El ostión del norte es capaz de hacer frente a condiciones ambientales estresantes impuestas por la surgencia, como bajas temperaturas, baja concentración de oxígeno y mayores condiciones de acidez. Un...
El ostión del norte es capaz de hacer frente a condiciones ambientales estresantes impuestas por la surgencia, como bajas temperaturas, baja concentración de oxígeno y mayores condiciones de acidez.
Un nuevo estudio, publicado en la revista científica Science of the Total Environment (STOTEN), establece que tanto la intensidad como la duración de la surgencia, tienen un rol determinante en las condiciones ambientales de la Bahía de Tongoy, y en particular sobre el cultivo del ostión.
“En términos generales, la Bahía de Tongoy presenta condiciones recurrentes de surgencia, y por lo tanto, condiciones de baja temperatura, y bajos niveles de oxígeno y pH (mayor acidez) de variable intensidad. Estas condiciones aparecen con mayor frecuencia durante los meses de primavera-verano, cuando los vientos que favorecen la surgencia son más activos. Esto lo aprovechamos, y usamos a la Bahía de Tongoy como un laboratorio natural para poder estudiar el rol que tiene la intensidad de este proceso sobre la fisiología y la sobrevivencia del ostión del norte”, explica la Dra. Laura Ramajo, científica del CEAZA y líder del estudio.
El Dr. Orlando Astudillo, co-autor e investigador CEAZA, destaca la gran variabilidad del surgencia a lo largo de la costa el cual es dependiente de factores locales como la magnitud y ciclo diario del régimen de viento así como también su estrecha relación con la morfología del litoral y la orografía costera”.
Según la publicación científica, el ostión del norte es capaz de hacer frente a condiciones ambientales estresantes impuestas por la surgencia, como bajas temperaturas, baja concentración de oxígeno y mayores condiciones de acidez. Si estas condiciones se prolongan en el tiempo terminan produciendo impactos negativos sobre el ostión. Además, en el estudio los investigadores observaron que bajo condiciones de mayor intensidad de surgencia, los ostiones incrementan su metabolismo, y el grosor de su concha (calcificación). También aumentan los niveles de materia orgánica en la concha, a fin de evitar la disolución de las conchas antes las condiciones más ácidas impuestas por la surgencia .
“Estos cambios fisiológicos impactan en el presupuesto energético del ostión, lo que termina generando una menor sobrevivencia de este importante recurso”, señala la Dra. Ramajo, también investigadora joven del Núcleo Milenio MUSELS.
El Dr. Astudillo indica que “los resultados del estudio son importantes para la industria acuícola de la Región de Coquimbo, ya que las proyecciones de impacto del cambio climático sugieren una intensificación del viento favorable a la surgencia y, por ende, un alza en la frecuencia e intensidad de los eventos de afloramiento o surgencia costera”.
Surgencia y productividad
María Valladares, investigadora de AquaPacífico y co-autora del trabajo, plantea que actualmente se están llevando a cabo diferentes estudios en la Bahía de Tongoy que buscan entender el proceso de surgencia que afecta a importantes sectores socioeconómicos y formas de vida en Chile. Valladares añade que la acuicultura y las pesquerías dependen de este proceso oceanográfico que producen zonas altamente productivas, ya que las aguas de surgencia también presentan altas concentraciones de nutrientes que fertilizan las costas y producen un aumento en el fitoplancton, el alimento del ostión y de otros recursos marinos y costeros.
“La surgencia no genera una respuesta lineal en la productividad marina, es decir, al presentarse mayor intensidad no significa necesariamente que se vaya a observar un aumento directo en el fitoplancton. Esta respuesta no lineal se denomina ‘ventana óptima ambiental’, e indica la existencia de un rango específico de intensidad de surgencia que es óptimo para la productividad biológica” señala Valladares.
La Dra. Ramajo precisa que si estos eventos de surgencia son muy débiles pueden mermar la llegada de nutrientes a la superficie iluminada (zona eufótica), donde habita la comunidad fitoplanctónica (alimento de ostiones) que puede hacer uso de ellos, mediante la fotosíntesis.
“Si la surgencia es demasiado intensa, como se pronostica en el futuro, aunque los nutrientes sí alcancen la capa superficial, los organismos fitoplanctónicos pueden verse expuestos a procesos turbulentos, de mezcla o advectivos, que los empujen fuera de la costa o a profundidades donde no pueden tener acceso a esos nutrientes”, detalla Valladares.
Financiamiento y aportes al estudio
El estudio fue financiado por el proyecto FONDECYT 3170156, otorgado a la Dra. Ramajo, que tiene como objetivo principal determinar los posibles efectos de la variabilidad climática y el cambio climático sobre la producción de ostión en la Región de Coquimbo.
La Dra. Ramajo destaca además la transdisciplinariedad del estudio que unió a investigadoras e investigadores con experiencia en el área de la oceanografía, climatología, ecología, mineralogía y el cambio climático. Asimismo, destaca la necesidad de desarrollar más estudios multidisciplinarios y transdisciplinarios, con el fin de afrontar de mejor manera los impactos del cambio climático y la búsqueda de soluciones a este.
Junto a los doctores Ramajo, Astudillo y la investigadora María Valladares, aportaron al trabajo Carolina Fernández (UAI-MUSELS), el Dr. Alejandro Rodríguez-Navarro (UGR). Junto a ellos también colaboraron Paul Watt-Arévalo (MUSELS), Manuel Núñez (UAI), el estudiante de doctorado Christian Grenier (UGR), Rocío Román (UGR), Dra. Paulina Aguayo (UdeC, IMO), Dr. Marco A. Lardies (UAI-MUSELS), Dr. Bernardo Broitman (UAI-MUSELS), Pamela Tapia (Ostimar S.A., Tongoy) y Chrstian Tapia (Ostimar S.A., Tongoy).