdivia, a estudiar el efecto que estaba causando en los ríos y arroyos locales.
En la zona austral de América del Sur, donde el salmón Chinook, científicamente conocido como Oncorhynchus tshawytscha, (ambos nombres derivan del idioma de los pueblos originarios de su zona nativa) ha establecido poblaciones no autóctonas. El desove y muerte del más grande de los salmones pacíficos debe generar ciertos impactos únicos a los ecosistemas Patagónicos deducían los investigadores, quienespudieron analizar su ciclo de vida en cuatro ríos en la región de Aysén, comparando el estado de las aguas arriba y abajo de las barreras instaladas para evitar su migración, y en tres (Huemules, Jaramillo y Toqui) se encontró evidencia de nutrientes de origen marino, demostrando un aumento de la biomasa de algas. Este estudio fue el primero a demostrar que el salmón era el responsable de una nueva fuente de nutrientes en los ecosistemas de aguas arriba de los ríos. Solo en el Río Ñirehuao el efecto no fue evidente, quizás por ser el más grande de los ríos estudiados.
Estos resultados indican que el salmón Chinook, que pasa varios años en el mar antes de volver a su río de origen para empezar un nuevo ciclo de crianza, ha superado la brecha entre los ecosistemas marinos productivos y los ecosistemas de arroyos pobres en nutrientes de la Patagonia, transformándose en una fuente importante de éstos en cuencas que históricamente han contado con nutrientes limitados. Es probable que el salmón introduciendo estos nutrientes río arriba tenga impactos ecológicos a lo largo de su rango de distribución en la Patagonia, con mayor efecto a los ríos de menor tamaño, y con impacto enfocado principalmente cerca de las barreras colocadas para imponer el límite en sus migraciones. Estos impactos podrían extenderse a través de la red alimentaria, explica Nicolás Muñoz, el autor principal del estudio: “Una mayor abundancia de las algas puede sustentar un aumento de invertebrados acuáticos, quienes son un alimento importante para los peces y las aves del bosque. La pregunta es, ¿cuáles son las especies que se beneficiarán de este aumento de algas?”. El cambio probablemente involucrará a algunas especies nativas, adaptados a estos ecosistemas patagónicos de baja productividad, pero también, será beneficioso para las especies exóticas invasoras en la Patagonia como la Trucha arcoiris (O. mykiss) y el visón americano (Neovison vison), quienes se han visto subsidiados del salmón del Pacífico, beneficiándose enormemente de ellos, considerando que esto produce efectos negativos sobre la abundancia y distribución de sus presas nativas en arroyos y bosques patagónicos. Para calificar si este cambio es beneficioso o no, el colaborador del Centro CIEP, Dr. Brian Reid explico que es “una lástima que la gran mayoría del conocimiento sobre estos ecosistemas acuáticos en la Patagonia tiene su origen en estudios sobre las especies invasoras, como Didymo, Vison, Castor, Sauce y las truchas y salmónidas. Casi no sabemos el valor singular de lo que estamos echando a perder”.
La fauna acuática nativa de esta región se caracteriza por una baja riqueza de especies, pero altos niveles de endemismo, haciendo que la creciente abundancia de especies no nativas sean una amenaza para la biodiversidad local. Al mismo tiempo, la pesca recreativa en la Patagonia es un factor clave para la industria del turismo regional, donde el salmón Chinook ha agregado valor a esta actividad. Sin embargo, está claro que los salmónidos no nativos están contribuyendo al cambio ecológico en la Patagonia, por lo que es de suma relevancia la planificación de la conservación, utilizando aislamiento hidrológico y barreras a la migración de salmónidos, lo que podría ser una forma de asegurar la persistencia de los ecosistemas de muchas especies únicas que los habitan.