Una técnica simple y de amplio dominio en la elaboración de alimentos, para los pescadores artesanales de Atacama ha representado una novedad y una oportunidad para valorizar sus productos, extendiendo...
Una técnica simple y de amplio dominio en la elaboración de alimentos, para los pescadores artesanales de Atacama ha representado una novedad y una oportunidad para valorizar sus productos, extendiendo su vida útil. El taller impartido por AquaPacífico se enmarca en el Programa Cultiva Mar de Corfo, que cuenta con aportes del Gobierno Regional de Atacama, CAP Minería y es ejecutado por Codesser (Mundo Acuícola).
Extraer el aire que rodea al producto que se va a envasar, de modo que el oxígeno residual sea inferior al 1%. Esa es una de las técnicas de conservación que están aprendiendo los pescadores de Atacama para poder agregar valor a sus productos del mar, extendiendo su vida útil. Un procedimiento sencillo, que requiere de una máquina selladora que es muy económica en su versión doméstica, pero que les permite dar un paso importante para mejorar su actividad productiva.
La elaboración de pescado al vacío está entre los contenidos prácticos que se busca traspasar mediante el Programa de Difusión y Transferencia Tecnológica (PDT) para el desarrollo de acuicultura de pequeña escala y agregación de valor a productos pesqueros, por parte de pescadores artesanales de la provincia de Copiapó y Chañaral, conocido como “Cultiva Mar”. Este programa cuenta con apoyo de Corfo, a través del Fondos de Innovación para la Competitividad (FIC) del Gobierno Regional de Atacama, además de los aportes de CAP Minería, y es ejecutado por Codesser.
La relatora de estos talleres post cosecha es Rocío Muñoz, nutricionista y técnico en cocina internacional y elaboración industrial de alimentos, quien destaca el impacto positivo que genera en las caletas el aprendizaje de estas técnicas: “Prácticamente vieron la magia que se puede producir usando un aparato tan pequeño y de tan bajo costo. Después de filetear el pescado y mantener condiciones sanitarias que garanticen la inocuidad, comprobaron con asombro cómo la máquina extraía el aire de la bolsa y la dejaba prácticamente plana. Quedaron muy entusiasmados y comprometidos para seguir aprendiendo sobre agregación de valor en el próximo taller”.
Rocío Muñoz releva el rol de las mujeres en estas tareas postcosecha, donde participan ya sea para contribuir al ingreso familiar o para ser protagonistas de este cambio en la comercialización de los productos de la caleta. “Ellas se dan cuenta que se puede hacer mucho más que sólo vender pescado fresco”, enfatiza la profesional.