Aducir que el desastre fue ocasionado por el temporal, ratifica que la industria salmonera no ha adoptado las indicaciones tecnológicas que la autoridad le ha sancionado en accidentes anteriores, señalaron...
Aducir que el desastre fue ocasionado por el temporal, ratifica que la industria salmonera no ha adoptado las indicaciones tecnológicas que la autoridad le ha sancionado en accidentes anteriores, señalaron desde la Confederación Nacional de Federaciones de Pescadores Artesanales de Chile, Confepach.
Una vez más deja de manifiesto que a la industria salmonera solo le interesa exportar y no invierte en la sustentabilidad de los recursos pesqueros que cohabitan en los espacios que ocupan, indicaron desde la Confederación Nacional de Federaciones de Pescadores Artesanales de Chile, Confepach.
“El fin de semana pasado un nuevo escape masivo de salmones desde uno de los centros de cultivo de la Empresa Blumar S.A. en el Seno de Reloncaví, donde 16 de 18 jaulas dejaron escapar más de 800.000 salmones de un peso promedio cercano a los 4 kilos cada uno, pone una vez más, en jaque nuestro ecosistema regional”, señaló Marcelo Soto Castillo, presidente del Directorio de la Confederación Nacional de Federaciones de Pescadores Artesanales de Chile, Confepach tras el episodio que ha generado, una vez más efectos negativos sobre el ecosistema y la biodiversidad acuática regional.
“Por un lado, los salmones pueden ser agentes transmisores de enfermedades y por otro, compiten por el espacio y las fuentes de alimentación con nuestras especies nativas, y principalmente en razón de su voracidad, depredando brutalmente nuestros recursos que constituyen la fuente de ingreso de nuestro sector pesquero artesanal”, agregó Soto.
El dirigente expresó que “uno de los problemas mayores que se crea por estos procesos, corresponde a lo que se conoce como naturalización de estas especies en nuestro ambiente, situación más que probable ya que entre el año 2010 y el 2020, llevamos sobre 90 eventos de este tipo con un gran número de especímenes escapados y poca recaptura efectiva”, subrayó.
Recalcó en que “aducir que las condiciones climáticas son las responsables de estos dañinos eventos, denota un enorme descriterio, ya que estas son las condiciones habituales en nuestros espacios costeros y una empresa responsable, debe cautelar tomando todas las medidas recomendables para que estas situaciones no afecten sus instalaciones y menos que se produzcan estos eventos de escape. Estas empresas asumen como su única finalidad producir intensivamente, bajando al máximo sus costos, sin considerar a los demás usuarios que hacemos un uso responsable del océano en Chile”, dijo Soto Castillo.
Cuando suceden este tipo de eventos, las empresas se preocupan de recapturar al menos el 10 % de lo escapado, para evitar multas mayores y creen que al vincularse en este proceso de recaptura con la pesca artesanal, vienen a solucionar el problema y casi consideran que le están haciendo un favor a los pescadores. “La pesca artesanal, efectivamente se compromete en apoyar la captura de las especies con el objeto de obtener un beneficio económico a su labor y lo toman como un trabajo que, en esta época de pandemia, le es muy necesario. No obstante el pescador artesanal sabe que la presencia de los salmones cohabitando con los otros recursos es un tremendo daño porque en el proceso de engorda se emplean medios químicos que quedan en el fondo marino con el consiguiente daño ambiental que tantas veces hemos denunciado, sin resultados positivos como lo hemos esperado, sino con meras sanciones económicas y absoluto desprecio hacia el trabajo del pescador artesanal que no destruye, sino que protege el medio ambiente de los recursos del mar”, advirtió el representante de la pesca artesanal.
Cabe mencionar, apunta el presidente de Confepach, que la normativa vigente, sanciona a los responsables de estos eventos con multas que van a las arcas fiscales y que jamás han contemplado alguna medida de mitigación para la población y trabajadores que viven de la captura de los recursos que naturalmente crecen y se desarrollan en el mar y son fuente de alimentación saludable de la población.
“Por años, la pesca artesanal, ha abogado por la modificación de los cuerpos legales, para que por un lado, se permita la captura de estas especies exóticas que ya abundan en nuestras aguas y que, dentro de las normativas de recaptura para los ya frecuentes escapes, se establezcan mecanismos de fijación de los precios por especie recapturada, los que deben considerar el valor comercial de la especie, y un adicional a definir, que considere los efectos nocivos que esta acción provoca y provocará a futuro”, aseguró.
“Instamos con más fuerza aún a nuestros parlamentarios, para que analicen en serio estas propuestas que hemos presentado reiteradamente y que al parecer siguen durmiendo en algún escritorio para favorecer a una industria que continuamente está demostrando su bajo apego a la sustentabilidad”, concluyó Marcelo Soto.