Artículo de opinión. Por Carlos Molinet Flores, Programa de Investigación Pesquera, Universidad Austral de Chile. En el año 2013, las modificaciones a la ley de Pesca y Acuicultura incorporaron la...
Artículo de opinión. Por Carlos Molinet Flores, Programa de Investigación Pesquera, Universidad Austral de Chile.
En el año 2013, las modificaciones a la ley de Pesca y Acuicultura incorporaron la creación de Los Planes de Manejo en Chile (Ley de Pesca y Acuicultura Párrafo 3º, Art. 8-10). Se establece que: “Para la administración y manejo de las pesquerías que tengan su acceso cerrado, así como las pesquerías declaradas en régimen de recuperación y desarrollo incipiente, la Subsecretaría deberá establecer un plan de manejo…”:
Para materializar los Planes de Manejo, la Subsecretaría de Pesca debe constituir Comités de Manejo, con carácter de asesor. Así los Planes de Manejo son gestionados por Comités de Manejo, fundamentalmente compuestos por Pescadores Artesanales (en el caso de las pesquerías bentónicas).
Dada su naturaleza participativa y la relevancia que toman los usuarios (pescadores, industriales, investigadores, etc.), esta herramienta administrativa puede ser vista como un tipo de co-manejo. El co-manejo es propuesto como algún tipo de redistribución de poder entre el estado y una comunidad de usuarios de un recurso (o conjunto de recursos en un área delimitada) y que puede ofrecer formas de abordar las cuestiones relacionadas con la sustentabilidad de las pesquerías y dar mayor estabilidad al importante sector Pesca en Chile.
Sin duda esto apunta a un cambio de paradigma en la administración de nuestros recursos pesqueros, tradicionalmente con un enfoque jerárquico (desde arriba (Subsecretario), hacia abajo (usuarios)) y lo enfoca hacia algo más participativo. Es importante destacar que este enfoque debe ser entendido como una aproximación a la gobernanza en que la redistribución de poder es el resultado, no el punto de partida, del proceso.
Muy interesados en la idea de participar en la administración de sus recursos (y por lo tanto en el co-manejo) entre los usuarios (pescadores) y el estado, desde 2013 a la fecha, se han creado 27 Comités de Manejo, 14 de ellos de Recursos bentónicos, existiendo otros que se desean implementar.
Aunque con sus deficiencias (todas mejorables), la puesta en marcha de esta nueva normativa ha generado altas expectativas en los usuarios y un avance hacia el manejo sustentable de nuestros recursos pesqueros, incipiente, pero un avance al fin.
Sin embargo, durante 2018 se puso una especie de pausa al apoyo financiero (que sólo financiaba operación básica) para el funcionamiento de la mayoría de los Comités de Manejo.
Esto afecta el proceso de avance hacia el co-manejo, lo detiene, mientras que las confianzas entre los actores (pescadores, autoridad pesquera, investigadores) se debilitan, la credibilidad de los usuarios en el sistema se pierde y la estabilidad de las pesquerías se resiente (y lo paga).
Solo como ejemplo, cito que en diciembre de 2017 expiró la Comisión de Manejo de la Zona Contigua de la X y XI regiones (COMPEB), la base sobre la que se establecieron los Planes de Manejo en Chile en 2013, cuyo funcionamiento permitió la implementación del primer plan de manejo en Chile y que generó importantes avances en el estudio, manejo y evaluación de recursos bentónicos. A punto de terminar 2018, la extinguida COMPEB (a cuyos representantes aprovecho de reconocer su dedicación de 16 años) ni siquiera tiene un Comité de Manejo que la reemplace, ni ha habido una sesión para formalizar el Comité de Manejo en 2018.
Dado su potencial impacto para la sustentabilidad de las pesquerías, lo que está respaldado por numerosas publicaciones científicas y algunos pocos ejemplos mundiales y nacionales, uno de mis propósitos para 2019 será contribuir a que el estado chileno retome el camino iniciado hacia el co-manejo y adopte con más fuerza y convicción el desarrollo e implementación de los Planes de Manejo.
Es un anhelo que después de tanto trabajo (de la Subsecretaría de Pesca, de los pescadores, de la industria, de los investigadores y de algunas ONGs), podamos fortalecer los Comités de Manejo y por lo tanto el manejo sustentable (aunque suene redundante) de nuestros recursos, para el país y para nuestras futuras generaciones.