En el mes de abril, este medio realizó una extensa gira por el país centroamericano, lugar donde fue posible conocer el proyecto de Martec, firma pesquera que se expandió exitosamente...
En el mes de abril, este medio realizó una extensa gira por el país centroamericano, lugar donde fue posible conocer el proyecto de Martec, firma pesquera que se expandió exitosamente a la acuicultura. En la provincia de Puntarenas, se pudo observar la experiencia de esta empresa con la producción de pargo rojo Lutjanus campechanus, que en gran parte tienen como destino los Estados Unidos. Se trata de un cultivo con características únicas a nivel mundial que, además, cuenta con un profesional chileno a cargo de la parte productiva.
En la edición anterior de Mundo Acuícola se dio a conocer la experiencia costarricense de Aqua Corporación, filial de Aqua Chile, especializada en el cultivo de tilapia y su joint venture con Biomar. Fue la primera parte de un recorrido de dos semanas por Costa Rica, instancia en que este medio pudo observar los avances en acuicultura de ese país, conocido por su amplia red de parques nacionales e iniciativas de conservación ambiental.
En esta segunda parte se muestra el caso de Industrias Martec, empresa que comenzó en el rubro de la pesca, pero que, con el correr de los años, amplió sus operaciones a la actividad acuícola. Es así como hoy, en la zona costera de Quepos, poseen el único cultivo de pargo rojo Lutjanus campechanus o red snapper en Centroamérica, pez marino que es muy cotizado en el mercado estadounidense.
Una de las sorpresas de esta visita a la calurosa provincia de Puntarenas, lado del Océano Pacífico de Costa Rica, fue encontrarse con un chileno a cargo de la parte productiva del pargo rojo. Se trata de Víctor Vargas, gerente de producción de maricultura de Martec, quien lleva dos años y medio en ese puesto. “Ha sido una muy buena experiencia y un gran desafío, con una especie nueva, con gran potencial, pese a las complejidades del cultivo”, relata, durante la navegación a las jaulas, este ingeniero en acuicultura, oriundo de Los Andes, región de Valparaíso.
Según cuenta Vargas, el pargo rojo es una especie con un crecimiento bastante lento. “Sembramos peces de dos gramos y llegamos a los 500 gramos en un año, que es el peso objetivo de cosecha”, indica el profesional chileno, con pasado laboral en tres empresas salmonicultoras. El ingeniero acuícola agrega que, en total, son 18 personas las que trabajan directamente en las estructuras flotantes, entre alimentadores, buzos y personal que maniobra las embarcaciones. Y es que para llegar a las 22 jaulas circulares de Martec se debe navegar unos 30 minutos, en lancha rápida, ya que la concesión de la firma está ubicada a 8 millas náuticas de la ciudad de Quepos.
Recorrido mar adentro
La jornada en esta empresa, al igual que en el resto del país, comienza muy temprano. A diferencia de Chile, es común empezar el día laboral entre las 07:00 y las 08:00 horas. Así es como, a primera hora, parte el recorrido hacia las 14 jaulas, de 15 metros de diámetro y 8 jaulas de 25 metros de diámetro, con que cuenta Martec. Las estructuras, que cuentan con 12 metros de profundidad, son de fabricación danesa, mientras que las redes también proceden de Dinamarca, con algunas mallas importadas desde Chile. El alimento, en tanto, se adquiere en un 50% a la planta Biomar (que se dio a conocer en la revista anterior) y la otra mitad a la empresa Belina Montes de Oro.
Según comenta Víctor Vargas, el año 2017 se cosecharon 750 toneladas de peces, misma cantidad que se espera para el 2018. “Para el próximo año queremos crecer, pero esto debe ser gradual. La idea es apuntar hacia las 9 mil toneladas, hacia el año 2022”, acota el gerente de producción de maricultura de la firma costarricense. Cuando es consultado sobre los patógenos que afectan al pargo rojo, el profesional chileno comenta que los peces más pequeños se ven afectados por un parásito, además de una bacteria estreptococo que los afectó el año pasado. Aparte de eso, no hay grandes problemas, en cuanto a enfermedades. Sin embargo, por ser una especie acuícola nueva, hay mucho de ensayo y error en la producción. “La tasa de mortalidad ronda el 20%, pero actualmente estamos trabajando con nucleótido para activar el sistema inmune del pez”, añade Vargas, recalcando a Martec como empresa pionera, a nivel mundial, en el cultivo de pargo rojo.
