En el marco de esta actividad, expondrá Edgardo Cerda, investigador de la Corporación de Estudios para Latinoamérica, Cieplan, quien hizo su informe sobre acuicultura titulado “Productividad y competitividad en la...
En el marco de esta actividad, expondrá Edgardo Cerda, investigador de la Corporación de Estudios para Latinoamérica, Cieplan, quien hizo su informe sobre acuicultura titulado “Productividad y competitividad en la industria del salmón en Chile” (Mundo Acuícola).
Con la participación de representantes de empresas y gremios ligados a la salmonicultura chilena, este viernes 24 de mayo se realizará en el Auditorio FLACSO de Vitacura, región Metropolitana, el workshop internacional “Minería, acuicultura y fruticultura. Claves para la productividad que luego se replicará en Perú”. Serán 6 los expositores, chilenos y peruanos, que estarán presentando en Santiago sus papers sobre estos temas, además de cerca de 15 panelistas que comentarán la situación actual de estos sectores económicos.
En el marco de esta actividad, expondrá Edgardo Cerda, investigador de la Corporación de Estudios para Latinoamérica, Cieplan, quien hizo su informe sobre acuicultura titulado “Productividad y competitividad en la industria del salmón en Chile”. Mundo Acuícola conversó con el especialista, quien explicó parte de su trabajo y adelantó los temas de su exposición de este viernes.
¿Cómo surge la idea de realizar una actividad que muestre la productividad de las tres principales industrias del país?
Esto surge de una serie de estudios realizados por el convenio entre CAF y CIEPLAN-UTALCA, en miras de la importancia de la productividad para el crecimiento económico latinoamericano.
Las economías latinoamericanas históricamente han centrado su producción en sectores de recursos naturales, y Chile y Perú no son la excepción. La visión generalizada, apoyada por una larga tradición teórica, es que dichos sectores tienen un menor nivel de complejidad tecnológica, y no son capaces de generar dinámicas de aprendizaje y de innovación que permitan un desarrollo económico sostenible y sustentable. Dicha tradición nos dice que los países que centran su producción en RRNN tienden a tener menores tasas de crecimiento en el largo plazo. Esto es lo que se conoce como la “maldición de los recursos naturales”. Por lo mismo, para generar crecimiento se requerirían cambios estructurales en la matriz productiva, en particular, hacia la industria manufacturera.
Sin embargo, esta visión ha sido cuestionada por la evidencia empírica y teórica reciente. Existen variados casos de países que han logrado el desarrollo centrándose en la producción de recursos naturales. Australia, Nueva Zelanda y Noruega son algunos de estos. Los recursos naturales, por otra parte, han sido el sostén de las economías en desarrollo, convirtiéndose en verdaderas “bendiciones” para sus países. En Chile, por ejemplo, la Minería es el sector tecnológicamente más avanzado, contrario a la creencia de que es un sector de “pala y picota”, como pudo haber sido en el pasado. En este sentido, no importa tanto qué se produce, sino cómo.
A pesar de esto, la producción basada en recursos naturales sí presenta particularidades que los diferencian de otros sectores. Su anclaje territorial, y su dependencia e impacto sobre el medioambiente local-específico hacen que, para ser verdaderamente competitivos, estos no solo deben preocuparse de la eficiencia e innovación en términos productivos, sino que también de su relación con el medioambiente y la comunidad. Así, las empresas deben maximizar un triple objetivo: eficiencia económica, ambiental e inclusión social.
La pregunta es, por lo tanto, cómo se desempeñan los sectores productivos en recursos naturales de Chile y Perú en estas materias, y cómo se puede potenciar la productividad para generar dinámicas de crecimiento de largo plazo. Por esto, se seleccionaron 3 sectores de Recursos Naturales de marcada importancia para ambos países, tanto por su relevancia en la matriz productiva como por su potencial de crecimiento, con el objetivo de examinar las principales fuentes y brechas de productividad y competitividad.
¿Cuál fue el objetivo del estudio “Productividad y competitividad en la industria del salmón en Chile”?
La salmonicultura es una industria relativamente reciente, tanto en Chile como en el mundo, con altísimas y sostenidas tasas de crecimiento. En Chile, en particular, esta ha sido un motor importante del crecimiento, en especial en la zona sur del país. Sin embargo, su historia no ha estado provista de altibajos y contradicciones. Por un lado, esta es una industria innovadora con altas tasas de crecimiento y desarrollo tecnológico. Por otro lado, el sector se ha visto envuelto en reiterados problemas ambientales y sanitarios, y goza de una mala imagen y aprobación a nivel social. En el estudio se busca entender las dinámicas de crecimiento del sector, en base a los componentes de su competitividad durante las últimas décadas; y cómo éstas se proyectan hacia el futuro. En definitiva, cuáles han sido las claves de la productividad y competitividad del sector, y si es posible mantenerlas para sostener el crecimiento futuro. Un punto importante dentro del análisis es comprender el impacto que tuvo la Crisis del Virus ISA sobre el sector. En simple: ¿la industria del salmón de hoy es igual a la previa a la crisis?
