La propuesta propone levantar información biológica del patógeno, la cual actualmente se desconoce, siendo este conocimiento imprescindible para que las empresas tecnológicas desarrollen soluciones a mediano y corto plazo (Mundo...
La propuesta propone levantar información biológica del patógeno, la cual actualmente se desconoce, siendo este conocimiento imprescindible para que las empresas tecnológicas desarrollen soluciones a mediano y corto plazo (Mundo Acuícola).
Con el título “Comprehensive study of the biological, genetic, and molecular bases and virulence factors for the causative agent of tenacibaculosis in Chilean marine fish, Tenacibaculum dicentrarchi: An epidemiological approximation for developing prevention strategies”, el investigador Rubén Avendaño-Herrera, de la Universidad Andrés Bello y Centro FONDAP INCAR, se adjudicó uno de los 16 proyectos adjudicados en el Grupo de Salud y Producción Animal de FONDECYT-CONICYT.
Alegría manifestó el investigador en que su propuesta fuera aceptada, y más aún, por ubicarse en el segundo lugar del Grupo de Estudio de CONICYT. “De hecho, hoy es muy difícil adjudicarse un proyecto de esta naturaleza, por lo que nos concentraremos responsablemente en llevar a cabo el estudio comprometido en el proyecto y dar cuenta de los objetivos planteados”, sostuvo Avendaño-Herrera.
En este contexto, la propuesta propone levantar información biológica del patógeno, la cual actualmente se desconoce, siendo este conocimiento imprescindible para que las empresas tecnológicas desarrollen soluciones a mediano y corto plazo. Asimismo, se espera que los resultados del proyecto mejoren las prácticas de cultivos y la toma de decisión, especialmente respecto a las terapias a aplicar específicamente para cada uno de los aislados. En este sentido, el investigador indica que “venimos estudiando la tenacibaculosis causada por T. dicentrarchi hace más de 5 años, por lo que no sólo hemos revelamos su presencia en el cultivo de salmónidos, sino que hemos generado herramientas diagnósticas y más recientemente identificado sus propiedades de biofilm y develado su genoma”. Sin embargo, queda mucho por conocer.
De hecho, hasta ahora se desconoce cuál es el real impacto de la tenacibaculosis en la producción de peces en Chile, aunque los brotes que originalmente sólo se presentaban en salmón del Atlántico se han extendido a trucha arcoíris y salmón Coho. También se ha aislado en el congrio colorado, una especie que está en proceso de generar su cultivo en Chile. Por tanto, el patógeno pareciera no tener barreras ni falta de pasaporte, ya que presenta una amplia distribución geográfica, desde la Región de Los Lagos, Región de Aysén y, en particular, a la Región de Magallanes. Cabe recordar que la enfermedad causada por Tenacibaculum spp. fue incluida el año pasado en la Lista 3 de las enfermedades de alto riesgo (Resolución No. 2574), clasificación otorgada por estar presente en una o más regiones geográficas de Chile.
Por tanto, en el proyecto FONDECYT Nº 1190283 “nos hemos planteado caracterizar bioquímica, genética y antigénicamente un centenar de aislados de T. dicentrarchi que tienen como origen diferentes peces enfermos, siendo seleccionados aquellos aislados más apropiados para profundizar en sus factores de virulencia. Se espera obtener un conjunto de aislados que sirvan de semilla para la generación de una vacuna”, precisó Avendaño-Herrera.
Crédito imagen: Rubén Avendaño-Herrera.