La empresa hoy posee una concesión activa de 150 hectáreas -solo se usan tres-, además de otra en vías de implementación. Cada jaula tiene hasta 200 mil peces, por lo que las densidades no sobrepasan los 15 kilogramos, por metro cúbico. En cuanto a embarcaciones, la misma firma Martec fabrica sus naves. Es así como la empresa posee dos barcos, tipo bodega, para alimentación otras dos, además de mismo número de catamaranes con grúa, para maniobras en la concesión, a las que se suman otras tres embarcaciones de apoyo para transporte de personal y buzos.
Transformación de la pesca a la acuicultura
Carlos Lara, director de acuicultura de Martec, explica que la empresa tiene más de 35 años siendo la compañía exportadora de pesca extractiva más importante de Costa Rica y, tal vez, de Centroamérica. En el 2008, junto con otro socio, propuso al presidente de la compañía cultivar pargo. Así se fundó la parte acuícola de la empresa. “Tenemos nueve años de estar innovando y desarrollando la tecnología para cultivo de peces en aguas tropicales. La experiencia ha sido buena y mala. Buena, en el sentido que hemos tenido mucha suerte, con una especie que tiene un gran potencial para ser domesticada. Y dura, en el sentido que Martec tiene ventas entre USD$28 y USD$30 millones de dólares anuales, más que todo en pesca salvaje”, asevera Lara.
Bajo su perspectiva, el desarrollar desde cero una nueva especie no es nada fácil, ya que se necesita un buen capital para lo que es el ensayo y error. “Hemos tenido que financiar varias etapas del proyecto vendiendo acciones. Y, casualmente, ahora estamos buscando nuevo financiamiento para pasar de poco más de las 700 toneladas anuales de producción, pasar a 2 mil o 2.500 toneladas, que es el siguiente paso. El proyecto en sí es para 9 mil toneladas al año. Hemos ido escalando, pero ya estamos cerca del punto de equilibrio”, dice Carlos Lara. “Para ese crecimiento futuro se deberá incorporar plataformas de alimentación, lo que aplicaría de tres mil toneladas hacia arriba. Mientras más rápido hagamos esa transición es mejor, agrega el director de acuicultura de Martec, firma que también procesa y vende especies como el atún, el pez dorado -mahi mahi- y el pez espada. Precisamente, durante el recorrido de sus instalaciones fue posible observar el proceso del pez dorado o mahi-mahi Coryphaena hippurus, en la planta que la compañía posee a un costado del muelle pesquero artesanal de Quepos.
Consultado sobre qué otros cultivos, a nivel global, han observado para realizar las distintas innovaciones con el pargo rojo, Lara comenta que han “seguido muy de cerca el desarrollo de Chile con el salmón, pero sobre todo el desarrollo de la lubina y la dorada en el Mediterráneo, por ser más cercano en cuanto a temperatura del agua y por especie”. Lo anterior queda plasmado con la incorporación de profesionales extranjeros en la empresa (Chile y España), quienes están aportando su experiencia con el cultivo de salmónidos y especies acuícolas mediterráneas. “Queremos tener gente con experiencia. Somos de la idea que no se puede inventar la rueda y, como es difícil desarrollar el cultivo de una nueva especie, queremos incorporar lo que se ha desarrollado en los últimos 30 años, en cuanto al diseño de redes, anclajes y jaulas”, complementa el directivo de Martec. Con respecto al mercado de destino del pargo rojo, que cultiva la firma, éste se envía casi en un 100% a los Estados Unidos, en formato entero, eviscerado, tanto fresco como congelado.
Avances en el cultivo de pargo
Tal como lo señalan los representantes de Martec, iniciar el cultivo de una nueva especie, como el pargo rojo, no ha estado exento de dificultades. De partida, han tenido que implementar un hatchery con el objeto de tener controlada la reproducción del pez durante todo el año. “Ha sido de lo más difícil, además del desarrollo de las curvas de alimento, porque nadie las tenía. Ya nos hemos encontrado con enfermedades, por lo cual estamos investigando con Fish Vet Group una vacuna para una infección bacteriana -estreptococo-. Estamos pasando por todo lo que han pasado las otras industrias”, sostiene Carlos Lara.
El alimento ha sido otro tema complejo. Por no existir experiencias previas en el cultivo pargo rojo en el país centroamericano, se tuvo que crear dietas especiales para esta especie. “El tema nutricional ha sido todo un desafío. Por dicha, contamos con el apoyo del Dr. Daniel Benetti, de la Universidad de Miami, además del Dr. Jorge Aturo Suárez, que es nuestro nutricionista”, precisa el director de acuicultura de Martec. El ejecutivo subraya que con la empresa Belina Montes de Oro “trabajamos con formulación abierta, con un control exhaustivo de materias primas y con buen desarrollo de formulaciones. Tenemos 8 años, pero todavía hay mucho por aprender sobre alimento y nutrición, sobre todo en aditivos, inmunoestimulantes y dietas funcionales”.