¿Cuáles fueron las principales conclusiones del informe?
La cuasi libre disponibilidad del recurso natural mar en las etapas iniciales de la industria, sumado a las características idóneas de esta para la salmonicultura, corresponde a una de sus principales fuentes de competitividad temprana. El ciclo de altos precios, que comenzó aproximadamente a partir del 2000, sumado a una regulación y fiscalización laxa, llevó a una acelerada expansión de la producción salmonera, lo que se tradujo en un rápido crecimiento, a través del aumento intensivo y extensivo de la producción. Esto culminó en un catch-up en términos de producción con el líder mundial, pero, al mismo tiempo, al deterioro de las condiciones sanitarias y ambientales que le daban sustento.
La Crisis del Virus ISA dio término a este período. Los rápidos cambios en la regulación y capacidad de fiscalización del Estado se tradujeron en que la etapa de libre disposición del espacio marítimo llegó, probablemente, a su fin. Esto significa que la industria del salmón tuvo que (y debe aún) buscar nuevas fuentes de competitividad que le permitan sostener su crecimiento y posicionamiento internacional. La creciente escasez del recurso marítimo implica que la relación con la comunidad y el medioambiente son cada vez más importante, dado que la relación con éstas determina su acceso, a la vez que afecta en gran medida la regulación y la relación con el Estado. La historia de la industria hasta ahora se ha traducido en una mala relación con la comunidad, generando crecientes rechazos; así como a una relación cada vez más restringida con el medioambiente. Si la industria del salmón planifica seguir produciendo y creciendo en Chile, abordar estos desafíos son cruciales.
La rápida recuperación de la producción post-ISA nos muestra también la resiliencia del sector, pero ¿en qué basó sus nuevas dinámicas de crecimiento? ¿Cuáles son los desafíos de esta nueva etapa?
La evidencia nos muestra que el crecimiento en la década del 2000 no se hizo en base a crecimientos de productividad, sino que, al contrario, hubo una preocupante caída de ésta. Entre 2002 y 2007, el incremento en las cosechas se debió en un aumento de más de 100% en el nivel de siembra de Smolt, mientras que la productividad de ésta cayó casi un 40%. La crisis del Virus ISA ciertamente tiene un impacto significativo sobre la productividad, pero la tendencia decreciente había comenzado años antes. Al igual que en otros sectores de RRNN, dado el ciclo de altos precios, resultaba rentable expandir la producir a costa de un mayor uso del recurso natural y de una menor productividad. Esto, sin embargo, genera un deterioro en la competitividad de largo plazo del sector.
A pesar de esto, los cambios regulatorios y los aprendizajes del sector se han traducido en una rápida recuperación de la productividad e, incluso, ha mantenido una tendencia creciente posterior al ISA, lo que ha sustentado en gran medida los crecimientos tanto en producción como en término de exportaciones. Contrario al período previo al ISA, entre 2012 y 2017 el nivel de siembra se ha reducido un 14%, mientras que la productividad ha aumentado más de un 20%. Esto se debe a la reducción de lo que comúnmente se denomina la tragedia de los comunes, a través de una regulación más estricta y efectiva (ahora existe capacidad efectiva de fiscalización y enforcement), pero también a las dinámicas de innovación del sector. Esto se ha realizado en gran medida gracias a esfuerzos del sector de empresas proveedoras a la acuicultura, con apoyo del Estado. Sin embargo, aún se observan grandes y marcadas diferencias con Noruega. El nivel y los esfuerzos de innovación son, por lo tanto, todavía un punto débil de la salmonicultura nacional, en términos comparados. Se necesita invertir más en I+D, y con considerablemente mayor participación del sector privado.
Una fuente importante de competitividad del sector corresponde al mayor valor agregado de las exportaciones de salmón chileno. Comparado con Noruega, ésta es una gran ventaja competitiva. Chile exporta principalmente productos procesados, con una gama variada de procesamientos a distintos mercados, lo que le permite alcanzar precios más altos; en cambio, Noruega exporta principalmente productos sin procesar y mayoritariamente a países de la UE. Sin embargo, se deberían realizar importantes innovaciones y esfuerzos para descomoditizar las exportaciones de salmón chileno, y que permitan aprovechar las nuevas tendencias de consumo ético, saludable y sustentable. Aunque existen casos aislados de ejemplo, esta tendencia está lejos de ser la norma.
Por último, los grandes ciclos de crecimiento económico se deben gracias a innovaciones disruptivas que generan nuevos productos, tecnologías de producción más eficientes o que permiten explotar nuevos factores productivos. En otros países ya se están realizando innovaciones sustantivas en términos de producción oceánica, producción en tierra, especies genéticamente modificadas, acuicultura multitrófica, etc.
¿Qué se está haciendo en Chile para explotar nuevas formas de producción?
Al parecer, no lo suficiente, lo que pone en una mala posición a Chile cuando pensamos en la acuicultura del futuro.