El Programa #Boyacompostar de Salmones Camanchaca, entregará 45 vermicomposteras a familias de las localidades de Ralún, Melinka y Hornopirén
A través de vermicomposteras construidas con boyas en desuso, la capacitación y el acompañamiento de largo plazo a las familias, éstas podrán disminuir su basura, generar abono orgánico para sus huertas y compensar CO2 en su entorno.
Como parte de su segunda versión, el Programa #Boyacompostar de Salmones Camanchaca, entregará 45 vermicomposteras a familias de las localidades de Ralún, Melinka y Hornopirén. Su objetivo es promover una solución concreta, eficaz y fácil de reducir residuos domiciliarios entre las comunidades donde opera la compañía. Al mismo tiempo, las vermicomposteras son parte de un proceso que busca promover la economía circular, ya que son fabricadas a partir de boyas en desuso de la misma localidad de Melinka, que luego de un proceso de reciclaje, vuelven a tener esta segunda vida útil.
El programa no solo considera la entrega de la compostera y todos los implementos para realizar la gestión de los residuos, sino que también capacitación en vermicompostaje y acompañamiento técnico durante 6 meses.
“Estoy muy contenta de recibir esta compostera para preparar mi propio abono y así poder alimentar de ricos nutrientes mi propio invernadero para cultivar mejor mis verduras y frutas. Me encanta que las empresas de salmonicultura se preocupen de los vecinos y especialmente de las pequeñas agricultoras como yo”, aseguró Miriam Barría Velásquez, vecina de Ralún.
El vermicompostaje es un método que se utiliza para gestionar los desechos orgánicos a través de lombrices californianas, las cuales, al comer los alimentos, generan dos tipos de hummus: líquido y sólido, ambos muy beneficiosos para abono de la agricultura doméstica.
“El enfoque de este programa es promover la economía circular en la empresa, dándole una segunda vida a sus plásticos en desuso, favoreciendo a familias de la región, entregándole herramientas concretas para la reducción de la basura orgánica y, por otro lado, la generación de abono o humus que sirve para mejorar la calidad de las huertas e invernaderos que son claves para promover el auto sustento”, destacó María Elena Ramdohr de FUE.
Con cada boya en desuso de 3000 litros, se hacen 2,85 vermicomposteras, es decir, casi 3 vermis con 1 boya. Además, una sola vermicompostera equivale a la reutilización de 12 kilos de plástico, 180 kilos de residuos orgánicos compostados al año y 50 kilos de abono anuales. Con las 45 vermicomposteras entregadas se reducen 14.580 kg de CO2 al año, lo que equivale a las emisiones por la producción de 1.500 kg de carne de vacuno.
“Me parece una súper buena iniciativa para generar un cambio en la comunidad, que muchas veces no está preparada para este tipo de actividades o no reconoce muy bien lo que es el compostaje o formas del reciclaje que también son una súper buena alternativa para ayudar al medio ambiente”, agregó Liliana Almonacid, vecina de Ralún.
“Queremos ser un integrante activo en el desarrollo y las oportunidades de las localidades donde operamos, apoyar las necesidades de cada comunidad desde nuestra realidad organizacional y potenciar un relacionamiento transparente. En este contexto, buscamos implementar y llevar a cabo actividades con ese foco, siempre teniendo en cuenta la realidad local, con el fin de entregar herramientas útiles, atingentes y que permitan mejoras en la calidad de vida. Estamos orgullosos de lo que hemos logrado hasta ahora y del impacto que hemos tenido. Son pocas las empresas que abren espacios de comunicación directa con sus comunidades para trabajar mejoras mutuas, y nosotros hemos logrado implementar este trabajo de manera sistemática con nuestras comunidades”, dijo Alfredo Tello, Gerente de Sostenibilidad de Salmones Camanchaca.
El programa #Boyacompostar de Salmones Camanchaca junto a Fomento Upcycling Empresarial y CORFO nació el año 2020 y ya ha beneficiado a cerca de 75 familias. Cada entrega de una vermicompostera tiene un proceso que dura seis meses y considera tres etapas claves: capacitaciones en la técnica de lombricultura y compostaje, seguimientos periódicos para conocer los avances de las familias, y una ceremonia final de cierre del programa donde se celebra la cosecha del hummus elaborado por las vermicomposteras.