El consorcio que integran además la Pontificia 25, adjudicó iniciativa que impactará en la formación de estudiantes, profesionales y científicos en el área de las ciencias básica, incorporando conocimientos de...
El consorcio que integran además la Pontificia 25, adjudicó iniciativa que impactará en la formación de estudiantes, profesionales y científicos en el área de las ciencias básica, incorporando conocimientos de innovación y transferencia tecnológica (Mundo Acuícola).
En el marco del primer concurso Ciencia- Innovación 2030 de CORFO, la Universidad de Santiago de Chile junto a la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y la Universidad Católica del Norte, adjudicaron iniciativa que apunta a fomentar entre los estudiantes, profesionales y científicos de las universidades chilenas, la transferencia tecnológica, la innovación y el emprendimiento con base científica-tecnológica.
El proyecto dirigido por Dr. Joel Saavedra, Vicerrector de Investigación y Estudios Avanzados de la PUCV, y subdirigido por el Dr. Claudio Martínez, Vicerrector de Investigación, Desarrollo e Innovación de USACH, enfrentará una seria de desafíos para fortalecer la vinculación de la investigación en el área de ciencias en pos de las necesidades del país, mediante un trabajo interdisciplinario y colaborativo con las facultades de ciencias o equivalentes de las respectivas casas de estudios.
Para el Dr. Claudio Martínez, “este proyecto viene a apoyar una dinámica propia de la Universidad de Santiago de Chile, en la que se destaca el potenciamiento de la excelencia en nuestra investigación. De esta forma, la iniciativa representa un complemento en la formación de nuestros alumnos, generando un nexo de colaboración al incorporar aspectos de innovación y transferencia tecnológica, permitiendo un impacto mayor en el trabajo de nuestra Universidad”.
En tanto, para el Dr. Gustavo Zúñiga, miembro del consorcio y Decano de la Facultad de Química y Biología de la Universidad de Santiago, indica que el participar en este consorcio “es una estrategia mucho más potente que ir solos, debido a que nos entrega otras realidades para avanzar”. Agrega que, en este proyecto, se podrán “realizar una serie de actividades comunes para los estudiantes de las carreras de ciencias, así como fomentar la movilidad académica y los programas de postgrado en común, todo en el marco de la innovación y emprendimiento”.
Formación basada en la Ciencia e Innovación
Chile requiere urgentemente avanzar en el fortalecimiento de la vinculación entre la investigación científica y las necesidades del país, dejando atrás el actual distanciamiento entre la empresa y la academia.
De esta forma, para el Dr. Hernán Henríquez, Decano de la Facultad de Ciencia de USACH, la pregunta clave es “¿Qué hacemos para romper este esquema? Si en Chile contamos con una gran cantidad de recursos humanos altamente capacitados, debemos ser capaces de establecer una relación directa con las empresas, entregando una formación universitaria enfocada desde un inicio en la innovación, desarrollo, transferencia tecnológica y emprendimiento”, añadiendo que el proyecto recientemente adjudicado es solo “la forma en la que debemos hacer el esqueleto de la iniciativa, mediante ideas generales que significarán cambios curriculares que se traduzcan en las diferentes orientaciones para enfrentar los diferentes problemas de la sociedad.
Así, “Ciencia e Innovación para el 2030” impactará directamente en la carrera de los estudiantes y en el futuro del país. Para el Dr. Zúñiga, quien además será el académico coordinador, “estas instancias son fundamentales para que las universidades actualicen la forma en la que se transmiten los conocimientos a los futuros científicos, entregando las herramientas necesarias para potenciar la producción basada en productos sofisticados y no solo en la venta de materias primas, abriendo camino al desarrollo nacional”.
La iniciativa consta de tres etapas y el consorcio se adjudicó la primera, que contará con una duración de 12 meses, periodo en el cual se realizará un diagnóstico para establecer las brechas existentes entre el modelo educacional de pre y postgrado y la investigación, desarrollo, transferencia tecnológica, innovación, emprendimiento y conexión con las ciencias básicas, para posteriormente, dar paso a la segunda etapa, encargada de guiar estas propuestas y materializar el camino a seguir.