Eso sí, el hecho de cultivar en zona tropical tiene la ventaja de no tener grandes variaciones en la temperatura del agua, en el transcurso del año. Actualmente, el hatchery de Martec produce 300 mil alevines al mes, pero la meta es llegar a 20 millones de alevines anuales, con el objetivo de cumplir con el objetivo de las 9 mil toneladas de producción al año 2022. “Eso llevaría a tener un laboratorio propio y a la posibilidad de no sembrar en los dos gramos, como ahora, sino que pasar a mar animales vacunados de unos 20 a 25 gramos”, complementa Lara.
Un gerente “motoquero”
Quien también se refiere a los inicios de esta experiencia con el pargo rojo es Robert Miles, presidente y fundador de Martec. De origen estadounidense, su oficina no es el típico espacio cuadrado y formal de un ejecutivo. Rodeada de fotografías de viajes, cascos e indumentaria motoquera, el espacio de trabajo de Miles llama la atención de inmediato. Entre sus cuadros, destaca una fotografía en motocicleta, con su esposa, por la Carretera Austral, en el sur de Chile. Al ser consultado sobre la travesía, esboza una sonrisa, diciendo “muy lindos lugares”, en español con acento gringo. También guarda una placa patente de una moto chilena, lo que da cuenta de su conexión “motoquera” con los caminos nacionales.
Sobre la aventura de cultivar una especie nueva en el ámbito acuícola, como lo es el pargo rojo, Miles acota que “vamos poco a poco, el mercado está bien. Hemos tenido varios problemas, pero los hemos ido superando y seguimos adelante”. Cuando se le pregunta por qué razón se eligió a este pez para su cultivo, el presidente de Martec precisa que por el mercado y su buena tasa de crecimiento. Sostiene que, aunque se probaron varias especies, fue el red snapper el que era más conocido en los Estados Unidos, además de presentar un valor de venta que bordea los USD$4,5 la libra, en formato entero eviscerado.
Tras visitar una zona con abundancia de productos del mar, como Quepos, el enviado especial de Mundo Acuícola no podía perder la oportunidad de probar el pargo rojo. Así, en uno de los tantos restaurantes que ofrecen este producto, en la zona de Quepos -contigua al famoso Parque Nacional Manuel Antonio-, fue posible degustar el red snapper a la parrilla. Con carne de buena consistencia, tal vez un poco seca, su delicioso sabor lo hace un plato muy apetecido por los turistas que visitan el lado del Océano Pacífico en Costa Rica. Eso sí, por ser zona turística, el valor es un tanto elevado, en comparación con otras proteínas. Con respecto a la parte nutricional, el pargo rojo representa una buena fuente de ácidos grasos Omega 3 y de vitamina B-12.
En cuanto al aspecto del pez, éste presenta un tono rojizo muy suave, característico, que le da su nombre común, tanto en español como en inglés. Se trata de un animal del orden de los perciformes, de la familia Lutjanidae y del género Lutjanus. De ahí que su nombre científico sea L. campechanus.
Chilenos en Centroamérica
La situación de Víctor Vargas, gerente de producción de Martec, no es nueva, en cuanto a profesionales chilenos especialistas en acuicultura trabajando en Centroamérica. Esto, porque también hay otros compatriotas con experiencia en un cultivo de cobia en Panamá, además de especialistas asesorando cultivos de tilapia y plantas de alimento para especies acuícolas de Costa Rica. “Esto es parte de un desafío personal de diversificar los conocimientos en otras especies. Y creo que no me he equivocado”, indica Vargas. A juicio del ingeniero chileno, al principio la adaptación es compleja, ya que se llega a un país distinto, sobre todo en cuanto al clima. “Pero uno se adapta. Los costarricenses son muy acogedores y eso ayuda bastante a la hora de integrarse en la empresa y el país”, comenta el ingeniero acuícola, quien diariamente realiza el trayecto, ida y vuelta, desde su hogar a su lugar de trabajo, en bicicleta. Un privilegio que es posible realizar en una zona tranquila y con excelentes condiciones climáticas, donde el sol está presente durante gran parte del año.
Pedro Barra L,
Edición N°118, Revista Mundo Acuícola.